Una larga espera llena de incógnitas
Los primeros vacunados ·
Profesionales esenciales que se estrenaron con AstraZeneca afrontan retrasos y dudas sobre la segunda dosisMarta Fdez. Vallejo | Jose Domínguez | sara lópez de pariza
Domingo, 16 de mayo 2021, 10:37
Son los considerados trabajadores esenciales, policías, profesores, farmacéuticas, monitoras de comedores escolares... porque afrontaron los mayores riesgos de contagio en los peores momentos de la ... pandemia. Por ese motivo, fueron de los primeros colectivos a los que se decidió vacunar. Recibieron con alivio, casi con alegría, la dosis de AstraZeneca que les protegía del virus. Pero el camino para completar su inmunización se torció y se ha llenado de dudas. Han contemplado, con desconfianza, cómo aparecían informaciones de efectos adversos de su vacuna -casos de trombos, fallecidos...- que aunque eran en porcentajes muy bajos, asustaban. Les provoca una gran incertidumbre que científicos y responsables de salud de diferentes países no se pongan de acuerdo en si hay que completar el proceso con AstraZeneca o cambiar, y mezclar con otra de Pfizer. Las autoridades decidieron retrasar la aplicación de la segunda dosis y aún deben esperar a la próxima semana para que se tome una decisión. En medio de esta incertidumbre, se quejan de falta de información por parte de las instituciones y reclaman que los expertos «arrojen luz» cuanto antes sobre cuál va a ser la estrategia que se siga con ellos. Tienen claro que existe más riesgo si se contagian del coronavirus que con cualquier tipo de vacuna que les administren, pero después de tanta espera han desarrollado sus preferencias. Unos quieren AstraZeneca y poner punto final al proceso, otros se fían más de Pfizer y los hay, incluso, que les gustaría quedarse solo con el primer pinchazo.
Nerea Saiz | Profesora
«Lo peor es que no se pongan de acuerdo los políticos y los científicos»
Le tocaba la segunda dosis este miércoles 19 y reconoce estar sumida en un mar de dudas. Lo único que tiene claro es que el Ministerio de Sanidad le ha enviado un escrito en el que le comunica que la inoculación definitiva se retrasa al menos cuatro semanas más, hasta las 16. «Y que ya se nos comunicará qué vacuna se nos administra». La razón, «que están haciendo un estudio después de todo el rollo que se ha montado con AstraZeneca, pero es que yo quiero que me pongan ésa, la que tengo en la primera dosis».
«Ya no sé si reírme o qué con todo esto», se lamenta esta vecina de Zierbena. Remarca los mensajes «catastrofistas» que ha visto en la televisión, aunque luego parece ser que «el riesgo de trombosis es mínimo». A su juicio, «lo peor, lo que me tiene en vilo, es que no se pongan de acuerdo políticos y científicos, que lo han dado todo para que podamos ponernos la vacuna». Porque, subraya, si estos últimos ya dicen una cosa, «¿para qué vamos a hacer más estudios si en el Reino Unido ya se han hecho suficientes?». De hecho, remarca que los beneficios son «muy superiores a lo que nos puede pasar si nos infectamos. ¿Entonces de qué estamos hablando? Que se dejen de líos, que nos vacunen masivamente para afrontar la lucha unidos y acabar con todo esto ya».
Roberto Seijo | Ertzaina
«Hemos pedido que voluntariamente nos dejen ponernos AstraZeneca»
Fue de los últimos ertzainas en recibir la primera dosis de la vacuna antes de que el proceso se paralizase -es secretario general de Erne «y los delegados sindicales éramos los últimos en la lista junto a los jefes»- y, como el resto de la plantilla, se muestra sorprendido y enojado a partes iguales. «Nos han dejado en tierra de nadie y, lo que es peor, nos sentimos más abandonados si cabe porque no nos dan ningún tipo de información», lamenta. Como ejemplo de la incertidumbre generada en el Cuerpo destaca que, «cuando el 4 de abril se suspendió la vacunación se quedaron sin recibir la primera dosis 180 agentes a los que no se les ha dado ninguna solución, cuando sería tan fácil como ponerles otra que no sea AstraZeneca».
Aunque, como él mismo remarca, la mayoría de la plantilla no muestra un especial recelo hacia esta vacuna. De hecho, subraya que desde Erne se ha solicitado formalmente al Departamento de Salud que se permita a los agentes que lo deseen ponerse la segunda dosis con AstraZeneca e incluso ha elaborado un formulario para que el que lo desee lo rellene y lo remita «directamente a la consejera». «Ya hay varios países de Europa que han decidido dar la segunda dosis con esta vacuna siempre que se haga firmando una autorización voluntaria», remarca.
