Trabajadores de Correos acampan frente a la sede de Postas en defensa del servicio público
UGT y CC OO denuncian los recortes de personal y oficinas que está sufriendo Álava y anuncian huelga para los días 1, 2 y 3 de junio
Bajo el lema 'salvemos el servicio postal', delegados de UGT y CC OO, los sindicatos mayoritarios de Correos, han protagonizado este martes una acampada junto a trabajadores de esta compañía estatal en la que denunciaron el «desmantelamiento del servicio público postal que ha visto recortada su financiación un 50% en los últimos años». La ciudadanía «tiene que soportar a diario la pérdida de calidad y regularidad del reparto a domicilio debido a los recortes presupuestarios y de plantilla que Correos, como operador designado por Ley, debe prestar de forma accesible», explicó Isabel Garrido, delegada de Comisiones Obreras.
En Álava «hasta hace no mucho tiempo éramos 400 trabajadores, ahora seremos 350 o incluso menos porque las cifras siempre van a la baja». Al igual, añade, que las condiciones laborales «porque ahora se están haciendo contratos fijos con jornadas de cuatro horas al día. Eso no puede ser».
Garrido critica que «se están cerrando oficinas y centros de reparto, se están suprimiendo puestos en el ámbito rural y se están recortando horarios de atención al público». Y, además, recuerda que «el servicio postal universal debe ser asequible en su precio pero a pesar de ello el presidente de Correos ha incrementado las tarifas postales de forma desproporcionada y continuada en los últimos años».
Por este motivo, UGT y CC OO continuarán con sus movilizaciones durante este mes de mayo y se encaminan a una convocatoria de huelga general en Correos para los días 1, 2 y 3 de junio. Exigen al Gobierno central «salvar al servicio postal del desguace y el abandono» y cargan con dureza contra el actual presidente de la compañía, José Manuel Serrano. Lleva cuatro años en el cargo y desde el primer momento «ha querido aplicar un modelo logístico que se ha demostrado totalmente fracasado y ha generado el mayor agujero económico de la historia de Correos, una ruptura total del diálogo social que nunca había existido y unos niveles de desánimo y frustración de la plantilla sin parangón».
