Ainara López, vendedora de la ONCE, se abanica en Postas. Rafa Gutiérrez

Sudar el jornal como nunca en Vitoria

Trabajadores de los sectores más expuestos al sol sufren una jornada laboral «infernal».«Lo llevamos fatal con este calorazo», dicen

Borja Mallo

Martes, 12 de agosto 2025, 00:15

El día más caluroso de todo el verano, y uno de los más sofocantes de los últimos años, golpeó ayer con fuerza Vitoria, que alcanzó ... los 39,2 grados. La capital alavesa se encuentra a medio gas tras las fiestas, pero ya no es aquella ciudad que cerraba hasta finales de agosto por vacaciones y la actividad se mantiene en sus calles. Quienes tienen que trabajar a pleno sol padecieron una jornada de sufrimiento y mucho sudor. Un calor «infernal» que hizo su jornada laboral más dura y que provocó la sorpresa de unos turistas que suelen elegir nuestra urbe por sus temperaturas moderadas. Y en muchos locales ligados a la alimentación y la hostelería, sobre todo los que tienen horno, no se libraron de las temperaturas extremas. EL CORREO recorrió durante todo el día las calles de la ciudad para ponerse en la piel de todos estos trabajadores que ayer sudaron el jornal como nunca.

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  1. Pablo Pau, Zakarías Benzrira y Rafa Lanz Montaje de eventos

    «Vamos con gafas, crema, gorra... como de vacaciones»

Las fiestas de Vitoria acaban de terminar y es hora de desmontar todos los escenarios. En la plaza del Machete, un equipo de ocho personas en el que se encuentran Pablo Pau y Zakarías Benzrira se ha equipado «como si fuésemos de vacaciones». Gafas, crema protectora, gorra... Todo es indispensable en un espacio en el que escaparse de la incidencia del sol es prácticamente imposible. «Nos han dado agua y una nevera y nos han pedido que tengamos cuidado», relatan. Mientras, otro grupo trabaja en la plaza de Santa Bárbara después de haber sufrido penurias ya el domingo. «Llegamos a 38 grados, pero ahora es todavía peor y lo llevamos fatal con este calorazo», dice Rafa Lanz.

  1. Gilberto Henao Brigadas de Acción Inmediata del Ayuntamiento

    «Apartir de 35 grados se hace insoportable»

En la calle Las Escuelas, frente al Aterpe, Gilberto Henao, del servicio de mantenimiento municipal, se esfuerza en la reparación del pavimento mientras trata de resguardarse a la sombra. «Es un día difícil». Por experiencia sabe que «a partir de 35 grados es insoportable». No dejan de trabajar, pero hacen más parones para refrescarse: «Soy de Colombia, de Tierra Caliente, pero lo llevo fatal porque no paras de sudar y este trabajo requiere de mucho esfuerzo físico».

  1. Ainara López Vendedora de la ONCE

    «Por las tardes no vendemos ni un cupón»

Entre las calles Postas y Dato, Ainara López busca cada resquicio de sombra mientras los clientes le piden el número de la ONCE. Lleva toda la mañana intentando negociar hacer todo su turno de mañana y evitar las horas de mayor exposición, pero es imposible. «Nos dicen que hagamos nuestro horario normal y lo peor es a la tarde; encima, no vendemos ni un cupón». A los riesgos que amenazan a cualquier persona que se expone a temperaturas tan altas, añade que el lupus que sufre: «No me puedo poner al sol, así que si me pongo mala me marcharé al médico».

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  1. María Ruiz de Azua, Sara Ait Naceur yLucas Palacios Acción contra el Hambre

    «Si alguien se para, nos lo llevamos a la sombra»

A escasos metros, un grupo de jóvenes lleva todo el verano intentando captar personas que colaboren con la ONG Acción contra el Hambre. María Ruiz de Azua, Sara Ait Naceur yLucas Palacios se turnan «para buscar una fuente y refrescarnos». Cuando consigue que algún transeúnte les atienda se lo llevan «rápidamente a la sombra para ver si logramos convencerle».

  1. Elisabeth Ochoa de Eribe Guía turística de Guías Artea

    «Los turistas se enfadan porque vienen por el fresco»

Elisabeth Ochoa de Eribe acaba de cerrar su segunda visita de la mañana, a mediodía, y asegura que ha sido «terrorífica» porque es el peor momento para encontrar sombra. «El Casco a la tarde está más protegido, pero ahora el Machete es la peor zona y es imposible reguardarse». En verano busca todos los puntos que evita en invierno, por ejemplo alguna zona «con corriente». ¿Y qué opinan los turistas de este tiempo? «Se enfadan porque en muchos casos vienen a buscar el fresco;las dos últimas semanas de julio estaban encantados».

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  1. Koldo López Tren 'Gasteiztxo'

    «Con el nuevo tren hemos mejorado muchísimo»

Koldo López ha mejorado sus condiciones laborales del pasado año a este como conductor del tren turístico de Vitoria. «El nuevo tiene aire acondicionado y hemos mejorado muchísimo porque con calor era criminal». Mientras suben y bajan usuarios le toca exponerse, pero poco rato. Y como guía ofrece a los pasajeros las comodidades que puede porque «en los vagones sí que se pasa calor». «Les damos abanicos y cuando paramos buscamos las sombras».

  1. Mikel Lerminez La Vitoriana

    «Al lado del horno esto parece el Amazonas»

Traspasar la puerta de la panadería La Vitoriana de la calle San Antonio es como acceder a un refugio climático.Pero quien trabaja dentro lo disfruta a medias. «Si entras a la zona del horno estás a más de 40 grados, parece el Amazonas pero sin humedad», refleja Mikel Lerminez, que saca 300 barras de pan al día. Además, el aire acondicionado es un arma de doble filo:«Con tanto cambio de temperatura coges algún catarro y si tienes que entrar en la cámara congeladora...». Además, las ventas bajan con el calor.

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  1. Susana Sastre Pollo Bueno

    «Con los tres asadores llegamos a los 60 grados»

Todo lo contrario que ocurre con el pan sucede con los pollos asados. «Cuanto más calor hace, más vendemos;la gente no quiere meterse en la cocina y va a lo fácil», señala Susana Sastre, de Pollo Bueno. En su pequeño local de El Pilar es «imposible instalar aire acondicionado» y en su caso estar con las puertas abiertas «permite que corra un poco el aire, aunque entra calor». Y es que si fuera los termómetros alcanzan los 40 grados, en el interior al lado de los asadores se van «hasta los 60». «Ylo peor es un domingo, con cinco personas trabajando y todas las máquinas en marcha». ¿Sus secretos? «Ventiladores portátiles, toallas refrigerantes y bebidas isotónicas, como si fuésemos unas campeonas».

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