Patio del palacio de la calle Herrería. Rafa Gutiérrez

Vitoria emplaza a Tánger a frenar ya el deterioro del palacio Álava Esquível o iniciará la expropiación

Si antes de fin de año el municipio marroquí no presenta un plan, Urbanismo impodrá la décima multa. Adeuda casi medio millón de euros por reparaciones, sanciones e impuestos sin pagar

Lunes, 29 de septiembre 2025, 10:50

La vía del diálogo con la municipalidad de Tánger para encontrar una solución que acabe con el deterioro del palacio Álava Esquível de su propiedad tiene visos de estar agotada. Año y medio después de que Vitoria y la municipalidad de la ciudad marroquí trataran de ponerse de acuerdo para acometer unas obras que son urgentes no ha habido avances y el concejal de Urbanismo, el socialista Borja Rodríguez, ha reconocido que estudia «explorar nuevas vías» para acabar con un problema que afecta al patrimonio histórico artístico de la ciudad y sobre todo a la media docena de familias que habitan el edificio. Significa, según el edil del PSE, que si antes de final de año Tánger no presenta un «plan de actuaciones concretas» con «avances tangibles» se le impondrá la décima multa por abandono de inmueble, la que abre la vía a que el Ayuntamiento afronte la reforma de manera subsidiaria y expropie la finca.

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Rodríguez ha contestado así a las preguntas de Elkarrekin y EH Bildu, críticos con la falta de respuesta del Gobierno local a un problema que lleva enquistado 18 años. El palacio de la calle Herrería, incluido desde 2022 en la lista roja de Hispania Nostra, necesita una profunda remodelación y además sus propietarios tienen una considerable deuda con Hacienda. Tánger debía en marzo 453.000 euros a Vitoria por reparaciones y sanciones (nueve) y otros 30.000 más por impago del impuesto de bienes inmuebles y la tasa de basuras.

Desde enero de 2024, ambas partes mantienen contacto telemático para tratar de resolver el problema, pero después de tres reuniones no hay avances. «No existe un calendario de actuaciones», ha indicado el concejal de Urbanismo, tras destacar la «dificultad administrativa» que entraña este proceso.

Este edificio que ahora tiene grietas y humedades ha sufrido varias transformaciones a lo largo de los siglos pero el conjunto está catalogado de valor excepcional y goza de protección integral. Fue mandado construir en 1488 por Pedro Martínez de Álava y María de Esquível y fue su hijo Diego el que lo concluyó en 1535, de ahí que se date en el siglo XVI. En 1868 se solicita permiso al Ayuntamiento para reformar la fachada principal, tras la ampliación de 1865 llevada a cabo por el heredero Ricardo de Álava, que llegó a acoger, entre otras dependencias, un salón de baile.

Remodelación el siglo pasado

A comienzos del siglo XX, en consonancia con lo que pasó en otras casas nobles del Casco Medieval, sus propietarios decidieron cambiar su configuración para distribuir el palacio en varios apartamentos, con dos portales (los números 24 y 26 de la calle Herrería) que albergan doce pisos.

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Eran primero viviendas de techos altos, de más de cuatro metros, y grandes ventanales, diseñadas para familias con alto poder adquisitivo. Pero con el tiempo, el perfil de sus moradores cambió. Muchos han hecho obras por su cuenta en estas viviendas y otros, cansados de sufrir humedades y otros problemas estructurales, se han mudado. Los que quedan pagan una renta antigua a una administración de fincas designada por el ayuntamiento de Tánger.

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