«Rotundamente no, no es el momento de subir impuestos»
Expresa su preocupación por las «altas tasas» de absentismo en Álava: «Tenemos un problema y cuanto más tardemos en reconocerlo será peor»
Lleva 17 años en primera línea, seis al frente de la Caja Vital y los últimos once como presidente de la Cámara de Comercio. Pero ... no cierra las puertas a seguir un cuarto mandato «porque estoy al servicio de las empresas». Con 68 años, Gregorio Rojo «ni mucho menos» piensa en la jubilación. Le preocupa más la recuperación del tejido económico y la salida de la crisis.
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- ¿Está de acuerdo con las decisiones que han ido tomando los políticos en esta pandemia?
- Todo el mundo trata de acertar. Estamos en una sociedad que dice 'yo hubiese hecho...'. Pero aquí había que actuar rápido y aplicar medidas, y creo que han sido las correctas. Quizá habría habido que anticiparse en algunas de ellas, pero se han tomado medidas importantes para mantener la economía productiva como los ERTEs, que frenaron la sangría de parados, o las ayudas a la financiación con los créditos ICO y de Elkargi.
- Para pagar la factura de la crisis, ¿hay que subir impuestos?
- No, rotundamente no. No es el momento. Ya habrá tiempo de analizar qué factura nos va a acarrear y cómo se pagará todo el endeudamiento del Estado.
- La solución a la economía, ¿puede estar en los fondos europeos?
- No, no es el maná ni la panacea para salir de la crisis. Hay que aplicarlos en proyectos que nos sirvan para competir en el futuro pero no vienen a compensar el gasto corriente. La solución va a estar en nuestras empresas, empresarios y profesionales, que son el principal activo que tenemos. El sector privado ya nos ha sacado de muchas crisis y volverá a hacerlo. El empleo y la riqueza lo crean las empresas y ahora son el mejor escudo social.
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«Muchos mayores no están preparados para manejarse en el cajero y necesitan atención en persona»
sin ventanillas en kutxabank
- Los costes laborales son una de las grandes preocupaciones de las compañías. ¿Eso puede jugar en contra del futuro de alguna gran industria en Álava?
- Aquí tenemos un problema y cuanto más tardemos en reconocerlo será peor. Cuando una fábrica en Álava tiene cifras de absentismo muy superiores a otra del mismo grupo en Castilla, algo no va bien. Muchas empresas no se preguntan quién da la baja sino quién da el alta. El absentismo hay que abordarlo con diálogo y pacto con la parte social. No es lógico lo que sucede en Álava con unas tasas tan altas.
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- ¿Y cómo se pueden reducir?
- No lo sé. Habría que preguntarse qué están haciendo en otras partes de España para tener porcentajes muy inferiores. Algo estaremos haciendo mal y entre todos hay que solucionarlo.
- Dice que no hay que subir impuestos. ¿Y los salarios?
- Hay que ir empresa por empresa porque cada una es diferente. Si existen ERTEs es porque no hay suficiente actividad y entonces no es momento de subir salarios, pero quizá tampoco de bajarlos. Cada empresa es un mundo.
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- Hablemos de sectores en crisis y la aeronáutica, con un peso relevante en Álava con plantas como Aernnova o Alestis, está sufriendo de forma importante.
- Solo hay que mirar dónde están los aviones, en tierra. El problema es gordo y será uno de los sectores que más tardará en salir de la crisis. Si no hay vuelos, no se construyen aeronaves y eso lo sufren nuestras fábricas.
«El mejor escudo social para salir de la crisis son nuestras empresas. Crean riqueza y empleo»
sector privado
Caída de las exportaciones
- La automoción también mira al futuro con incertidumbre, pese a la revisión al alza de la producción en Mercedes.
