Se vende camping en Álava

Es un reclamo jugoso. Primero, porque se trata de un tipo de negocio que vive un 'boom' tras la pandemia, cuando se disparó el turismo natural. Pero en lo que respecta directamente a la oferta, porque existe la «posibilidad de ampliar su extensión con parcelas colindantes». Y esto, aclaran sus dueños, está incluido también en el contrato. Ahora estudian las ofertas para decir a quién entregar las llaves.

Después de 15 años convertido en uno de los referentes para amenizar las vacaciones de alaveses y turistas llegados al territorio, los gerentes buscan embarcarse en una nueva aventura. No obstante, no cierran la puerta a dilatar su carrera al frente del camping. El camino lo determinará el mercado. Es decir, en caso de no recibir ofertas que satisfagan sus pretensiones (también para que el camping mantenga el pulso y ritmo que le caracteriza), los actuales socios seguirían al frente del proyecto.

Publicitado como 'más que un camping', existen varios mercados a lo largo de sus 30.000 metros cuadrados de extensión. El grueso se centra en aquellos turistas que se mueven en autocaravanas o en tiendas de camping, Sus «modernas instalaciones» cuentan con 163 parcelas divididas en cinco categorías en función del tamaño y los servicios: desde las 'premium' con 90 metros cuadrados y agua, luz y desagüe, hasta las pequeñas de 21 metros cuadrados y sin electricidad.

Los futuros propietarios también podrán 'explotar' los nueve bungalows para atraer a clientes. El jardín exterior, las televisores, la cocina y la calefacción, entre otros servicios, hacen de esta oferta una de las más atractivas para los que se mueven en coche. En este 'pack' incluyen también la enorme piscina climatizada (20x8) para disfrutar con un chapuzón cuando el calor del verano aprieta, mientras se disfruta del sol tumbado en la campa anexa o en las tumbonas.

Del relax, al ocio. El complejo cuenta también con un parque infantil y unas canchas de baloncesto y fútbol, un gran atractivo para los chavales. Este espacio además se encuentra junto a un bar que los futuros propietarios podrán explotar ofertando cafés, pintxos, picoteo a los clientes y vecinos de la zona. O menús, porque también incluye un restaurante con capacidad aproximada para 60 comensales y una terraza semicerrada. Además, también hay un pequeño supermercado.

Y no solo eso. El negocio lo tendrán en la puerta de casa. Literal. Porque el contrato incluye también el traspaso de la finca sobre la cual se ha ido levantando este camping, asentado en mitad de un paraje natural. Una estrategia idéntica a la que siguieron en Lagrán, donde incluyeron un chalé junto al establecimiento hostelero. Los interesados que visiten el alojamiento se asombrarán con las vistas que tendrán desde los dos balcones.

Unas pinceladas para describir el escenario: el recinto está entre bosques de encinas, quejigos y pinos a escasos 15 minutos de la postal del Valle Salado. Y junto a la carretera que lleva hasta Vitoria para adentrarse en su historia y saborear su gastronomía. O también desplazarse a Bilbao o la costa. «Camping rentable con alto potencial de crecimiento ya que está al 60-70% de su potencial», destacan sus gestores.

Por el contenido, pero también por el mercado. Los turistas han fijado Álava en su radar. En los últimos años se ha notado un incremento importante de visitantes, tanto nacionales como extranjeros. Un dato: el territorio se encamina a un nuevo récord de visitantes. Y de todos esos que llegan, una parte ya enfila su marcha directamente a este recinto: «Es un negocio estable con clientela habitual», destacan en el anuncio.

Y es que los camping viven una especie de bonanza. Un incremento impulsado tras el desconfinamiento. El turismo sobre ruedas y de camping vivió un fortísimo auge por su vínculo con la naturaleza. Un 'boom' que también registraron los otros dos campings de Álava. Angosto e Ibaia, los otros dos referentes del territorio, también han vivido veranos «nunca vistos» por la alta demanda.