Un técnico examina las raíces de la secuoya del jardín de la Catedral Nueva. A la derecha, los estilizados plátanos del Paseo de la Senda Igor aizpuru

Vitoria revisa cada año 800 árboles por riesgo de caída

La Unidad de Paisaje investiga qué enfermedad afecta a la secuoya gigante de los jardines de la Catedral

Ikram El Aarrass Amachraa

Viernes, 23 de febrero 2024, 02:25

Vitoria cuenta en su patrimonio verde con nada menos que 112.000 árboles, de los que 800 reciben cuidados especiales. Por su edad y porte ... están en el radar de los técnicos de la Unidad de Paisaje del Ayuntamiento, encargada de la conservación de parques, jardines, bulevares arbolados o plantaciones en acera y jardineras. Los revisan de manera periódica -mínimo una vez al año- por su alta probabilidad de presentar roturas de tronco o ramas. O por su riesgo de secarse para siempre, como le pasa a la secuoya gigante ubicada en los jardines de la Catedral Nueva, frente al colegio Marianistas.

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Los técnicos, que creen que podrán salvar de la muerte a este magnífico ejemplar, estudian cuál es la causa de su enfermedad. En 2014 un hongo pudrió las raíces de la cercana secuoya gigante del patio de Urkide, incluida en el catálogo de árboles singulares del País Vasco. Queda como testimonio del esplendor que tuvo su tronco de 40 metros de altura y ocho de diámetro.

Pero más que a los hongos, los técnicos temen al tiempo y al viento. Según explican portavoces municipales, cuando hay fuertes rachas como las vividas ayer «se revisan al día siguiente». Los árboles a vigilar en su mayoría superan los 20 metros y se encuentran en zonas de elevado uso y frecuencia de paso, así como en jardines, parques, áreas de juegos infantiles o las propias calles. «No se deja de revisar ningún árbol en la ciudad sobre el que se haya detectado un posible riesgo de fallo total de estructura», matizan los mismos medios. Además, el personal especializado en el arbolado realiza controles biológicos de las plagas sin necesidad de usar productos químicos, aseguran los expertos.

Pero pese a las precauciones, «hay posibles casos en los que el vuelco del árbol no puede ser detectado a tempo». No es lo común. «Los árboles suelen avisar antes de desplomarse y para esos casos se emplean diferentes técnicas para apuntalar ciertas especies», aclaran.

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Sustituciones

Los especialistas también deciden cuándo es necesario un cambio de especies en alguna zona de la ciudad bien por el deterioro de las que están o por otro tipo de molestias. Por ejemplo, hace un mes el Ayuntamiento procedió a la tala de 13 ejemplares de ciruelo mirobolano ('Prunus cerasifera') en la calle Beato Tomás de Zumárraga. Se trata de un árbol ornamental de jardín muy popular por su muy temprana floración. «Se encontraban en un estado muy deteriorado a nivel biomecánico. Varios sufrieron roturas importantes al estar afectados por hongos», explican desde la Unidad del Paisaje. Los ejemplares talados, agregan, «no presentaban un estado fisiológico bueno, por lo que no serían capaces de aportar a la ciudad los beneficios buscados como sombras, enfriamiento o absorción de contaminación». Algo que se logra a través de las hojas.

En su lugar, crecerán arces americanos ('Acer rubrum') . «Tras esta intervención se ha aprovechado para ampliar los alcorques y aportar mezclas de sustrato para agilizar y mejorar el crecimiento del nuevo arbolado».

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El envejecimiento no es el único reto al que se enfrentan los 'bosques' de ciudad. El ingeniero forestal Emilio López señala que desde hace «unos pocos años se empieza a entender que no todas las especies van a superar el cambio climático y menos en un entorno tan estresado como es la ciudad». El calentamiento dificulta cada vez más el cuidado del arbolado urbano. La falta de precipitaciones, las altas temperaturas, humedades relativamente bajas o la calidad del suelo, entre otros, les hace mella. Es por eso que los expertos aconsejan plantar especies más resistentes a la falta de agua, a la insolación excesiva o los que sean menos propensos a las plagas o enfermedades. De hecho, en el último contrato de plantación se han priorizado arces y acacias, que cumplen los requisitos para ser resistentes al cambio climático. «Ya hay muchas especies que se han escogido teniendo en cuenta esos criterios. Como puede ser la sófora, los arces aplatanados, los olmos, los cedros o los abetos», puntualizan desde Espacio Público.

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