Dos camiones descargan en el vertedero.Al fondo, Castillo. igor aizpuru

Los problemas de vivir junto al macrobasurero

Gardelegi, Lasarte, Castillo, Mendiola, Berrosteguieta y el barrio Goikolarra piden medidas para limitar vertidos, hedores, polvo, buitres y jabalíes

Domingo, 20 de febrero 2022, 00:55

Cuando se abrió el vertedero municipal de Vitoria en 1975 parecía estar muy lejos de todo. Casi cincuenta años después, resulta que la actividad que ... se lleva a cabo en 85 hectáreas la ven, la huelen y la oyen vecinos de cuatro juntas administrativas y de un nuevo barrio que cada vez se acerca más a sus lindes. El colapso de Zaldibar, considerado como el mayor desastre ambiental de Euskadi, y la consiguiente entrada de residuos industriales al vertedero público unido a dos incendios casi seguidos en 2020 puso en alerta a vecinos de Gardelegi, Lasarte, Castillo, Mendiola, Berrosteguieta y Goikolarra (junto a Aretxabaleta) que pidieron medidas a Ayuntamiento,Diputación y Gobierno vasco para reducir olores, polvo, tráfico de camiones, filtrado de lixiviados a ríos y terrenos y la garantía de que junto a los residuos industriales no va a llegar amianto o más lindano.

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«Esta zona del sur está en expansión. Cada vez viven más familias y hay ikastolas y residencias de ancianos cerca», explica Lorea Gutiérrez, presidenta de la junta administrativa de Gardelegi y quien pide que se deje de llamar al vertedero por el nombre del pueblo «por la mala imagen» que ello conlleva. Han pedido análisis de las aguas de los ríos, información sobre planes de evacuación ante la posibilidad de un incendio u otro desastre y algo que persuada a buitres y jabalíes de acercarse en busca de comida. «Hicieron análisis en julio cuando el río Zapardiel no lleva agua y los planes de emergencia que nos remiten son los de los trabajadores del vertedero», lamenta la presidenta. Y los camiones siguen pasando sin tapar, con lo que es habitual que se dejen por el camino plásticos, papeles «y hasta colchones» que acaban en las acequias de pueblos y barrios.

No quieren ni oír hablar de ampliaciones y tampoco de minería de vertedero. «Ahora están cambiando las canalizaciones de los lixiviados y no nos informan, las juntas no pintamos nada», lamenta, muy crítica con la gestión del basurero. «La gente no es consciente de que este es un macrovertedero, uno de los tres más grandes de toda España».

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