«Estamos sin líneas fijas de teléfono desde el jueves y nadie nos hace caso»

El presidente de la Junta Administrativa de Comunión, José Gabriel Montoya, pone voz a ese enfado mayoritario, que ha llevado a decenas de vecinos a firmar un escrito de protesta. Muy indignado, comentaba ayer a EL CORREO que llevaban una semana entera sin línea de teléfono, algo que inhabilita al pueblo «totalmente» incluso para cuestiones urgentes como pueden ser llamadas para consultas médicas o para alertar a la familia de cualquier otro problema. «Estamos sin teléfono desde el jueves de la semana pasada, pero lo peor es que la asistencia es pésima, no nos hacen caso y no tienen en cuenta que hay equipos que resultan vitales».

Montoya admite que por cosas como ésta las zonas rurales de las comarcas de Álava se sienten «olvidadas». A pesar de las promesas de las instituciones, de los planes para conectar la zona rural, «muchos pueblos seguimos teniendo problemas a la hora de contratar y utilizar una línea de teléfono e internet». En primer lugar y como afirma una vecina del pequeño municipio, es que «solo podemos contratar con Movistar porque el resto de compañías no disponen de servicios aptos con líneas que lleguen hasta nuestros domicilios». El problema es que las líneas de las que disponen suelen causar problemas y el tiempo en el que se solucionan «siempre» es de más de 24 horas. «Estamos condenados a ser sus clientes, sea cual sea el servicio que ofrezcan», lamenta.

Los vecinos afirman que esto ha pasado más veces a lo largo de este año. La primera, el 23 de junio, en la que estuvieron «un día sin wifi», y la segunda el 1 de julio, que dejó de nuevo al pueblo sin línea de teléfono. Cuando llegó la tercera caída de la red, la que ha dejado una semana de teléfonos mudos, los habitantes de Comunión optaron por «acudir a otras vías». Sus quejas han tenido efecto porque ayer mismo les solucionaron la incidencia.

Pero el problema de fondo no está arreglado. «Estamos condenados a contratar líneas convencionales que dan problemas, en lugar de fibra óptica, como se puede hacer en la capital y en las localidades más grandes», informa. «A Lantarón, por ejemplo, ha llegado esta primavera. Pero a nuestro pueblo, nada», dice. «Nosotros estamos a la espera. No tenemos fibra, navegamos muy despacito porque nos llega un ADSL de tres megas. Cargar un documento te puede llevar un día», se queja. El alcalde pedáneo no entiende por qué existen tantos problemas si «cumplimos con todas las gestiones que nos exigen que hagamos con la Diputación a pesar de que nos cueste horrores».