La diputada de Cultura culpa a sus antecesores de «no haber hecho nada» por recuperar a Baco
Ana del Val exige que se aclare quién se apropió de la escultura hallada en las excavaciones «caiga quien caiga» y EH Bildu pide la comparecencia de Jon Buesa en Juntas
«Nadie había hecho nada» en la Diputación de Álava para recuperar la cabeza de mármol del dios romano Baco que apareció hace 46 años ... en unas obras en Arkaia hasta que EL CORREO se interesó sobre su paradero. La actual titular del Departamento foral de Cultura, Ana del Val, aseguró este viernes que las once personas que le han precedido en el cargo «ni siquiera» trataron su recuperación «de una forma seria y rigurosa» salvo «algún intento» a finales de la década de los setenta. Ahora, sin embargo, pretende llegar hasta su resolución «caiga quien caiga».
Unas palabras que ponen en la picota la labor sobre esta materia de los políticos del PNV, PP y EA que han pasado por el despacho de Cultura en las diez legislaturas anteriores, además de sus correspondientes responsables técnicos. Porque del Val aseguró que «desde el momento en el que nos enteramos de la cuestión», hace dos años cuando accedió al cargo y se le preguntó por primera vez sobre este asunto por parte de este periódico, «estamos haciendo todo lo posible para ubicar la pieza, paso previo para poder algún día recuperarla». Anteriormente no había registros, aunque fuentes expertas de la arqueología alavesa aseguran que sí que existieron intentos por parte de anteriores diputados para que volviese a los dominios del Museo Bibat.
Este viernes no se aportaron excesivos detalles sobre este asunto escudándose en el secreto de sumario dictado por el juzgado de instrucción número 3 de Vitoria que investiga el paradero de la figura, como el jueves avanzó este diario. La denuncia de la Diputación, reconoció la dirigente socialista, pretende «aportar presión a quien la tenga para que la devuelva».
La cautela de la diputada se evidenció en que en ningún momento, ni siquiera cuando la comisión se convirtió en un cruce de gritos, citó por su nombre a quien todos los demás señalaron como la persona que recogió y supuestamente se apropió de la pieza que debería haber acabado en el Museo de Arqueología. Tanto el PP como EH Bildu identificaron a Jon Buesa Blanco, antiguo portavoz del PNV en Juntas y que ocupó distintos cargos de dirección tanto en la Diputación como en el Gobierno vasco.
El portavoz de la coalición abertzale, Kike Fernández de Pinedo, incluso reclamó la comparecencia del antiguo burukide en las Juntas Generales. El reglamento de la cámara no le obliga a acudir y el más que posible rechazo iría en coherencia con su estrategia de permanecer en silencio. La única vez que ha hablado en público fue cuando este periódico contactó con él antes de la publicación del primer artículo, ya que todas las fuentes le señalaban como su posible propietario. Entonces aseguró que no la tenía. «Yo tengo una copia que creo que viene de una sepultura romana. No tengo más. No tengo ni idea de quién tiene la original, pero me extraña que no la tenga el museo», alegó a preguntas de este diario.
Del Val subrayó que «no nos podemos engañar» de que se trata de un asunto de «difícil resolución». Sólo contempló la posibilidad de que desemboque en una «expropiación forzosa» si se comprueba que la pieza es de «suficiente interés». Una cuestión complicada. «Habrá que cerciorarse de la subsistencia y ubicación real y actual de la pieza teniendo en cuenta dificultades y costes. Más allá de indicios, no hay una certeza a nivel legal sobre su ubicación real», comentó en su comparecencia. Para eso, se mantienen conversaciones con la Ertzaintza y se han iniciado los trámites necesarios ante la Justicia «a fin de poder dar algún paso más» para recuperar esta histórica pieza de mármol. Tal es su importancia que el Bibat mostró hasta 2009 una simple copia en yeso de la original.
La titular de Cultura recalcó que la Diputación está haciendo «todo lo que está en nuestras manos» para poder recuperar la figura y se ha buscado «un resquicio» para judicializar el asunto sin importar quién «caiga». Una contundente afirmación que llegó después de que Jorge Ibarrondo, procurador del PP, hablase de este asunto en clave de «thriller» político.
«No sé si misterio, culebrón, sustracción, suplantación, pero cuanto menos es algo esperpéntico para la arqueología alavesa. Vemos que aparecen personajes siniestros. Tiene tintes de 'thriller' negro, los mensajes políticos y técnicos para nada son claros y los silencios políticos son abrumadores», relató Ibarrondo en una exposición que recordó el pasado de Buesa en el PNV y que su nombre aparece en el sumario del 'caso De Miguel' -el mayor caso de corrupción juzgado en Euskadi- como antiguo socio de la sociedad Stoa, aunque él no terminó imputado.
«No tenemos absolutamente nada que ocultar. He estado en un tono bajo, sencillo, callado, porque me tocaba, porque estábamos trabajando con la Ertzaintza para verificar cómo podíamos hincarle el diente a este tema tan espinoso y judicializarlo. Esperemos que esto llegue a muy buen puerto, porque nuestro objetivo es recuperar la pieza», le contestó Del Val, quien colisionó frontalmente y discutió duramente con el PP sobre este asunto.
EH Bildu adoptó un tono mucho más moderado. «Esto no es un caso aislado. El patrimonio en nuestro territorio ha sufrido demasiados expolios (28 en los últimos cinco años). También ha habido actuaciones de particulares que han destrozado yacimientos que estaban catalogados. Hasta ahora ha sido gratis hacer expolios, destruir el patrimonio o quedarse con piezas originales», afirmó su portavoz, Kike Fernández de Pinedo, que tendió su mano para colaborar con la diputada.
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