«El propio acto de escribir es terapéutico»

– La idea general es que la literatura parte de la inspiración. Pero detrás hay muchas horas de trabajo con lecturas, formación en talleres y hasta manuales. ¿Cómo ha sido ese trabajo?

– Elena Tabares: En 'Cuerpo sin luz' parto de una experiencia laboral que tuve. He pasado por siete trabajos ya y uno de ellos me hizo reflexionar bastante. Empecé escribiéndolo porque siempre me ha gustado escribir de forma más terapéutica. Fue después cuando decidí ir hacia adelante hasta llegar a la publicación.

– Mikel Oraá: Yo he tenido que leer libros sobre cómo escribir libros. A los periodistas (también Madariaga y Perales lo son) se nos presupone cierto conocimiento del idioma. Pero nadie te enseña a escribir un libro, sino que es una aventura lo suficientemente interesante y ambiciosa que hay que afrontar con una cierta responsabilidad para que salga lo mejor posible. Creo que todos somos lectores. Yo, curiosamente, no soy un gran lector de novela. Leo muchos libros y la mayoría no son novelas. Entonces tienes que aprender…

– Lorena Madariaga: A mí me pasa igual. Yo sí que sentí el impulso de escribir ficción desde muy pequeña y he hecho ese proceso de aprendizaje a lo largo de los años porque siempre encuentras fórmulas nuevas. Por ejemplo, hice un curso de correctora profesional. Efectivamente, el punto de partida es algo que te inspira, pero luego no tiene nada que ver escribir una novela con escribir un relato o poesía. La novela tiene mucho trabajo de documentación, aunque hoy eso es más fácil.

– Diana Perales: Es verdad que desde la carrera, cuando haces Ciencias de la Información, aprendes a construir relatos cortos. Luego a lo largo de mi ocupación profesional he hecho otros cursos más dedicados a la escritura. En mi caso es distinto, porque mi libro es para un público infantil. No hice una formación expresa. Lo escribí hace tiempo y durante la pandemia lo leía con mi hija. Ella me hacía comentarios como 'Mamá, ¿pero crees que esta palabra la dice un niño o una niña de 8 años...?». Tuve que escribir poniéndome en la cabeza de un niño.

– ¿Cómo planifican la novela? ¿También tienen gente cercana que las leyó antes de publicar?

– E. T.: Yo empecé menospreciando lo que escribía y más tarde fui viendo que necesitaba organizar todo. Y en mi casa ponía pósits con el caso que quería contar. Como mi mayor referente ha sido Camila Läckberg, todos los recursos que he visto en sus libros los he ido anotando en una libreta. Pero con mi propio estilo. Estuve mirando cursos de escritura, pero económicamente no eran factibles. En mi casa, mi madre y mi hermana también son buenas lectoras y me apoyaba en ellas para buscar referencias...

– A excepción de Mikel Oraá que publica con la editorial Apache, las tres han autoeditado sus libros. ¿Optaron por ello después de llamar a editoriales y no obtener respuesta?

– D. P.: En mi caso, no me puse nunca en contacto con editoriales. Tiendo a ponerme en lo peor y pensé que todas las editoriales me iban a decir que no o iban a tardar mucho en contestar. Por eso publiqué a través de la herramienta que ofrece Amazon. Al ser un libro infantil también sentí que la portada tenía que ser atractiva y me animé a hacerlo en papel porque vi que para niños el 'ebook' no es lo ideal. Las madres normalmente queremos que se familiaricen con el papel. Es verdad que es un camino muy solitario, pero me ha sorprendido para bien. Igual también me hubiera sorprendido para bien si hubiera salido con editoriales… No sé si una vez autoeditado tienes alguna oportunidad.

– M. O.: Sí, de hecho lo que ahora hacen muchas editoriales es fichar a los autores que tienen cierto éxito cuando se autopublican.

