«Desde un ordenador se puede hacer de todo, hasta provocar una guerra»
Tira de la tradición anglosajona del 'techno trhiller' para debutar como escritor con 'Jaque mate en Tel Aviv'
Casi sin quererlo, Pedro Fernández de Retana (Vitoria, 1963) ha escrito un libro y ha logrado, encima, que la editorial Carena lo lance a ... escala nacional. Un suceso desató la curiosidad de este periodista de 'Radio Vitoria', piloto e instructor de vuelo, punto desencadenate de una labor de documentación que no ha parado hasta dominar el último detalle. Así brotaron las 322 páginas de 'Jaque mate en Tel Aviv', un libro que nace sin pretensiones, pero que se lee fácil y es el antónimo del aburrimiento. El secuestro de un avión, la amenaza de una guerra Israel-Irán, los manejos de los servicios secretos y el largo brazo de la Madre Rusia pasan volando por el libro.
- Es un apasionado de los aviones, ¿eso le impulsó a escribir el libro?
- Se juntaron varios aspectos. Por un lado, mi afición a la aviación y luego, fundamental, mi interés por la política internacional, sobre todo en el Oriente Próximo. Siempre me ha fascinado todo en torno al estado de Israel, la problemática judía y los permanentes conflictos de esa área. Y surgió de una manera muy tonta. Estaba en la redacción y salió en el teletipo la noticia de un avión ruso que había explotado en el aire. Fue un atentado e hicimos un comentario: 'esto da para un libro'. Y empecé. Ese día surgió la luz.
- Se ha documentado a fondo.
- Me da mucha rabia cuando veo en la tele o en el cine esos errores de scrip, que aparezca un coche que no existía en el año que está ambientada la película. Pero por eso he intentado cuidar hasta el mínimo detalle consultando internet, libros o documentación varia. Siempre puede haber errores, pero al menos que no sean de grueso calibre.
- Disfruta más documentándose que escribiendo.
- Sí, porque te picas. Vas viendo cosas, quieres saber un poco más... Y para escribir hay que ser muy preciso, tenerlo muy claro. Y luego el propio ejercicio de la escritura es escribir una vez, repasar, reescribir, las revisiones... La documentación es más para disfrutar. Y ahora hay herramientas que te permiten averiguar muchas cosas sobre un tema.
- Es su debut, ¿ha pedido asesoramiento para saber cómo se estructura un libro o había escrito algo antes?
- No, es un libro cinematográfico. No tiene un lenguaje literario profundo, sino que casi está pensado como las escenas de cine. Cuando lo escribía estaba pensando casi casi en una narración cinematográfica saltando de un escenario a otro.
- Bien, ¿acaba el libro y cómo lo vende a las editoriales?
- Bueno, primero fue registrarlo. Yo pensaba que era costoso y me costó más el billete de tranvía a Lakua que el propio registro. Y luego me puse en contracto con varias editoriales pero sin ninguna pretensión. Esto había surgido por un impulso y si alguien lo publicaba fenomenal y si no, ahí se queda. Pero claro, recibí ofertas de varias editoriales y Carena me ofreció unas condiciones muy buenas. Descubres también que en este mundo hay picaresca, sobre todo ante un autor novel. Las editoriales quieren que el autor o pague un porcentaje de la edición o se compre un número de ejemplares y luego se desinteresa de la obra, si se distribuye o no. Y en Carena me aseguraron una distribución nacional en las principales librerías.
De Canarias a Melbourne
- En el libro no sale Vitoria, parece que ha huido delibreradamente de ello.
- Sí, yo buscaba una temática que se alejase de lo local. Ya hay libros ambientados aquí. A mí eso no me interesaba. Si escribes un libro sobre Valdegobía, interesará a sus vecinos, algo al resto de alaveses y nada a un lector de Extremadura. Por puro placer, he ambientado la trama en Oriente Próximo, algo que puede gustar a alguien de las islas Canarias o de Melbourne. Me apetecía escribir algo de política internacional.
- O sea, ha escrito el libro que le gustaría leer.
- Sí, suelo leer este tipo de literatura. Supongo que un músico al que le gusta el rock no compone reggae. Es lo que me gusta ver o leer. He intentado escribir algo verosímil y entretenido. Huir del aburrimiento por parte del lector. No es un libro extenso, quiero que el lector le coja interés y se enganche. De qué me sirve un libro con unos personajes profundos o lecturas psicológicas si no interesa. Eso es lo peor. No es mi pretensión. Se dice de los 'blockbuster' que son una porquería, un consumo fácil, pero van a verlas millones de personas. Otras cintas se quedan en unas salitas de 150 espectadores y a la semana se quita la película del cartel.
LAS FRASES
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Sin Vitoria en sus páginas «Me apetecía escribir de política internacional, una temática fuera de lo local»
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Documentación «Quería hacer un libro verosímil y que no sea aburrido. Eso es lo peor»
- Su lectura lleva a pensar en libros como los de Frederick Forsyth, salvando las distancias.
- Esos son los que me gustan. O Dominique Lapierre y Larry Collins, Tom Clancy, Michel Crichton... Esa literatura anglosajona que aquí no se prodiga. Se llama el 'techno trhiller'. Combina política ficción, tecnología... E intenta ser verosímil, En 'El puño de Dios', de Forsyth, cuando menciona las piezas del supercañón que preparaba Iraq, eso es algo verídico. Por cierto, esas salieron de Foronda, en el primer vuelo del Antonov en 1989, que teóricamente llevaba material para obras públicas. Son libros verosímiles y puedes recurrir a cualquier trama. La realidad supera la ficción. Por ejemplo, el 11 de septiembre.
- Usted demuestra que desde un ordenador un 'hacker' puede organizar un buen lío.
- Se puede hacer de todo, hasta provocar una guerra. Que se lo pregunten a los americanos. Este fue el tema estrella de la reunión entre Biden y Putin. Hace 20 días un 'hacker' paralizó la principal refinería de la Costa Este de EE UU; en Francia han tenido serios problemas con la red hospitalaria. Son chantajistas, piden un rescate y los gobiernos acaban pagando. Los ejércitos no son como antes. Para qué te vas a gastar una millonada en un portaaviones si cuatro tíos bien formados pueden paralizar un país. Eso lo saben bien Rusia o China.
- Un periodista pendiente de la actualidad alavesa, en la vanguardia de lo que ocurre en la política internacional y no tiene whatsapp. ¿Cómo se lo monta?
- Pues los amigos me dan mucho la tabarra para que lo instale. pero no he querido. El que quiera, que me llame o pase un mensaje de texto. Y tardé mucho tiempo en tener un smartphone.
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