Juicio por maltrato animal
Piden hasta 11 años a la mafia que gestionó en Álava un matadero halal ilegal durante un lustroProvocaron «dolor intenso, angustia y miedo» a los animales, denuncia la Fiscalía. Hasta 16 implicados están citados este lunes en la Audiencia Provincial de Álava
Falseaban la documentación de los ejemplares. Sacrificaban ovejas y corderos «de un corte en el cuello, sin aturdimiento previo y provocando un desangrado total del ... animal». Esa técnica, aplicada por personas «sin formación», les generó «dolor intenso, miedo y angustia». Hace seis años, ertzainas irrumpieron en este matadero especializado en el rito halal (musulmán). Era ilegal y estaba oculto en la cuadra de un caserío de la localidad ayalesa de Sojo. Sus presuntos cabecillas y subordinados están convocados esta mañana de lunes en la Audiencia Provincial de Álava.
En total hay citadas dieciséis personas. Les acusan –en diferentes grados– de pertenencia a organización criminal, falsedad continuada en documento oficial, maltrato animal y delito contra la salud pública. Para los supuestos responsables, la Fiscalía de Álava solicita un global de 11 años y 4 meses de prisión.
Las peticiones varían en función del teórico puesto en el organigrama. Con los peones, por ejemplo, bajan a doce meses de prisión y cuatro años de inhabilitación para cualquier oficio relacionado con la tenencia de animales.
Agentes localizaron la instalación en la cuadra de un caserío de Sojo, en el Valle de Ayala
La explotación ganadera de Sojo, sostiene el Ministerio Público, estaba «dedicada a la producción de carne destinada al consumo humano». Sin embargo carecían de papeles y su funcionamiento distaba mucho de ser normal. «Para dar soporte y encubrir la existencia de la actividad ilegal conformaron una trama dedicada al aprovisionamiento de ganado procedente de compraventas irregulares con la finalidad de eludir el control de la administración», ilustra el escrito fiscal, al que ha tenido acceso este periódico.
Quitaban la identificación que llevan los animales en el estómago. Durante la investigación se hallaron cientos de chips de ganado supuestamente sacrificado.
Esta mafia vendía el género en domicilios particulares y en carnicerías repartidas por Vitoria y Bilbao. Funcionaron «unos cinco años», confirman medios internos de la Policía autonómica, que les siguió la pista un semestre en lo que se denominó operación Hiltegi (matadero en euskera). «Había ánimo de lucro» y «cada componente conocía perfectamente cuál era su labor», refiere la Fiscalía alavesa.
Unos hermanos, los líderes
Aparte de intervenciones en Sojo y Vitoria, hubo una entrada policial en Karrantza (Bizkaia). Dos hombres fueron detenidos sospechosos de «suministrar de forma habitual ganado para ese sacrificio ilegal». No se trataba de ejemplares normales. «No tenían salida en el mercado legal y para los que buscaban un rendimiento en el mercado negro», explican fuentes de la investigación. También compraron ganado en el Valle del Asón (Cantabria) y en el Valle de Mena (Burgos)».
Entre los dieciséis implicados sobresalen unos hermanos señalados como los ideólogos de este negocio. No en vano eran los propietarios oficiales de la explotación ilegal que pasaba desapercibida en Sojo. Y aunque la mayoría de los implicados son personas anónimas, varios arrastran antecedentes por «hurto, violencia de género, quebrantamiento de orden de alejamiento, amenazas, maltrato animal, agresiones y daños».
En dirección a La Meca
El matadero ilegal se había habilitado en la cuadra del caserío, carente de las mínimas medidas higiénicas exigibles. El espacio «contaba también con un amarre para sacrificar animales por el rito musulmán; es decir, en dirección a La Meca». Su actividad era intensa. «Cada semana sacrificaban una media de dos vacas y veinticinco cabezas de ganado ovino».
A partir de ahí, la distribución de la carne se realizaba «en vehículos particulares sin refrigeración ni las necesarias medidas sanitarias». Despachaban el género con una especie de 'puerta a puerta' por diferentes bloques de viviendas.
Aparte, al menos cuatro establecimientos vendieron a su público esa mercancía ilegal; tres en la capital alavesa y uno en la vizcaína. Esta red abandonaba los restos inservibles «en una sima ubicada en la zona de Peña Angulo, en el norte de Burgos».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión