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Se confirma la peor de las previsiones: el puente ubicado en el paseo de Ilíada, en el barrio de Salburua, que sufrió daños estructurales críticos ... a causa de un grave incendio ocurrido el pasado 18 de marzo, será reducido a escombros. El Ayuntamiento de Vitoria ha descartado la reparación y asegura que «la única opción viable» es la destrucción total de la infraestructura, que deberá reponerse con la construcción de una nueva.
La intervención, eso sí, va para largo. La contratación y ejecución de las obras se prolongará «entre 24 y 28 meses», es decir, más de dos años, de acuerdo con las primeras estimaciones del Consistorio. Por lo que la restitución del viaducto, emplazado en la confluencia con las calles Antonio Amat y Nadine Gordimer, no estará lista hasta el 2027. Y la factura será elevada. Los trabajos arrancarán el año que viene y se prevé que el presupuesto alcance los 1,1 millones de euros.
Estas son las previsiones ofrecidas ayer por la concejala de Espacio Público y Barrios, Beatriz Artolazabal. En cuanto al incendio, que se generó por una fuga de gas, la Ertzaintza tiene abierta una investigación para determinar el origen, que por ahora «desconocemos». A raíz de las primeras inspecciones llevadas a cabo por los servicios municipales en este puente con forma de rotonda que salva el río Errekaleor, tras un análisis detallado, se ha llegado a la conclusión «clara e ineludible» de que es «necesario» tirar abajo el puente.
«El informe técnico concluye que los daños estructurales son de tal magnitud que la reparación no es viable y se hace necesaria la demolición completa de la estructura y su reconstrucción», indicó la teniente de alcaldesa y portavoz del PNV. El potente fuego declarado bajo el tablero del puente generó una situación de «alto riesgo», pero la «rápida» actuación de los bomberos permitió extinguir las llamas sin que afortunadamente se ocasionaran daños personales. Por contra, los materiales fueron cuantiosos.
Desde el primer diagnóstico se observó que los desperfectos «no eran fácilmente subsanables» mediante una reparación por los daños estructurales «palpables y evidentes». Además del 'esqueleto', «gravemente» dañado, quedaron afectados el tablero y los estribos con pérdida de recubrimiento de las vigas. Se suman la exposición de armaduras al fuego y el destrozo de las prelosas.
El colapso del viaducto «no es inminente», pero la redistribución de tensiones en la estructura genera «un alto nivel de incertidumbre» desde el punto de vista de la seguridad, lo que obliga a tirarlo abajo. Desde que ocurrió el siniestro se optó por el cierre al tráfico rodado –no se puede circular por una parte de la glorieta– así como al peatonal. En la zona se han señalizado rutas alternativas. El tramo de la Ilíada junto al puente, donde se sitúa el colegio Errekabarri, se ha dispuesto en fondo de saco, de forma que los vehículos que acceden dan media vuelta. Se plantea poner semáforos provisionales en dos cruces para «garantizar la seguridad».
La actuación supondrá una «importante inversión» para las arcas locales. El Consistorio va a lanzar 3 procesos de contratación con un coste superior al millón de euros que serán financiados con créditos de compromiso. Sin incluir gastos para restituir servicios públicos (agua, iluminación, recogida neumática). Esas licitaciones incluirán la redacción de proyectos y la ejecución de obras. Y el estudio deberá valorar si elementos estructurales no dañados como las cimentaciones pueden ser aprovechadas. Sobre el plazo, aún faltan informes hidrológicos y geológicos «clave» para la planificación final del cronograma. Con todo, las cifras son «orientativas».
El fuego, que alcanzó llamaradas de dos metros de alto, causó igualmente serios daños en las instalaciones de los servicios que discurren bajo el viaducto (redes de gas, electricidad...). Los suministros quedaron repuestos en un breve plazo, salvo el sistema de aspiración de residuos, que quedó inutilizado para decenas de portales. Se han colocado contenedores como alternativa provisional, y se espera que en «tres semanas» el servicio esté de nuevo operativo, según el área de Medio Ambiente. Es posible que durante las obras los vecinos tengan que volver a utilizar los container.
También hay dos líneas de autobús urbano de Tuvisa (6 y 10) afectadas por el corte a la circulación. Espacio Público está en contacto con la compañía para «evaluar ajustes» y «mejoras» y «mantener una conectividad eficiente» mientras duren las obras en la zona, la 'frontera' de Salburua con Arkaiate y Larrein.
El nuevo puente estará diseñado con «los estándares más avanzados en materia de seguridad y funcionalidad». Se estudiará la mejor forma de reubicar las instalaciones de los servicios que discurrían bajo el puente. «La nueva estructura no solo resolverá el problema actual, sino que nos permitirá contar con un puente moderno y adaptado a las necesidades de nuestra ciudad», remarcó Artolazabal.
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