Un ertzaina observa la huella del zapato de un ladrón en un local de Vitoria. E. C.
Robos en Vitoria

«Aunque sonó la alarma y la Ertzaintza llegó en 2 minutos, ya se habían llevado la caja registradora»

Es el drama de los minoristas de Vitoria. La oleada de asaltos nocturnos a sus tiendas, bares y restaurantes cumple su segunda semana

Domingo, 6 de marzo 2022, 01:14

Son escurridizos, también toscos y sobre todo insaciables. La capital alavesa cierra su segunda semana consecutiva de robos nocturnos a comercios y a bares. «Vamos ... a un asalto por noche», asumen con preocupación patrulleros de la Ertzaintza y de la Policía Local. Fuentes internas de ambos cuerpos hablan de «tres grupos diferentes» que actúan de forma intermitente y que, en ocasiones, se solapan.

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En su diana aparecen pequeñas tiendas de barrio, bares y restaurantes. Siempre tienden por aquellos negocios sin persiana de seguridad. Tras romper los cristales –casi siempre «con una arqueta de alcantarillado»–, van directos a la caja registradora, rapiñan lo poco que encuentran y desaparecen con la misma celeridad con que irrumpieron.

«A mi negocio entraron la madrugada del miércoles. Fue mala suerte porque esa noche no habíamos bajado la persiana para que les diera más luz a las plantas», refleja uno de los afectados. Rompieron a golpes un ventanuco de su restaurante, enclavado en Txagorritxu, y una vez dentro se movieron a toda velocidad.

Un hostelero de Lakua muestra el lugar por donde un ladrón se coló esta semana. D. G.

«Vivo muy cerca y como saltó la alarma me avisaron, cuando bajé ya había llegado la Ertzaintza, tardaron dos minutos desde el aviso, pero esta gente ya había desaparecido». Al menos en este caso, uno de los ladrones se hizo un corte y «dejó un reguero de sangre» al que tomaron muestras.

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Por cierto, en ese tiempo récord dentro de su local arrancaron de cuajo la caja registradora. En su interior había «unos 900 euros», reconoce el dueño. «Si no teníamos bastante con la pandemia, ahora esto. Para los que mantenemos plantillas largas, cualquier imprevisto supone una losa más tras dos años muy difíciles. Cada vez resulta más complicado llegar a fin de mes», se queja con amargura.

Esta oleada aún activa afecta a Coronación, Santa Lucía, San Martín, pero sobre todo a dos barrios engarzados; Lakuabizkarra y Lakua-Arriaga. En este último se localiza uno de los últimos bares asaltados con nocturnidad. En su fachada todavía hay un tablón para ocultar el boquete. «Fíjate qué estropicio para llevarse cuatro monedas, porque no dejamos más», subraya el camarero. A él le entraron tras estampar una tapa de alcantarilla contra el ventanal. «Los ertzainas pudieron tomar huellas, así que espero que pronto le cojan».

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Las tiendas tampoco se libran. En un negocio de alimentación de Coronación están «a la espera de revisar bien el vídeo de seguridad, porque nos rompieron la cristalera pero no echamos en falta nada. Creo que no les dio tiempo», matiza el responsable.

«Hasta doce golpes»

A algunos les han asaltado dos veces en lo que va de año. Es el caso de un hostelero de Lakuabizkarra. «Le tenemos grabado y el vídeo lo mandamos a las autoridades», comparte entre enojado y resignado. «Viene en bicicleta. Es bajito, no medirá ni 1,70. Empieza a dar golpes con una arqueta al cristal. Hasta doce contamos», disecciona. Un día huyó con «la recaudación». Al otro, «con un ordenador» bajo el brazo.

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Pese a que saltó la alarma, «ningún vecino llamó al 092 o al 112. Eso me resulta curioso porque cuando sacamos y quitamos la terraza bien que nos echan en cara el ruido», ironiza. Fuentes internas de ambos cuerpos remarcan que «no podemos estar en cada esquina, si oyen y ven a estos ladrones llamen de inmediato a emergencias».

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