Pedro Morales: «Yo he aprendido la historia de Álava al revés»
A sus cien años, este periodista, político y escritor publica una novela basada en su infancia durante la Guerra Civil. Los historiadores locales se nutren de sus recuerdos
Recuerda Pedro Morales Moya (Espejo, 1922) que durante la Guerra Civil tenía en casa un mapa en el que iba señalando con grapas los avances ... y retrocesos de las tropas. En aquellos tiempos gustaba de frecuentar a amigos más mayores, hijos de militares, que le mantenían informado. Mucho mejor, dice, de lo que luego leería en los periódicos y más tarde en los libros. «Lo de Rusia fue terrible, mentían como bellacos. La guerra de España está escrita bastante mal». A sus cien años recién cumplidos, este polifacético alavés -periodista (fue delegado de EL CORREO en Álava en 1973 y 1974), fundador de la cooperativa Evagraf, político y ensayista- publica su séptima novela, 'El fichero del Comandante', un guiño a aquella niñez. «En mi casa se pasó hambre, mi padre era médico y no podían pagarle», cuenta.
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Su interés por todo -«yo quería aprender viendo y tocando»- lo forjó cuando de muy pequeño, con apenas ocho años, tuvo que pasar meses aislado de toda la familia por una tuberculosis. Salió de aquel confinamiento leyendo y escribiendo mejor que muchos mayores y con su propia manera de interpretar los acontecimientos que iba viviendo. «Yo he aprendido la historia de Álava al revés», afirma en alusión a que le interesó primero el presente y ya, si le sobraba tiempo, intentaba retener el pasado.
«Tenía mis luchas. Estuve en una derecha constructiva, una derecha pobre...»
Este hombre de genio, padre de siete hijos y fuente de historiadores locales, abandonó Valdegovía y tras hacer la mili en Galicia se afincó en Vitoria, donde se empleó como funcionario en la Diputación. Hizo sus pinitos periodísticos en La voz de España (el periódico del Movimiento), donde se atrevió a denunciar «con datos» algunos casos de corrupción dentro del Ayuntamiento y la institución foral. Tuvo que abandonar la pluma unos años y la volvió a coger, primero, para EL CORREO y, más tarde, para comentar las huelgas de marzo del 76 en el Norte Express. A la par fundaba junto a otros cooperativistas la famosa imprenta.
«Constancia no constante»
El impulsor de UCD en Álava, Chus Viana, le convenció para ir en las listas en las primeras elecciones de la democracia y fue parlamentario, senador y miembro del primer Consejo Vasco. Hasta que se hastió y dejó la política. «Han sido muchas caídas. He tenido una constancia no constante. Tenía mis luchas. Estuve en una derecha constructiva, una derecha pobre...», reflexiona.
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- ¿Hacia dónde va Euskadi?
- No lo saben. Y no se puede saber lo que quieren. La única forma que tienen los hombres de superar diversas situaciones es la de unirse.
Sin pelos en la lengua rompe mitos sobre Vitoria, una ciudad que cuando él la conoció por vez primera «no era ninguna maravilla», «aldeana en lo urbano» y «sin estilo», pese a sus árboles y jardines. «¿El vitorianismo? No existe, eso es algo que sí tiene Bilbao que, en cualquier circunstancia, forma coros, grupos, equipos de fútbol...». Destaca la labor de José Ángel Cuerda, «un individuo con un sentido generoso, pensando en los demás», y no se acuerda de los nombres de más alcaldes. Del actual sabe que fue hijo de otra conocida política del PNV, partido al que, dice, «no tiene ninguna manía». Fue el primero del que oyó hablar a un maestro que veraneaba en Valdegovía y con cuyos hijos jugaban los Morales Moya. «En mi casa había un ambiente distinto, más universal, que contrastaba con el de aquel maestro que estaba más localizado».
«No era ninguna maravilla, era aldeana en lo urbano»
Sentado en su sillón favorito aún lee los emails que le envían familiares y amigos. Ya apenas sale a caminar, pero no deja de reflexionar sobre lo que le rodea. Ha escrito novelas históricas como 'La oprobiosa muerte del licenciado Ruiz de Luzuriaga' y ha sido también cronista de estilo ágil y afilado de la vida vitoriana como puede observarse en el libro que dedicó al Círculo, sus memorias de 'El pan de cada día' o 'Conversaciones con José María Knörr'.
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- Usted que se atrevió a denunciar corruptelas en el franquismo, ¿ha seguido el 'caso de Miguel'?
- ¿Qué ha hecho Miguel? Ah, ¿esos que anduvieron con negocios que decían que era así y no lo era?
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