Maribel Verdú: «Me ofrecían mucha tele, pero es ahora cuando hay papeles que me interesan»
Como la policía «dura y borde» a la que da vida en 'No te puedes esconder' para Telemundo y Netflix. Con ella regresa a la pequeña pantalla tras casi dos décadas de ausencia
El nombre de Maribel Verdú (Madrid, 1970) lleva más de tres décadas en los carteles de cine y teatro, pero casi dos sin aparecer ... en los títulos de crédito de una producción de televisión. Desde 'Código fuego' (2003) y por decisión propia, porque «antes todo era 'Médico de familia' o las series aquí no se concebían», cuenta en una escapada exprés a Vitoria -desde Bilbao, donde representa la obra 'Invencible'- para la puesta de largo de 'No te puedes esconder' (Telemundo y Netflix) en el XI FesTVal.
- El presidente de Telemundo comentaba que comenzó a pellizcarse cuando supo que Maribel Verdú participaría en la serie. ¿Qué hizo usted al recibir la propuesta?
- ¿Sabes qué pasa? Yo tenía claro que quería descansar porque llevaba unos años haciendo tres 'pelis' anuales y me había planteado estar con mi teatrito desde verano hasta Reyes. Pero fue una propuesta de Víctor (García, de Isla Audiovisual), con quien hace tiempo hice un capítulo piloto de una serie que nunca salió, y me leí el guión y me moló tanto... Además, me gustaron los actores que iban a participar y me hacía mucha ilusión estar con Eduardo Noriega porque nunca había trabajado con él. Me involucraron bastante en el proyecto y ahí estoy.
- Metida en el papel de una inspectora de policía «dura y borde», ¿la mala de la comisaría?
- No, no, no es mala para nada. Es una mujer muy rigurosa, que no se anda con tonterías y no es miss simpatía ni de coña, pero cuando le tocan el corazón, empieza a pasar por el aro una serie de cosas que jamás hubiera permitido.
- En 'No te puedes esconder' se cruzan secretos y medias verdades a través de sus personajes. ¿La sinceridad está sobrevalorada?
- Sí (risas), pero luego cómo nos gusta tener a alguien sincero de verdad, esa persona que sabes que cuando le preguntas algo, no te va a responder sólo lo que quieres oír. La sinceridad es muy importante, no en el día a día, pero sí a la hora de la verdad.
- Ha dicho que acudía «feliz» a rodar esta serie. ¿Le ha costado levantarse de la cama alguna vez para ir a trabajar?
- Buf, así de veces (hace un gesto con lo mano). ¡Cuántas veces en mi vida he pensado 'Dios mío, a este rodaje otra vez no'! Todos hemos tenido malas experiencias en nuestra carrera.
«No miro atrás. Que sí, que hice 'Amantes' o 'La buena estrella', pero también he hecho cosas malas»
«Vivo el día a día»
La era de los 35 milímetros
- Y en su caso hablamos de una trayectoria de más de tres décadas aunque desde 2003 no formaba parte de una producción televisiva. ¿Por qué tanto tiempo?
- Lo que más me han ofrecido siempre es tele, todo el rato, todo el rato, pero eran o protagonistas muy absolutas o tramas muy familiares con niños... Es que antes todo era 'Médico de familia' o aquí las series no se concebían, y yo quería volver a la tele cuando se hicieran cosas como las que se están haciendo ahora, donde yo tengo cabida porque me gustan y me interesan. He esperado el tiempo suficiente.
- Y regresa a través de una cadena internacional y un gigante del 'streaming', una nueva forma de hacer y ver la televisión.
- Total, si es que es todo tan diferente... Pero pasa lo mismo con el cine, yo empecé a rodar en 35 milímetros, cuando se hacía cine, cine, y de repente se dio el paso a lo digital.
- ¿Es telespectadora de series en estas plataformas?
- ¿Qué crees? Sí, sí, pero tampoco me obsesiono, eh, no me quedo hasta las cuatro de la mañana porque si no entras en una rueda... A veces dices 'ay, no puedo dejar la serie así', pero yo prefiero parar y seguirla al día siguiente.
- ¿Y qué ve cuando mira por el retrovisor?
- Es que yo no miro atrás, vivo el día a día y, como mucho, pienso en un futuro corto o inmediato. No me regodeo en el pasado nunca, ni para bien ni para mal, las cosas pasan y no puedes quedarte en ellas. Que sí, que hice 'Amantes', 'La buena estrella'... pero también he hecho cosas malas. Eso sí, saber que nuestro trabajo está ahí para siempre reconforta.
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