Vitoria ingresará hasta 5 millones de euros anuales con la aplicación de la tasa turística

El impuesto será progresivo, lo que quiere decir que los visitantes que duerman en un albergue no pagarán lo mismo que los que hagan noche en un hotel. Para establecer el importe a abonar en cada caso, la Diputación de Álava, en nuestro caso, establecerá un rango de precios por el tipo de establecimiento y dará libertad a los ayuntamientos para decidir si quieren aplicar la cuota más alta o más baja. Así ocurre en comunidades como Cataluña. En Barcelona, donde el Ayuntamiento impuso un recargo al impuesto autonómico, se cobra hasta 7,50 euros por dormir en un hotel de cinco estrellas y hasta 6,25 euros por pernoctar en un piso turístico.

En el caso de Vitoria, el Consistorio se encuentra todavía a la espera de la tramitación de la norma para realizar una estimación realista sobre cuánto se podría recaudar. Porque depende de él determinar la tasa que se repercutirá por cada día pernocta en cada uno de los tipos de alojamientos de la ciudad.

Pero con un cálculo basado en los datos de Eustat de los visitantes que en 2024 se alojaron en hoteles de la capital (alrededor del 90% de los visitantes lo hacen en esta modalidad, que es la categoría que tendrá un mayor recargo) hace pensar que, aplicando la tasa máxima de 6 euros, Vitoria podría recaudar 5,2 millones de euros con la puesta en marcha del tributo, cantidad a la que se habría de añadir la tasa correspondiente al resto de modalidades de alojamiento.

Se trata, no obstante, de un cálculo de máximos que resultaría de aplicar la cuota máxima de la horquilla, esos mencionados 6 euros, a las 873.000 pernoctaciones en hoteles de todas las categorías que se registraron durante el pasado año, según datos del Instituto vasco de Estadística (Eustat). Lo que ya tiene claro el Ayuntamiento vitoriano es que este ingreso extraordinario procedente del bolsillo de los turistas se utilizaría para mejoras en la ciudad y refuerzo de las iniciativas para captar más visitantes.

«Generará recursos para invertir en la mejora de infraestructuras y servicios dirigidos a la ciudadanía y también al ámbito turístico, con lo que podremos mejorar la experiencia de las personas que vengan. La estrategia es seguir trabajando por un turismo sostenible y accesible que deje recursos en nuestra ciudad», destaca la concejala de Turismo, la socialista María Nanclares.

La Diputación de Álava, que será la que marque las opciones de precios entre las que luego podrán moverse las entidades locales, remarca que esta tasa no pretende ejercer «de freno a la llegada de turistas» al territorio, sino que quienes lo hagan «contribuyan a la mejora de sus infraestructuras y servicios». En 2024 se alcanzaron un total de 1,3 millones de pernoctaciones en el conjunto de la provincia.

«Va a permitir a los ayuntamientos disponer de más recursos y el sector se va a ver beneficiado también a través de una dotación extraordinaria que va a habilitar el Gobierno vasco», remarca Cristina González (PSE). La primera teniente diputada general y responsable de Fomento del Empleo, Comercio y Turismo, remarca que «el impuesto a las estancias turísticas no busca frenar la llegada de turistas ni sirve para ello, como demuestran todas las experiencias europeas al respecto».

Desde la Diputación y el propio Ayuntamiento de Vitoria insisten en ese mensaje: la aplicación de la tasa no va a suponer una merma de visitantes «ni afectará a la competitividad del sector». Pero este no lo tiene tan claro. Pone el foco en otra derivada: el peso del visitante profesional en la provincia de España más industrializada.

«La gran mayoría de viajeros que acoge el territorio durante todo el año son estancias profesionales; es decir, gente que nos visita por motivos laborales. No entendemos que estas personas estén obligadas a abonar la llamada tasa turística. Los hoteles alaveses consideramos que no es una medida adecuada», subraya Elena Martín, vicepresidenta de SEA Hostelería.

Sin definir la fecha en la que todo esto se activará, quedan otros detalles pendientes de la norma, como si los menores deberán pagar lo mismo que los adultos. Euskadi pretende aprobar el gravamen este mismo año. Aunque la tasa finalmente no será autonómica, como contempló en un primer momento el Gobierno vasco, y sí municipal, como pedían los Gobiernos forales, las diputaciones buscan una «armonización» y que el texto se apruebe en los tres territorios y entre en vigor al mismo tiempo. Y aquí es donde, políticamente, algunos lo tendrán más difícil que otros. En Bizkaia será sencillo: PNV y PSE tienen una mayoría sólida en su institución foral. Álava y Gipuzkoa, por contra, necesitarán llegar a un acuerdo con al menos uno de los grupos de la oposición -EH Bildu, PP o Elkarrekin Podemos- para sacar el texto adelante.