La nueva casa de Abetxuko que todo el mundo quiere ver
Una familia opta por el modelo de vivienda prefabricada por «los tiempos de ejecución» y «el precio cerrado»
José Luis Huerga y María Jesús López están en boca de todo Abetxuko. Es así por su nueva casa, una vivienda de unos cien metros - ... terreno aparte-, que compraron totalmente amueblada y que les costó 126.000 euros. El inmueble cuenta con calefacción por pellets y el agua se calienta por aerotermia, lo que convierte la vivienda en un inmueble con la certificación energética A, la máxima expedida. Sin embargo, lo que verdaderamente hace especial su nuevo hogar es que se trata de una casa prefabricada que compraron a una empresa burgalesa. Esta la construyó y transportó hasta el barrio vitoriano, donde con una grúa la descargaron y colocaron en su ubicación definitiva el pasado día 12. «Vino hasta con las cortinas puestas», recuerda López. Desde entonces, varios curiosos se han acercado hasta allí para comprobar su estado. «El fin de semana parecía un vía crucis», recuerda Huerga.
Toda esta aventura comenzó cuando José Luis Huerga, vecino de Abetxuko, perdió mucha movilidad a causa de una enfermedad. «Me amputaron la pierna izquierda de la rodilla para abajo y el piso que vivíamos no estaba adaptado». La pareja tiene un vínculo muy fuerte con el barrio. «De Abetxuko no queríamos salir porque nos gusta el sitio y tenemos aquí la familia. Es un lugar que tiene todos los servicios y es muy tranquilo», apuntan. María Jesús López, la mujer, ya había enfrentado una situación similar cuando su padre quedó en silla de ruedas. «Yo lo he vivido y me quería anticipar antes de que pasara», aclara López.
La pareja tenía prisa. En primer lugar estuvieron indagando para ver si había algún tipo de subvención para adaptar el piso. Incluso llegaron a sondear el mercado para comprar una vivienda que cumpliera con sus necesidades, «pero en todos los sitios nos dieron con las puertas en las narices», afirma Huerga. Fue entonces cuando un familiar dio con la solución. «Mi hermana Pili nos comentó la opción de las casas prefabricadas», comenta.
Al principio fueron algo escépticos con la idea, pero después de investigar un poco, «nos decantamos por los tiempos de ejecución, ya que no son tan largos como en un piso que compras aquí». La empresa ofrece realizar el proyecto en nueve meses, un periodo relativamente corto. La otra gran ventaja que les llevó a decantarse fue saber el presupuesto exacto. «Estuvimos mirando casas en Abetxuko y cuando te metes en una reforma no sabes lo que te vas a gastar, pero esto es precio cerrado», abunda.
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