«La pagaron los vitorianos, no está bien que Mendiola se la apropie»
La cruz tuvo su particular génesis en la primera Santa Misión celebrada en Vitoria en 1951, que tuvo un «gran éxito por su participación y ... entusiamo». «Como consecuencia y por iniciativa de un grupo de laicos, se inició la construcción de la cruz para que permaneciese como recuerdo de esa celebración». Así ha relatado los orígenes de esta obra Maite Sáez de Olazagoitia, hija de uno de los promotores, que ha tomado la palabra en el Pleno municipal de este viernes. «Muchos de esos fieles y cada uno de acuerdo a sus pobilidades colaboraron, unos económicamente y otros de diferentes formas». «La cruz la pagaron los vitorianos y no está bien que la Junta de Mendiola se apropie de ella», razonó. «Pedimos que desista de derribarla»
Como ha recordado, «aunque contó con el visto bueno del Obispado, la iniciativa fue de un grupo de seglares» representados por Emilio Apráiz, Gerardo López de Guereñu y Luis Sáez de Olazagoitia, mi padre, y hoy hablo en mi nombre y en el de mis hermanos». «Entonces gobernaba en Vitoria por nombramiento de Franco Luis Martín Ballesteros, que dispuso que esa cruz fuese dedicada a sacerdotes caídos por Cristo y por nuestra Patria. Una cacicada y una usurpación de un bien que pertenecía exclusivamente al pueblo fiel de Vitoria».
A sus palabras se han sumado las de Serafín Lahidalga, cabeza de la asociación vecinal de zona sur Olárizu. «Pedimos que se hagan todo tipo de esfuerzos para preservar la cruz, que consideramos muy valiosa», ha reclamado.
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