«Las obras deben traducirse al siglo XXI»
Miguel Falomir | Director del Museo del Prado ·
El museólogo considera que Álava cuenta con unos centros de arte «en unas condiciones espléndidas»Una de las preocupaciones de Miguel Falomir (Valencia, 1966) es poner en el contexto del siglo XXI la enorme riqueza del Museo del Prado, que ... dirige desde 2017.
- ¿Por qué ha elegido el Bellas Artes de Álava para esta gira del Bicentenario del Prado?
- Intentamos sobre todo llegar a aquellos sitios donde menos presentes estamos. En Bilbao se están viendo continuamente obras del museo, como la exposición de Goya. Lo mismo en Donostia. Pero no recuerdo haber hecho ninguna muestra temporal en Álava. La idea no es ir a los sitios donde sabes que vas a tener más público. De hecho, hemos evitado Barcelona, Valencia, Valladolid o Sevilla y hemos optado por sitios más pequeños, pero donde estamos menos. Es algo que merece la pena plantear incluso más allá del Bicentenario.
- La obra elegida, 'La Inmaculada del Escorial' de Murillo, tiene una iconografía muy potente y una lectura sencilla.
- Es una obra de un pintor que el año pasado estuvo en todas partes porque se celebraba su centenario. Y es una pieza muy conocida: 'La Inmaculada' de Murillo ha estado hasta en la coplas, forma parte de la cultura popular. En este sentido es una obra que la gente reconoce, que la tiene en la cabeza, lo que hace que sea mucho más atractiva. Sin necesidad de ser devoto.
- Doscientos años, evidentemente, no son lo mismo que un par. Pero ¿cómo valora su experiencia al frente del museo?
- Desde luego, es un honor estar dirigiendo la principal institución cultural que hay en España. Una institución que, como estoy comprobando, está más allá de cuestionamientos, una de las pocas que quedan. Es una gran responsabilidad y un honor. Luego, es un instrumento maravilloso para hacer que la cultura llegue a todos. Se puede visitar El Prado por muchas razones. Y hay obras que tienen la capacidad de conmover a letrados e iletrados, por eso la Iglesia utilizó el arte. Sabes que tienes un instrumento que puede llegar a capas de la población que a veces no han tenido este acceso.
- Ha publicado cómics, como el de Altarriba y Keko en torno a Ribera. ¿Cómo han funcionado?
- Tenemos una colección que acaba a principios del siglo XX y hay obras de siglos anteriores. La sociedad ha cambiado extraordinariamente desde entonces. Cada generación tiene su propia traducción de 'La Ilíada' o 'La Odisea', porque el lenguaje va evolucionando y debes adaptar esa historia al habla de los potenciales lectores. Con los espectadores de pintura ocurre lo mismo y son necesarias personas que sepan traducir esas obras a una sensibilidad contemporánea. Aquí entran los artistas conceptuales y formas de expresión artística como el cómic. Llevamos ya cuatro y la idea es que siga.
- ¿Cómo valora la dotación de museos de Álava, con el Bellas Artes o el Artium?
- Creo que son museos en unas condiciones espléndidas. Todo depende de las prioridades que se tengan. Está muy bien que los museos creen una demanda pero también que, como los museos americanos, sean capaces de permear toda la sociedad y que en una ciudad sea de lo más normal ser miembro de ese museo. Como sucede con el equipo de fútbol y con la biblioteca pública. Son cosas muy importantes. Creo que esta es la gran labor de este tipo de museos, en la medida en que sean capaces de enraizarse tendrán futuro. Y este me parece un buen ejemplo.
- ¿Lo ve atractivo?
- Es un museo que ha servido de nodriza de otros. Su pintura barroca pasó a la girola de la catedral nueva y lo contemporáneo, al Artium. Cualquier institución se resiente. Tendemos a asociar los museos con espacios abarrotados de turistas, y no es así.
- El suyo suele estarlo.
- Sí, pero a dos manzanas está el de Artes Decorativas que tiene unas colecciones magníficas y no ha entrado en el circuito turístico. Ahí funciona lo que llamo el 'pasaporte vital de la gente': «antes de morir tienes que haber visto 'La Gioconda', 'Las Meninas' o 'el Guernica'». Creo que lo importante es la educación e integrar el museo en el tejido urbano y social.
El arte de Filipinas,en el punto de mira
«Acabo de ver un cuadro que es fabuloso. Una de las exposiciones previstas es sobre arte filipino. Es el único país asiático con una tradición de pintura occidental. Esos pintores se formaron en la Academia de San Fernando y muchas de sus obras están en el Museo del Prado. Hoy son extraordinariamente cotizados», explicaba Falomir tras ver en el Bellas Artes el óleo sobre Simón de Anda y el pintado por Lorenzo Rocha Icaza.
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