Los retrasos en las obras de los campos de fútbol de Vitoria afectarán a 50 equipos de formación
Adurtza, Lakua-Arriaga y Ariznabarra esperan su cambio de césped, que durará 90 días y trastocará la temporada de 1.500 jugadores, en su mayoría escolares
Dicen los jugadores veteranos y nostálgicos que los peores campos son los que más curten. Las superficies que arañan la piel, el césped duro, el ... agua helada... Todo sirve para alimentar viejas historias. Pero con un límite. La perspectiva cambia por completo en cuanto los terrenos de juego entrañan un riesgo real o impiden que la actividad deportiva se desarrolle en condiciones óptimas. Y más cuando se escuchan promesas que, aunque al principio ofrecen cierto alivio, con el tiempo se transforman en un inquietante silencio que provoca una creciente preocupación e irritación. Es la sensación que hoy experimentan clubes como el Ariznabarra, el Lakua-Arriaga, el San Ignacio y el Adurtzabal, que observan a diario el deterioro de sus instalaciones y advierten que los plazos no caben en un calendario comprimido.
El Ayuntamiento planea sustituir los céspedes de Ariznabarra, Lakua-Arriaga y Adurtza durante el verano, algo que los cerca de 50 equipos que comparten las instalaciones celebraron tras una eterna espera. Y es que los dos últimos terrenos rozan ya los veinte años de vida, con el trajín que eso conlleva con el fútbol base y las categorías regionales. La sustitución de las láminas, sin embargo, necesita al menos 90 días para completarse: es decir, incluso empezando hoy, no estarían listas hasta mediados de octubre, lo que hace imposible que los terrenos de juego estén disponibles para el inicio del curso. Es más, algunos conjuntos ya han arrancado la pretemporada, mientras que los escolares tienen previsto comenzar la actividad a principios de septiembre.
«Silencio y falta de opciones»
Los clubes afectados lamentan el «silencio» y la «falta de alternativas» que llegan desde el Ayuntamiento, tanto en lo referente al inicio de los trabajos como a un eventual traslado provisional a lo largo de la próxima campaña. El Ariznabarra, de hecho, ha trasladado a su equipo de Tercera a Lakua-Sansomendi, aunque desconoce si podrá competir o ubicar al resto de sus conjuntos allí. Se trata de más de 20 escuadras, que se traducen en cerca de 400 jugadores. El de Lakua-Arriaga, por su lado, aún espera a conocer la solución para sus cerca de 300 usuarios, mientras que el de Adurtza, el más numeroso, debe dar respuesta a 700 personas.
Es decir, los retrasos en las obras afectarán a cerca de 1.500 jugadores en total, muchos de ellos en edad escolar. Esta última instalación, no obstante, cuenta con un segundo campo, que podría absorber parte de la actividad durante la sustitución, pero que podría verse saturado.
«La última promesa fue que empezarían en la primera quincena de julio», denuncia Iratxe López de Aberasturi, concejal de EH Bildu
El malestar de los clubes ha llegado al Consistorio, donde EH Bildu ha acusado al nuevo gobierno de «incumplir sus promesas». «Se llegó a decir que las obras estarían en marcha para finales de mayo. Posteriormente se retrasó a junio. La última promesa fue que las máquinas entrarían al campo en la primera quincena de julio. Tampoco se ha cumplido», señala la concejal Iratxe López de Aberasturi.
La Corporación, por su lado, calculaba tras la adjudicación de las obras de Adurtza (hace dos semanas) que los trabajos arrancarían a finales de julio o principios de agosto. Es decir, en el mejor de los casos, los terrenos de juego serían practicables para finales de octubre o principios de noviembre, con la temporada ya muy avanzada. La inversión total del Ayuntamiento para sustituir los tres terrenos de juego es superior a los 750.000 euros, que alcanza los 850.000 con el cambio de vallado previsto en Olaranbe.
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