– L. M.: En mi caso, yo lancé en la plataforma de Amazon en lugar de tenerlo en una carpeta del ordenador porque esta novela estaba escrita hace diez años. Era una necesidad vital sacarla.

– ¿Asumen que no ganarán dinero de la publicación de libros?

– M. O.: En mi caso ni se contempla. El beneficio económico no existe. Se asume que no pierdas mucho o que te quedes igual. En ningún momento he pensado durante esta aventura en clave económica. Pero para mí sí era importante que no tuviera que hacer un desembolso económico a la hora de publicar el libro y tener a una editorial detrás es una pantalla importante. Pero ganar dinero, a no ser que pase por ahí la posibilidad de hacer un formato audiovisual (serie, película…), está prácticamente descartado.

– L. M.: Creo que la manera de hacer dinero es esa.

– M. O.: Ahora mismo, sí.

– E. P.: Yo una vez recuperado lo invertido en sacar el libro (coste impresión, envío...), me gustaría llegar lejos. La ventaja de este libro es que se ambienta en un pueblo muy pequeño y corre como la pólvora ahí…

– ¿Piensan que ubicar las novelas en un punto concreto puede hacer que funcionen mejor?

– M. O.: A mí no me interesaba que se localizara en un punto concreto, pero sí me permití mis homenajes a Vitoria. La propia portada se inspira en la muralla. Al final, escribimos de lo que conocemos.

– E. P.: Yo quería mostrar con mi personaje el contraste entre la ciudad y el pueblo, entre el Condado de Treviño y Vitoria.

– L. M.: En mi caso era importante la localización. De hecho hay dos Vitoria: la actual, de hace dos años, y de los últimos años del franquismo. Y también hay lugares en los que he vivido: Londres y La Palma son localizaciones importantes.

–D. P.: Yo lo he localizado en mi pueblo Etxebarri -Ibiña, aunque está al lado parece otro mundo. Aparece la plaza del pueblo, el monte al que íbamos a hacer 'txorizada' y me he permitido la licencia literaria de inventarme un río ya que quería ensalzar la naturaleza. Está ahí ubicado, pero cada uno puede tener experiencias similares en otros pueblos. Es universal.

– Es el primer libro que publican. ¿Ya piensan en otro?

E. T.: Yo estoy pensando en hacer una trilogía. Dosifiqué la historia y voy a ir trabajándolo. Siento mucho desahogo con la escritura y me motiva cuando alguien me dice que lo que cuento le ha pasado.

– M. O.: 'Sin alma' corresponde a una etapa de mi vida que cierro y no va a tener segunda parte, pero ya estoy escribiendo la segunda novela, una historia que no tiene la carga emocional de la primera. Surge también de una necesidad, de una historia increíble que ocurrió en mi familia, por parte de mi 'ama'.

– D. P.: Yo también tengo un montón de notas e ideas para hacer la continuación de 'Álex vuelve al pueblo' y desarrollar una serie con aventuras diferentes.

– L. M.: Siempre he escrito y seguiré escribiendo. De hecho, publiqué a la vez que éste un libro dirigido a niños titulado 'Familia Guztiak. Todas las familias' que no he promocionado aún. Tengo proyectos por lanzar y estoy tomando notas para otra novela.

– ¿Comparten que la literatura es algo terapéutico?

– D. P.: Yo he volcado parte de mi infancia y el propio acto de escribir es terapéutico.

– M. O.: A mí me ha salvado, literalmente, y no es ninguna exageración.

– L. M.: Te creo, Mikel, porque a mí me salvó también.

– E. T.: Para mí escribir es como tener una presión y abrir la válvula para que todo vaya salido. Estás buscando una solución en vez de enredar más preguntas.

– D. P.: Toda expresión artística creo que es terapéutica. Es un tiempo en el que no piensas en las chorradas en la que pensamos casi siempre.

– L. M.: Hay emociones desordenadas en la cabeza que toman forma en la palabra y se entienden mejor. Escribir es una necesidad y aparte un gusto por contar historias.