El Valle Salado de Añana trabaja en recuperar su ecosistema primigenio
La Fundación Valle Salado destina 180.000 euros a la fase dos de un proyecto de mejora de los hábitats de la zona
Ania Ibañez
Domingo, 7 de septiembre 2025, 00:08
Salinas de Añana sigue recuperando su valle. Esta vez lo hace con un proyecto que pretende eliminar toda la vegetación arbórea y arbustiva que ha ... invadido las zonas altas del valle para impulsar una flora y fauna exclusiva del ambiente salino. Es decir, el de sus orígenes. Para ello la Fundación Valle Salado de Añana saca a concurso la segunda fase del proyecto de recuperación y mejora de los hábitats, con un presupuesto de 180.176 euros.
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En una primera etapa, en 2023, inventarió y marcó las especies protegidas y halófilas –vegetación que crece de manera natural en suelos salinos– a conservar. Después se procedió al desbroce de la zona este del valle. Una vez libre de maleza, se estableció un peculiar sistema de riego para fomentar el crecimiento de las plantas halófilas, explica Rubén Rodríguez de Yurre, responsable del área técnica de la fundación. «De esta manera, realizamos un riego controlado». «Lo hacemos aprovechando la lluvia, porque estas plantas no necesitan un riego exclusivamente salino». De hecho, si así fuera, se «eliminaría toda vegetación», aclara Rodríguez de Yurre.
Con este proceso, la salmuera –agua salina– con la que se riegan las plantas se «disuelve con el agua de lluvia, penetra en el terreno y eso propicia que las plantas halófilas crezcan fácilmente mientras las no autóctonas no llegan a desarrollarse». Los riegos son «muy cortos» y con «pequeñas cantidades de salmuera», que se distribuye por una red de tuberías con pequeños aspersores.
El proyecto consiste en el riego controlado de agua salina a travésde aspersores y aprovechando la lluvia
Anteriormente se hacían labores similares con «aspersores que hay en jardines, los de trípode», pero ese método era «mucho más engorroso». Ahora se usa un sistema automático con un software que, a través de antenas, permite «controlar y poner los horarios de riego desde la oficina». También se vigilan las cantidades de agua que se vierten en el terreno.
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Todo este proceso ha sido «consensuado» con el Jardín Botánico de Olarizu y la Sociedad de Ciencias Aranzadi, que se encargaron de «estudiar y vigilar la vegetación halófila del valle», prosigue el técnico.
La implementación de estos riegos durante la primera fase ha sido exitosa ya que «ha desaparecido totalmente la vegetación no autóctona», expresa Rodríguez de Yurre. «Ahora mismo ya tenemos más de diez especies de plantas halófilas en esa zona», vegetación que seguirá desarrollándose en un «ambiente fantástico para ellas».
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«Devolver a la naturaleza»
Así que en esta nueva etapa quieren hacer el mismo proceso en la ladera oeste del valle durante los últimos dos meses de este año y los dos primeros de 2026. Se recuperarán las estructuras salineras que existen en esa zona –por encima de la cota de la red de manantiales y canales que transportan la salmuera– como pozos, eras y canales. Aunque crear nuevas eras que explotar para sal no es «el objetivo», explica el técnico, porque en esta zona «la salmuera no llega desde los manantiales por gravedad».
Esta recuperación se debe al «valor medioambiental que tiene el Valle Salado de Añana, que es un paisaje natural y único en el mundo», dice Rodríguez de Yurre, un paisaje que se ve «estropeado por las raíces de estos arbustos, que dañan las estructuras salineras, los entramados de madera y los pozos».
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Pablo de Oraá, director gerente del Valle Salado, comparte este sentimiento. «Es el compromiso de la Fundación preservar la identidad y autenticidad del valle», recalca, «devolver a la naturaleza lo que esta nos presta».
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