- Tenemos en Álava empresas que son referentes en el mundo en su sector. Hablo de Mercedes, Michelin, Aernnova, Tubacex, Tubos Reunidos, Talgo... Mercedes en concreto está muy comprometida con el territorio pero ahora vive una situación de reconversión de la planta para potenciar el vehículo eléctrico y apostar por el medio ambiente y la energía verde. Hay que ser optimistas con su futuro y la parte social se debe dar cuenta de estos cambios y acompañar a la empresa para llevarlos a cabo.
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- La hostelería y el comercio, ¿se recuperarán de esta crisis?
- Todo lo que tiene que ver con la hostelería, turismo y comercio están más castigados porque dependen mucho de la movilidad de las personas. Y cuando se restringe, la actividad se resiente. Los hosteleros están siguiendo todos los protocolos para cumplir lo que se les ordena y no son los culpables de los contagios. Y si tienen que parar o cerrar, hay que dar ayudas directas. La hostelería y el comercio dinamizan las ciudades. Es lo que realmente nos socializa y falta va a hacer.
- La Cámara de Comercio acompaña a las empresas en su internacionalización, pero con las limitaciones de movilidad las exportaciones se habrán resentido. ¿Cómo puede afectar a la balanza comercial?
- Hemos decrecido en más de un 20% y esto se nota en Álava. Pese a todo, soy optimista porque nuestras empresas son muy exportadoras y en cuanto se vuelvan a abrir los mercados y pasemos esta pesadilla, volveremos a recuperarnos con creces.
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- Foronda sigue funcionando a lo grande en carga pero la Covid-19 ha echado por tierra la progresión en pasajeros. ¿Qué espera del nuevo contrato de cuatro años con Ryanair?
- Con este nuevo contrato de promoción del aeropuerto salen ganando Vitoria, Álava y Euskadi. Cuando compañías como Ryanair apuestan por Foronda, es que vamos en la buena dirección. Y estoy convencido de que cuando salgamos de esta situación de pandemia recuperaremos los niveles previos a la crisis y creceremos en viajeros.
«Si han de cerrar, que les den ayudas directas. Dinamizan la ciudad y nos permiten socializar»
hostelería y comercio
- ¿Y llegarán nuevas aerolíneas?
- Estoy seguro de que sí.
- Antes de presidir la Cámara dirigió seis años la Vital cuando era la caja de los alaveses. Con Kutxabank, ¿se ha perdido ese espíritu de pertenencia?
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- Kutxabank viene de la unión de las tres cajas de ahorros vascas y cuando uno acoge los principios fundacionales de las cajas ve que lo importante era dar servicio a las personas con menos recursos. Se hablaba de que las cajas tenían alma. Me gustaría y quiero pensar que Kutxabank tiene que tener alma.
- Pero decisiones como cerrar el servicio de ventanilla en el 23% de las oficinas de Vitoria tampoco ayudan a mantener el arraigo, ¿no?
- El alma de las cajas era su obra social y qué mejor obra social que un buen servicio a sus clientes. No todo el mundo tiene las mismas posibilidades ni está capacitado para usar las nuevas tecnologías para dar respuesta a sus necesidades. Entiendo que Kutxabank representa al espíritu de su fundación y al tejido económico y social de Álava. Por eso tiene la cuota de mercado que tiene y quiero que siga manteniéndola. Pero ha de ser consciente de que hay ciertas cosas con las que el ciudadano alavés puede estar molesto cuando se le priva de servicios necesarios en su día a día.
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- Con usted como presidente de la Caja Vital, ¿se hubiera tomado la decisión de cerrar ventanillas en las sucursales?
- No lo sé. Cuando uno tiene la responsabilidad, lo más importante es la solvencia del banco. Pero quizá se puedan tomar otro tipo de medidas. Y ver filas en un cajero automático o en un banco no dan buena imagen. Hay que preservar la dignidad de las personas. Hay muchos mayores que no están preparados para hacer operaciones en un cajero y han de tener la posibilidad de que les atiendan en la oficina de manera personal.
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