Rioja Alavesa elimina en el último año 180 hectáreas de viñedo, su peor registro en cuatro décadas
Laguardia acapara dos tercios de la reducción y sólo cuatro municipios ganan terreno para explotar vides
La crisis de sobreproducción en la Denominación de Origen Calificada (DOCa) Rioja empieza a hacer mella en el núcleo del negocio vinícola de la comarca: ... las propias vides. En el último año 180 hectáreas de viñedos alaveses inscritos ante el Consejo Regulador han desaparecido de un plumazo. Así se desprende de la memoria que anualmente presenta la entidad presidida por Fernando Ezquerro.
El informe de 2023, que se analizó la pasada semana en la sede del Consejo en Logroño, presenta las estadísticas de un año en el que, de nuevo, las ventas cayeron de forma relevante. «No ha sido un año bueno», es el lamento que volvía a escucharse en la reunión del ente gestor de la DOCa.
El creciente excedente en las bodegas hunde el precio y, por tanto, elimina la rentabilidad y el interés por producir vino. Hasta el punto de que, según el sindicato agrario Unión de Uniones, en verano el kilo de uva tinta llegó a estar a un precio de 75 céntimos que se desplomaba hasta los 60 en el caso de la uva blanca. No hay que olvidar, además, las cartas que envió la DOCa Rioja el pasado verano advirtiendo a algunos viticultores de supuestos excesos de producción que incluso podían llevarles a perder la prestigiosa etiqueta de Rioja.
De 1984 a 2024 Rioja Alavesa ha pasado de 8.039 a 13.171 hectáreas de viñedo en activo
Según el Consejo Regulador, la comarca ha perdido 172 hectáreas, pero en ese recuento la denominación no tiene en cuenta los viñedos que se han acogido a la cosecha en verde. En otra contabilidad, desglosada pueblo a pueblo, la cifra se eleva hasta las 180, según el cómputo realizado por este periódico.
Sea cual sea la cifra elegida, la realidad es que Rioja Alavesa no había perdido tantas hectáreas de viñedo desde hace cuatro décadas; desde 1984, que es cuando arranca el recuento estadístico que figura en la memoria institucional, Lo más cerca que se estuvo de esa debacle es 2018 -cuando se llegaron a borrar de un plumazo 160 hectáreas-. Antes habría que remontarse hasta principios de siglo, al año 2015, cuando el sesgo de vides se cuantificó 153.000 metros cuadrados.
En cualquier caso, esos recortes son sólo borrones, anomalías en una senda de evolución desde hace cuarenta años. De 1984 a 2024 Rioja Alavesa ha pasado de 8.039 a 13.171 hectáreas de viñedo en activo. El ajuste de este 2023, pese a su volumen, apenas retira supone que se retiren del mapa el 1,3% de la superficie total dedicada a la producción de uva. En otras palabras, tampoco tendrá un impacto significativo para solucionar el problema de excedentes que registra en su conjunto la Denominación Rioja. En todo el ámbito (Además de Rioja Alavesa, Rioja Alta y Rioja Oriental), de hecho, se han dejado de explotar 1.189 hectáreas de viñedo.
Ganaron superficie Labastida, Leza, Yécora (menos de tres hectáreas) y Elvillar (un total de 22)
Tendencia a la baja
En una entrevista publicada el pasado domingo por EL CORREO, el presidente de la Cuadrilla de Rioja Alavesa, Txema Elvira, ponía negro sobre blanco el problema de la comarca. «Son tiempos difíciles. La verdad es que no veo el futuro muy halagüeño porque es que no se vende vino. El tema es que no se vende vino, en general. Tenemos que fomentar, más si cabe, el enoturismo, donde somos un referente», afirmaba.
Esa idea, ese «no se vende vino», parece que ha sido captado a la perfección en la comarca. De los 15 municipios alaveses con viñedos inscritos, once recortaron los terrenos dedicados a la uva. Sólo cuatro expandieron sus terrenos vitícolas y tres de ellos (Labastida, Leza y Yécora) pusieron menos de tres hectáreas de viñedo extra. Elvillar, que ganó 22.000 metros cuadrados, fue la excepción.
Laguardia aporta la cruz de esa misma moneda. La cabecera de la comarca es la que más superficie ha recortado para la producción de los preciados caldos: 123 hectáreas; más de un millón de metros cuadrados. Eso no quita para que sea el municipio que más terrenos dedica a elaborar vino: uno de cada cuatro viñedos alaveses se ubica en la villa situada a 64 kilómetros de Vitoria, que es, además, la mayor productora de toda la Denominación de Origen Calificada Rioja.
Tras Laguardia se sitúa un amplio abanico de municipios que restan. Desde la escueta hectárea que retiran Villabuena de Álava o Elciego a las 21 que se diluyen en Lapuebla de Labarca o las 18 en Lanciego. A esos viñedos retirados incluso se podrían sumar otras 131 hectáreas de vides que, pese a estar inscritas, no producen uvas. Pese al recorte de superficie, las cifras de bodegas en Álava se mantienen. Son 262 las registradas en el territorio, de las cuales 233 figuran con registro de embotellador.
En su contexto
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0,75€ fue el precio que se llegó a pagar en verano por el kilo de uva tinta en la DOCa Rioja según el sindicato agrario Unión de Uniones. El kilo de uva blanca estuvo incluso más barato, se cotizó a apenas 60 céntimos por kilo.
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La uva tinta, la reina de Rioja Alavesa Su dominio en el conjunto de la denominación es evidente, pero se acrecienta más en suelo alavés, donde la uva blanca apenas representa el 6,75% de los viñedos.
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-1,3% es el porcentaje en el que se ha recortado la superficie de viñedo en 2023. Aunque el ajuste sea el mayor en las últimas cuatro décadas es irrelevante en un contexto generalizado de sobreproducción.
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Sin impacto en las bodegas Pese al recorte en la superficie que produce uva, las bodegas inscritas en la Denominación se mantienen en 262, las mismas que hace dos años.
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