Pelea multitudinaria en Vitoria: «Vengan rápido que se están pegando con palos y navajas»

Los seis sospechosos cuentan «con antecedentes policiales». Uno, en este caso parece ser que el menos activo, acaba de salir de la cárcel donde se 'comió' ocho meses por enlazar un sinfín de arrestos por robos a comercios y otros desmanes. Sólo tiene 21 años. El abanico generacional de los arrestados anoche abarcó de los 20 a los 50 años. Todos están ya en libertad con cargos.

El departamento de Seguridad informó en la tarde de ayer de una «riña tumultuaria». Tras esa comunicación ciudadana –«vengan rápido», solicitó el testigo, según fuentes policiales–, las patrullas peinaron la calle Coronación y sus aledañas al haber huido los implicados.

En una vía cercana localizaron a un grupo de cuatro hombres en actitud huidiza. Uno lanzó «un bastón de madera» al percatarse de la presencia policial. En otra calle, y debajo de un vehículo, los patrulleros localizaron «una navaja que había intentado ocultar uno del grupo contrario», según la nota oficial del Gobierno vasco. Al menos dos de los presuntos implicados mostraban marcas de golpes.

La causa real de la gresca permanece entre interrogantes. Desde el bando mayoritario hablaron del «intento de mataleón» a uno de ellos cuando caminaba solo por la calle, la posterior y salvadora aparición de sus tres amigos y el posterior ajuste de cuentas a pie de acera. Por el otro lado, formado por el exconvicto y un amigo de similar edad, apelaron a un intento de robo a cargo del cuarteto. Según deslizan medios consultados, lo cierto es que los uniformados hallaron «el teléfono móvil de uno de estos dos chicos» en el bolsillo de uno de los cuatro sospechosos. Asimismo, un vecino de la zona entregó la cartera de este joven tras encontrársela tirada. Un lío, vamos.

24 horas antes se produjo otra pelea con consecuencias graves. Ésta se localizó en la plaza San Antón. Menor en número –tres implicados–, aunque mucho más grave respecto al parte médico.

Con el cierre de la hostelería, tres posibles clientes de una discoteca ubicada en esta zona comenzaron a discutir «a viva voz». De ahí pasaron a las manos y a los botellazos. Uno recibió un impacto en la cara, con tal mala fortuna que varios trozos de vidrio se le incrustaron «en la zona del ojo».

Tuvo que ser ingresado en Urgencias del cercano hospital Santiago, donde le extrajeron las esquirlas de tan sensible zona. «En un principio se temió que pudiera perderlo», aseguran los medios consultados. Aún se busca a los supuestos autores.

Para los vecinos de la zona, la escena no es nueva. «Cuando cierran, muchos se quedan en la plaza. No son conscientes de cuánto molestan a los que dormimos y luego están estas peleas, que muchas veces dan miedo», se quejan residentes. Si se localiza a los agresores, les aguarda un proceso penal agravado por los daños ocasionados. «Cuando hay perjuicio estético, la responsabilidad civil (compensación económica) se dispara», comparte un abogado penalista.