La población de jabalíes sigue al alza pese a los 3.000 que se abaten cada año en Álava
Hay una «presencia creciente», según la Diputación. El declive de la ganadería favorece su avance, alertan los cazadores
No solo bosques, carreteras y pueblos. Calles, plazas o parques infantiles urbanos se han convertido en escenario cada vez más habitual del jabalí. Una especie ... con una «presencia creciente» en Álava pese a los cerca de 3.000 que se cazan cada año de media en la provincia para contener su expansión. Así lo reflejan los datos trasladados a EL CORREO desde la Sección de Caza y Pesca de la Diputación, responsable de su gestión.
En el cierre de la pasada campaña de caza (2021-22), que va de septiembre a marzo, se capturaron 2.967 ejemplares en el territorio, la segunda cifra más alta en un lustro. Solo los 3.399 de la temporada 2017-18 superan ese registro. El número del resto de cursos no baja de los 2.700 salvo en los ejercicios atípicos marcados por el covid, cuando descendió el número de capturas, con 2.506 en la desveda del 2020-21 y 2.625 en la del 19-20.
En su contexto
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2.697 jabalíes se capturaron en Álava durante la temporada 2021-22, en la que se celebraron 1.356 batidas. La primera cifra es una de las más altas de los últimos años y solo se superó en 2017-18, con 3.399 ejemplares capturados.
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Daños a la agricultura. Las medidas de control se realizan principalmente para evitar mayores daños a la agricultura y prevenir la transmisión de enfermedades, traslada la Diputación. También ayudan a reducir la siniestralidad en las carreteras.
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7.000 y 6.000. En esa horquilla se sitúa la cifra ejemplares de jabalí que hay en Álava, según estimaciones de la Diputación.
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Desveda 2022-23. Según datos provisionales se han solicitado 251 autorizaciones para esta temporada, siendo las modalidades más habituales las esperas nocturnas y las batidas de perros sin escopeta.
Según las últimas estimaciones de los técnicos forales, la población de gorrinos salvajes en la provincia se sitúa entre los 6.000 y 7.000 ejemplares. «En general, se puede hablar de una presencia creciente, pero no en todas las zonas, ni en todas las temporadas», analizan. Las estadísticas, advierten, «pueden cambiar anualmente en función de diversos factores que influyen en las condiciones de su hábitat, siendo el principal la disponibilidad de alimento y también la climatología, teniendo en cuenta que el índice de fertilidad de esta especie es muy alto, incluso dos camadas anuales».
La disponibilidad de alimento abundante en los espacios perimetrales a las ciudades que conforman el Anillo Verde de Vitoria junto a la prohibición de practicar la actividad cinegética en los mismos por tratarse de Zonas de Seguridad «favorece» la incursión de ejemplares en la ciudad, agregan. Estos episodios «se han venido produciendo a raíz de la pandemia y toque de queda nocturno ya que debido al vaciado de las calles en barrios periféricos los jabalíes tomaron el espacio que los humanos abandonaron».
También se capturan jabalíes mediante medidas de control -un total de 215 en la campaña 2021-22 y 139 en la temporada precedente- para evitar daños a la agricultura y prevenir la transmisión de enfermedades. Esto, junto a los ejemplares cazados durante la temporada ordinaria, «contribuye a reducir la siniestralidad» provocada por los cerdos asilvestrados en las carreteras, un problema «muy grave» del que también alertan los cazadores. El pasado ejercicio se solicitaron por parte de las entidades aseguradoras un total de 142 informes relacionados con siniestros producidos por impactos de vehículos contra ejemplares de jabalí, según datos de la institución foral.
Con el inicio de la presente temporada de caza del jabalí el primer fin de semana de este mes, para la que se han otorgado de momento 251 autorizaciones, la administración recalca que la caza mediante batidas «es necesaria para la adecuada gestión y equilibrio de la especie, siendo también importante mejorar la eficacia de las batidas». Por otra parte, teniendo en cuenta que es una especie «en expansión», se necesita realizar un control poblacional fuera de la temporada, indican. En algunos países de Europa «incluso se permite cazar durante todo el año».
«Aumenta porque cada vez hay menos animales y más bosque, hace menos frío y hay menos cazadores»
federación alavesa de caza
El avance de la especie obedece a una combinación de circunstancias, como coinciden los cazadores. El retroceso de la agricultura que favorece que haya más zonas boscosas, los inviernos cada vez menos inclementes, con menos heladas y nevadas, así como el descenso de la afición y cultura a la caza entre los jóvenes contribuyen al aumento de la población. En ello incide Ismael Carro, presidente de la Federación Alavesa de Caza que agrupa a unos 2.000 de los 8.000 cazadores que hay en la provincia. «El bosque cada vez está más sucio porque no hay animales como la cabra o la vaca».
Son como «jardineros que van limpiando el monte, pero cada vez hay menos. Por eso hay muchos más incendios y más población de jabalí que tiene donde esconderse», constata Juan Antonio Sarasketa, impulsor de la caza en Euskadi. Advierte que la administración está «un poco asustada» por el avance de la especie «y no será porque no les hemos avisado». Alerta del «pánico» a la peste porcina africana. «Como entre en España, adiós».
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