Delitos en Álava

Seis detenidos y tres heridos el fin de semana en Vitoria por peleas nocturnas con botellas rotas

«Aunque ya no se desarrolla con la intensidad de febrero –cuando hubo cuatro apuñalados en una céntrica discoteca– o marzo, el plan antinavajas sí parecer causar un efecto persuasivo», discurren fuentes internas de la Policía autonómica. Sin embargo, parece que algunos han decidido recurrir a las botellas de cristal, convenientemente rotas antes de ser utilizadas, cuando se enfrascan en una gresca. En Bilbao, un joven de 23 años –con antecedentes– ingresó en prisión el sábado por idéntico motivo.

Separados por un par de kilómetros, los focos de tensión en Vitoria los protagonizaron personas sin relación entre ellos. En el más reciente, fechado la madrugada del domingo ocurrió en las fiestas de Arana. Tres jóvenes atacaron y golpearon con un botellín a otro en la cabeza por motivos que se investigan. Esta persona precisó atención médica.

Hasta el lugar se acercaron varias dotaciones policiales. Localizaron a un par de los supuestos agresores sentados en un banco, a escasa distancia del lugar de los hechos, intentando pasar desapercibidos. Gracias a la colaboración ciudadana, su treta resultó un fracaso.

El tercer sospechoso trató de ocultarse entre la muchedumbre que a esas horas disfrutaba del ambiente, ajena al ataque conjunto ocurrido minutos antes. Este trío, compuesto por jóvenes desarraigados, pasará a lo largo de esta mañana a disposición del juzgado de guardia de Vitoria, Instrucción número 1.

Por su parte, en la disputa registrada 24 horas antes, dos vecinos de Coronación declararon que, al salir de un establecimiento hostelero tras consumir bebidas alcohólicas y por razones que no supieron especificar, les atacaron tres jóvenes. Se supone que no se conocían. Al menos uno de ellos usó a modo de defensa un botellín, cuya base rompió y esgrimió contra los agresivos desconocidos.

Ahora le investigan por provocar una herida considerable en una mano a uno de ellos. No en vano necesitó de una intervención quirúrgica de urgencia, realizada pocas horas después. Al oír las sirenas policiales –vecinos alarmados solicitaron ayuda–, este implicado decidió refugiarse el baño de un bar cercano. Se coló por la persiana medio bajada. Le descubrieron gracias al reguero de sangre. No opuso la resistencia mostrada por el dúo de supuestos asaltados para sorpresa de los uniformados que acudieron en su ayuda. De ahí que acabaron la noche de asueto con dos cargos; «atentado a agentes de la autoridad» y «riña tumultuaria».

Hasta este incidente ahora judicializado carecían de antecedentes. Se desconoce el paradero de los dos desconocidos que acompañaban al lesionado en la mano. Se cree que lograron escapar con la aparición de las primeras patrullas. «Como mínimo se estaban pegando cinco, sí», dice un testigo que siguió la trifulca desde la ventana de su piso. Ambas peleas llegan cuando Vitoria abre las puertas de la temporada estival de festejos de sus barrios más importantes y la Virgen Blanca.