El vino alavés se enfrenta a un arancel del 15% en sus ventas a Estados Unidos

«Todavía tenemos la esperanza de que se produzca una oportunidad que se materialice en ese listado de productos agroalimentarios estratégicos de exenciones. Una oportunidad que va a agotar (la Denominación) Rioja por todos los resortes para insistir en que el vino sea excluido en el acuerdo y que quede fuera del planteamiento general del 15%», señaló este jueves, en declaraciones a este periódico, el director general del Consejo Regulador, José Luis Lapuente.

El portavoz comunitario de Comercio, Olof Gill, aseguraba desde Bruselas que no estaba previsto que el vino se incluyera «como exención en el primer grupo anunciado por Estados Unidos», por lo que la batalla que dará el Consejo del Rioja (como otras entes gestores de distintas denominaciones) se tendrá que librar «a medio o largo plazo». Sin fecha. «La Comisión sigue decidida a lograr y garantizar el mayor número posible de exenciones, incluso para productos tradicionales de la UE como el vino», enfatizó Gill.

Mientras, se tratarán de mantener las ventas en un mercado estratégico para la Denominación. «Rioja demostrará su resiliencia, la fortaleza de su presencia en el mercado y aprovechar el aprecio y la fidelidad del consumidor norteamericano a un producto que tiene nombre y apellidos. Deberemos confiar en mantener nuestra cuota y esperar que la situación pueda reconducirse», detalló el director general del Consejo del Rioja.

Para sortear las tarifas que entran en vigor el día 7, muchos vinicultores alaveses han ido adelantando las compras, tal y como han señalado entidades como Araex. Bodegas tradicionalmente ligadas a familias alavesas como La Rioja Alta aceleraron remesas a California para disponer de 'stocks' y sostener hasta seis meses de ventas con vino libre de tarifas. Aun así, su director general, Guillermo de Aranzabal Bittner, no escondía esta semana que los aranceles son «un golpe duro» para el sector. Y es que, de anotarse las mismas exportaciones a Estados Unidos que en 2024, añadirán un sobrecoste de 4,6 millones al vino alavés.

Para Lapuente, el incremento de los precios para los consumidores es la cuestión clave. «Es contrario a lo demandado por Rioja, donde se buscaba una competencia sin ningún tipo de injerencia que nos permitiera competir en el mercado con el valor de nuestro producto sin ninguna mochila», indicó.

Pero, de la misma manera, ponderó que los aranceles se aplicarán a todos los vinos europeos por igual. La definición de las «reglas de juego» va a acabar con la incertidumbre de los últimos meses, que habían provocado «dientes de sierra» en el mercado.