La media veda se abre en Álava con críticas de los ecologistas al declive de las aves cazables
Desde hoy al 10 de septiembre se pueden abatir la codorniz y otras seis especies de aves y dos de mamíferos, aunque su cantidad es una incógnita
Aunque son 11.000 las licencias de caza que existen en el territorio, es probable que sean muchos menos los que salgan hoy con su perro y las escopetas a punto en busca de la reina de la media veda, la codorniz. No es esta ave migratoria la única cazable en este período de ajuste para la temporada de caza. En Álava se puede disparar contra la corneja negra, las palomas bravías, la torcaz y la zurita, la tórtola europea y la urraca, en aves; y el conejo y el zorro común, en mamíferos.
«En estas semanas previas se han visto codornices como nunca en Álava. La sequía y las altas temperaturas las han echado hacia el Norte y aquí pueden encontrar refugio en la cubierta vegetal», sostienen fuentes del Servicio de Caza y Pesca de la Diputación que matizan el optimismo. «Es un ave que se mueve mucho y puede desaparecer de la noche a la mañana. Pero la expectativa en nuestro territorio es buena», agregan.
No comparte ese punto de vista un cazador veterano y escritor de revistas especializadas como Miguel Ángel Romero. «En la misma latitud que en Álava, en la zona de Palencia y Burgos es un desastre. Se ha cosechado muy pronto este año y hay mucha sequía. Probablemente haya un poco más en Álava en esta ocasión, pero sinceramente, no vamos a ver mucha codorniz», comenta.
Con mucha cantidad o poca, el 15 de agosto está marcado en el calendario de muchos aficionados porque es el primer día que se puede salir a pasear por la naturaleza después de muchos meses. Además, la codorniz exige la imprescindible colaboración de los perros y estos están ansiosos por salir.
La más importante organización en defensa de las aves, la SEO/Birdlife, ha cuestionado nuevamente el calendario de caza y su práctica. La Sociedad Española de Ornitología, que tiene su sede del País Vasco en Vitoria, asegura que «lo que se permite cazar son casi siempre especies migratorias, que después de venir a nuestro país para criar, están a punto de emigrar a sus zonas de invernada. A estas se unen las que no se han reproducido, las aves que llegan de otras latitudes para posteriormente proseguir su viaje migratorio y los ejemplares jóvenes que nacieron este año en la península Ibérica».
Alarmante situación actual
«Es una época delicada para estas especies, que además sufren una grave pérdida de hábitats y un declive alarmante. También afecta a otras especies de reproducción tardía que no son cinegéticas, pueden verse afectadas por las molestias de estas prácticas durante su época reproductora. Además en años secos como este son más vulnerables, especialmente cuando el cereal se recoge antes y quedan menos lugares donde criar o refugiarse», asegura el responsable del Programa de Conservación de Especies Amenazadas de SEO/BirdLife, Nicolás López.
Por otra parte, desde la década de los 90 la superficie dedicada a los cereales de secano, su hábitat agrario preferido para criar, alimentarse y refugiarse, ha disminuido. Para empeorar todo ello, determinadas prácticas agrícolas intensivas están eliminando los insectos y semillas de los que se alimentan estas aves. Otra de las causas que provoca un estado de conservación desfavorable es la presión cinegética durante el periodo de caza de la media veda. Durante este tiempo se pueden llegar a abatir cada temporada más individuos que los que las poblaciones naturales son capaces de producir en sus nidos.