Los Reyes Magos ya están en Vitoria
Melchor, Gaspar y Baltasar llegan puntuales a su cita con los niños de la capital alavesa, que les reciben entre gritos e ilusión
Ya están en Vitoria. Cuando las agujas del reloj marcaban las 11.06 horas, los Reyes Magos llegaron a la estación del tren de la ... calle Dato. Melchor, Gaspar y Baltasar, acompañados de todo su séquito, bajaron del convoy procedente del mundo de los sueños. Como estrellas del pop, su aparición fue recibida con un enorme griterío de los más pequeños de la casa, con las miradas expectantes y las sonrisas bien abiertas, pero también de muchos adultos que les acompañaban.
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Y es que la arteria que conecta la estación del ferrocarril con la plaza de España estaba a rebosar desde las diez y media de la mañana. El Ayuntamiento había colocado vallas para evitar sustos y quienes llegaron más apurados de tiempo se tuvieron que conformar con una segunda o incluso tercera fila para saludar a Sus Majestades.
La llegada de un Alvia ha despertado la ilusión de los mas pequeños. Falsa alarma. Ahí sólo iban viajeros rumbo a Madrid. Tras ello, la megafonía ya ha sido clara: «En breves momentos llegarán los Reyes Magos a la estación de Vitoria», lo que ha encendido a los más entusiastas de los Magos de Oriente. Muchos de los pequeños han venido incluso con cartas para entregarlas en persona.
Los Reyes han viajado desde la estación hasta la Casa Consistorial en los coches del Araba Classic Club y acompañados por el espectáculo 'Mediterraneus' de la compañía Todozancos. Los motores de los vehículos históricos esperaban arrancados. Al salir de la terminal, de nuevo todo un griterío de niños boquiabiertos conforme han visto salir a la realeza. A partir de ahí, la comitiva real ha enfilado la calle Dato.
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A lo largo de toda esta arteria, una nube de fans que ya les gustaría a muchos artistas. Gritos de los más pequeños para todos (especialmente para Baltasar). Y es que en Vitoria hay verdadera devoción por Sus Majestades. Algunos niños llevaban sus dibujos para entregárselos a los pajes y otros incluso se animaron a adaptar el tradicional villancico para decir «Vitoria ya se ve» en vez de «Holanda ya se ve».
También formaba parte de la comitiva un tractor que llevaba un remolque repleto de regalos. «Yo creo que he visto el tuyo», bromeaba una abuela con su nieto. A las 11.38 horas, y tras saludar a la alcadesa Maider Etxebarria y la concejala de Cultura, Sonia Díaz de Corcuera, han entrado por la puerta principal de la Casa Consistorial. Mientras el gentío que se agolpaba en la plaza de España esperaba la salida al balcón de Melchor, Gaspar y Baltasar, la charanga no ha dudado en interpretar villancicos que han conseguido que muchos se arranquen a bailar.
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«Qué felices nos hace estar en esta ciudad tan bonita, y yo estoy más ilusionado que nunca porque he recibido más cartas que nunca. Osea que empiezo a ser el rey preferido favorito», ha bromeado Gaspar. «Sabemos que este año habéis sido muy responsables y que tenéis la habitación ordenada», ha añadido Melchor. «Los retos que os habíais marcado el año pasado los habéis superado muy bien», ha rematado Baltasar, quien ha animado a quienes les miraban boquiabiertos a jugar con los amigos «porque es mucho más divertido que hacerlo con un móvil».
«La vida se ve mejor con una sonrisa»
Sus Majestades han desvelado uno de los secretos de la Navidad: cómo saben dónde vive cada persona. «Vuestra ilusión genera una luz por la que os podemos ver y nos guía a vuestras casas», ha confiado Gaspar. «Este año sí que hemos notado que habéis pedido menos cosas porque habéis pensado en otros niños del mundo que no lo están pasando muy bien», ha aplaudido Melchor. «También os recuerdo que tenéis que respetar muy bien a la naturaleza», ha sumado Baltasar en un mensaje con claro objetivo 'green'. Los tres han puesto como reto para los vitorianos reciclar más y mejor en el año nuevo.
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Como ya desvelaron en una entrevista con este periódico, entre las peticiones de los vitorianos este año les han sorprendido una abuela que ha pedido una piragua para remar en el pantano y un abuelo con una raqueta de bádminton. «Con lo que hay que correr en el bádminton... Los aitites de Vitoria son muy deportistas», bromearon desde el balcón del Ayuntamiento.
«Intentad ser felices y que también lo sean los demás porque la vida se ve mejor con una sonrisa», ha concluido Baltasar.
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