Sólo el 15% de los bares de Vitoria abre sus terrazas, pero logra llenarlas
La clientela retorna con ansia a los desayunos y los vinos. Por la tarde se vivieron aglomeraciones en numerosos puntos, entre ellos Judimendi, Ensanche o Lakua
David González y Ramón Albertus
Martes, 12 de mayo 2020, 00:16
Había ganas de sobra en el personal. De ese cortado mientras se ojea EL CORREO. De un pincho reparador después de trotar por el Anillo ... Verde. O de una cervecita con los amigos aunque fuera lunes. La búsqueda de terraza -sólo levantó la persiana el 15% de los bares de Vitoria, según una encuesta de Gasteiz On- se convirtió ayer en mandamiento bíblico para muchos vitorianos tras dos meses de confinamiento.
El problema se vivió por la tarde, cuando cesó la lluvia. En varios puntos de la ciudad, entre ellos Judimendi, Ensanche, Lakua, Zabalgana o Casco Viejo, las aglomeraciones fueron evidentes. Patrullas de policías locales y ertzainas tuvieron que llamar la atención en numerosas ocasiones a grupos de personas que esperaban a ocupar terrazas o no guardaban la distancia de seguridad. También, conminaron al cierre a, al menos, dos establecimientos. El 092 y el 112 recibieron ayer «decenas» de llamadas de vecinos alertando de supuestos incumplimientos.
«No hemos parado en toda la tarde», señalaron patrulleros de la Policía Local y la Ertzaintza. Los agentes se toparon con ciudadanos consumiendo mientras esperaban a que quedara alguna mesa libre, puntos en los que no se respetaban las distancias de seguridad... En un bar de Judimendi, por ejemplo, la presencia policial acabó con desbandada general de las decenas de clientes agolpados en ese enclave. «Si se repiten estas actitudes incívicas, se empezará a multar con mucha mayor severidad», advierten desde la comisaría de Aguirrelanda y Portal de Foronda.
Al margen de cómo evolucione el tránsito hacia las terrazas en los próximos días, ayer se vivió un día de aluvión hacia los bares abiertos. Bien lo sabe la cuadrilla de Mikel, Beñat, Laura y Cayetana. Madrugadores, estos vecinos de Judimendi quedaron ¡a las ocho de la mañana! «Hemos tenido que dar cuatro vueltas hasta encontrar un bar abierto», desvelaron acodados alrededor de una mesa del Ertza, en la calle Polvorín Viejo. Empezaron con cafés. Atornillados a sus sillas, a las diez se pasaron a las cervezas. «Esto es genial. ¡Cómo lo hemos echado de menos!», se sinceró Cayetana.
Las claves
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Vuelta a la normalidad «Estas cervezas saben a gloria», dicen Aitor, Davidson y Janire, sentados en el Silver
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Vigilancia desde los balcones «Decenas» de vecinos llaman al 092 para advertir de presuntos incumplimientos
Esa escasez de plazas se notó en puntos como la plaza de España, Virgen Blanca, Amárica, Abastos o la Cuchi. Porque en el Centro, la lista de valientes se redujo a dos de la plaza de los Fueros (el Harria y el Kilima), el Mirador de Salburua o el O'Connors. Hasta pasar de casilla, a la fase 2, se supone que en quince días, los bares sólo pueden ofertar el 50% de sus mesas de terraza. Y a muchos no les compensa.
El mismo páramo hostelero se apreció fuera del kilómetro cero vitoriano. En la Avenida de Gasteiz, los de la Cafetería David tiraron de metro para separar las mesas. Una de sus primeras clientas fue Chelo, quien recuperó sensaciones de hace dos meses. «Tenía muchas ganas de un cortadito en la calle después de tanto tiempo», comentó tras retirarse la mascarilla para dar el primer sorbo. En esa arteria abrieron el Principal o el Larrain.
Cotos de poteo como la calle Ariznabarra, Gorbea, Independencia, Pío XII o Reyes de Navarra lucieron tristones, a la espera de condiciones de desescalada más idóneas. Por eso daba gusto ver el Silver de Navarro Villoslada. Aitor Acedo, Davidson y Janire se estrenaron con unas rubias. «Saben a gloria». Juraron y perjuraron que se habían encontrado casualmente minutos antes.
«A medio gas»
En los nuevos barrios el panorama fue similar. En Zabalgana abrió el Deep Blue, el garito más antiguo del distrito. «Estamos a medio gas y no sé si compensa, pero hay que intentarlo. De momento sólo estamos mi mujer y yo», contó Mario, el dueño. En Lakua, la terraza de La industrial estaba llena. «Tenemos los mismos gastos y sin ingresos no se puede seguir. No hemos logrado ninguna ayuda ni subvención», se quejó José Lasarte.
En Sansomendi, a la hora del vermú, una veintena de clientes se desperdigó por el exterior del Gasteiz. Marcos aprovechó a quedar con su cuadrilla. «No me creo estar aquí. Pero ahora hay que tener cuidado porque puede haber una segunda ola», advirtió. El bar Luken, en Zaramaga, sí cumplió. Su responsable, Beatriz Morales, añadió que «la gente está siendo responsable. Sacar para pagar gastos será muy difícil. Antes tenía el triple de clientes».
La jornada también dio para otras situaciones inconcebibles a estas alturas. La Policía Local tuvo que reprender a tres varones que jugaban un partido de pelota en la plaza de Los Fueros a media tarde.
La Policía Local paró un partido de pelota en Fueros
No todos los que este lunes salieron de casa por la tarde fueron a las terrazas. Hubo quien se dispuso a jugar un partido de pelota. Y de hecho, tres hombres comenzaron a disputarlo en el céntrico frontón de la plaza de Los Fueros. Sin embargo, poco les duró la alegría tras dos meses con los frontones de Vitoria cerrados a cal y canto. Un agente de la Policía Local de Vitoria se personó en el lugar para interrumpir el partido y conminar a los pelotazales a abandonar la actividad.
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