Una de las cámaras que vigilará la zonas de bajas emisiones. Rafa Gutiérrez

Vitoria pone a punto las 36 cámaras que vigilarán la zona de bajas emisiones

El Ayuntamiento encarrila la recta final para la activación el 15 de septiembre de la ZBEy ajusta las aplicaciones informáticas y las señalizaciones

Miércoles, 23 de julio 2025, 00:11

Uno de los grandes cambios de la movilidad en Vitoria llegará el 15 de septiembre con la puesta en marcha de manera simultánea de ... la ampliación de la OTA a cinco nuevos barrios de la ciudad y la entrada en vigor de la primera zona de bajas emisiones (ZBE) alrededor del Casco Viejo y del Ensanche. Y por eso estas próximas semanas resultan decisivas para el departamento de Espacio Público y Movilidad que dirige la peneuvista Beatriz Artolazabal. Esta semana se da luz verde a la nueva ordenanza que regula el estacionamiento en las calles y, de manera paralela, los trabajos son incesantes en la ZBE, donde ya están instaladas y operativas las 36 cámaras que vigilarán el tráfico.

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¿Qué queda por hacer en la zona de bajas emisiones? Ajustes de las aplicaciones con las que se va a gestionar el sistema de control y de las señalizaciones, explican portavoces de Movilidad. Hay que recordar que se han tenido que pegar vinilos sobre las señales verticales, ya que algunas de las primeras llevaban incluida la leyenda área de prioridad residencial (APR), una manera más estricta de cerrar el centro a los coches que de momento ha quedado relegada.

En este primer despliegue, la zona de bajas emisiones de Vitoria, una norma que el Real Automóvil Club Vasco Navarro ha recurrido ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, maneja plazos muy diferentes a los de Bilbao, por ejemplo, donde desde el 16 de junio no pueden pasar al centro de la ciudad los coches diésel de más de diez años. Aquí hay más margen, pero de entrada se corta el paso por el Casco Medieval y parte del Ensanche a 43.000 vehículos que carecen de etiqueta ambiental (categoría A), que son turismos de gasolina matriculados antes del 1 de enero del 2001 y diésel previos al 2006. Supone alrededor de un tercio de un parque móvil local con cerca de 150.000 unidades.

Se calcula que estará vetado el paso a 43.000 coches que ahora carecen de etiqueta ambiental

A partir de 2030, la limitación se extenderá a coches, motos y furgonetas con etiqueta B, donde se engloban los de motores de gasolina matriculados desde 2001 y de gasóleo a partir de 2006. Se salvan los considerados menos contaminantes: las etiquetas sin emisiones C, Eco y Cero.

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Multas de 200 euros

Hay una docena de supuestos en los que los conductores quedan exentos sin caducidad de tener que cumplir la ordenanza. Se trata de personas con movilidad reducida o enfermas con justificante médico, así como los vehículos históricos, especiales y de servicios públicos esenciales; personas físicas que acrediten bajo nivel de renta o furgonetas o coches de profesionales cercanos a la edad de jubilación, entre otras razones de interés general. Y los residentes con los coches más antiguos dispondrán de hasta dos años para adaptarse, uno de los requisitos que puso EH Bildu para dar su visto bueno a la norma.

En una primera fase, la ZBE afectará a las calles que quedan dentro del anillo de San Ignacio, Francia, La Paz, Ortiz de Zárate, Dato, Florida, Ramón y Cajal, Luis Heintz, Magdalena, Vicente Goicoechea, Cercas Bajas, Siervas de Jesús y Portal de Arriaga. En la etapa dos, a partir de septiembre de 2027, se amplía el círculo por la ladera oeste del Casco Viejo, de manera que va de Luis Heintz, Ramiro de Maeztu, Domingo Beltrán a Coronación.

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Por todas estas calles se va a poder circular con normalidad, las restricciones son en las que quedan dentro de esa 'muga'. Así que desde el 15 de septiembre y tras informar a los vecinos y gremios afectados, las 36 cámaras de vigilancia instaladas en el anillo que va de San Ignacio a Portal de Arriaga pasando por La Paz, Florida, Magdalena o Siervas de Jesús se encenderán y captarán imágenes de todos los coches que accedan al espacio restringido. Si no tienen como mínimo etiqueta B -no será necesario exhibirla, eso se comprueba con datos de la Dirección General de Tráfico- y sus titulares no reúnen ninguno de los requisitos que les libran de tener que cumplir la ordenanza, se enfrentarán a multas de 200 euros. Pero no se impondrán sanciones hasta el 15 de diciembre, tras tres meses de moratoria y pedagogía.

«Es una medida necesaria, coherente con nuestra estrategia de descarbonización y alineada con la normativa estatal y europea», insiste Artolazabal. «Queremos proteger la salud pública, reducir emisiones y mejorar la calidad del aire en el centro de la ciudad». En paralelo, en agosto se pintarán las nuevas zonas OTA y se instalarán los parquímetros y la señalización.

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