Marcos Burón | Policía Nacional
«No sabemos ni si la inmunidad sigue al pasar las 12 semanas de la primera dosis»
Tiene 40 años, es Policía Nacional y el 12 de marzo le pusieron la primera dosis. La segunda le tocaba el 4 de junio, «pero estamos en la más absoluta incertidumbre». Su desconcierto es mayor porque, según asegura, entiende de compuestos tras haber estudiado química y cree que todo lo que rodea a la suspensión de la vacunación con AstraZeneca a los trabajadores esenciales es un «desastre». «Dicen que nos van a poner otra y se habla de Pfizer, ¿de verdad?, son dos cosas totalmente distintas», lamenta. Y argumenta que la primera está hecha con «una proteína que tiene el virus y la segunda con el ARN del virus inactivo». En definitiva, que no tiene claro que sean compatibles. «¿Y si lo que nos han puesto no vale y nos tienen que inocular las dos dosis de Pfizer?». Para colmo, este retraso de cuatro semanas podría dejarles desprotegidos, «porque tampoco sabemos si la inmunidad de AstraZeneca sigue al pasar las 12 semanas».
Marcos Burón, además, subraya que la desinformación en el Cuerpo en el País Vasco «ha sido y es total». «Aquí no teníamos ningún protocolo de vacunación y, gracias a que el Sindicato Superior de Policía (SUP), lo denunció a la prensa, el delegado de Gobierno intervino y logramos entrar en la campaña, pero ahora seguimos igual, nadie nos dice nada».
Yolanda Peña | Profesora
«Nos sentimos cobayas, nadie sabe aún qué nos van a poner»
A pocos días ya de que le citen para la segunda dosis de la vacuna, Yolanda Peña cree que se debía haber facilitado «más información» a los afectados. «Llamas a Osakidetza, al hospital al que te tocaría ir, y te dicen que no saben nada. No nos dicen si la segunda dosis será de AstraZeneca, si será otra... Están haciendo estudios todavía... ¡Nos sentimos cobayas¡», se queja esta profesora vizcaína que confiesa también sentir «miedo». «Conozco casos de compañeras, porque sobre todo ha sido en mujeres, a las que la primera dosis de AstraZeneca les provocó muchos efectos secundarios y secuelas, como intensos dolores de cabeza. Tenemos miedo de que la segunda dosis la reacción sea peor», comenta. Asegura que entre el sector de los docentes se vive con «incertidumbre» al ver que ni siquiera los expertos tienen claro qué hacer y se han visto obligados a retrasar la vacunación hasta tomar una decisión.
Esta docente vizcaína de 56 años, delegada sindical de UGT Enseñanza, incide también en el grave problema que afrontan los profesores ya que, con este último retraso, a muchos les va a coincidir las vacunación con la celebración de la OPE en junio y corren el riesgo de no poder presentarse. Han reclamado pruebas extraordinarias para esos casos.
Rosa Melero | Farmacéutica
«Las vacunas están sometidas a controles exhaustivos»
La farmacéutica Rosa Melero asegura que está «muy tranquila» porque las vacunas contra el covid que se están aplicando son sometidas a un «control exhaustivo». «Hay que confiar en los estudios científicos. No ha habido un medicamento del que se haya tenido tanta información en tan poco tiempo», resalta. Recuerda que en otros países, como Francia y Alemania, ya se ha puesto Pfizer de segunda dosis tras la de AstraZeneca y que hay un estudio a nivel nacional en el que participan 600 voluntarios. «Ahora esperamos los resultados de los ensayos clínicos porque se tiene que tomar ya una decisión». Considera también que sería importante «saber más sobre la inmunización que ofrecería» la segunda dosis del preparado de Pfizer.
Esta farmacéutica bilbaína no tuvo efectos secundarios con el primer pinchazo de AstraZecena, «me tomé paracetamol como recomiendan», comenta. En su opinión, los recelos que muestran muchas personas ante estas vacunas contra el coronavirus son producto de la «falta de conocimiento». «No saber genera desconfianza», subraya. Asegura que el retraso en la aplicación de la segunda dosis no le va a restar eficacia ya que aún «está dentro del plazo de entre 4 y 12 semanas para que se pueda completar la inmunización».
Arantza Bengoetxea | Monitora de comedor escolar
«Sentimos mucha inseguridad, casi preferimos no recibir otra dosis»
«En nuestro colectivo hay mucha desconfianza ante la segunda dosis de AstraZeneca, después de que decidieran frenar su administración», explica Arantza Bengoetxea, monitora de comedor escolar y portavoz del colectivo en ELA. Recuerda que entre las trabajadoras hay muchas mujeres de entre 50 y 60 años, el grupo en el que se han registrado los efectos secundarios más fuertes. «Muchas compañeras me comentan que prefieren quedarse con la inmunidad que les ofrece una dosis única, de un 70%, además de que ya falta poco para el fin de curso», comenta Bengoetxea, que con 52 años pertenece también a ese grupo en el que más dudas suscita aplicar el preparado de AstraZeneca por sus posibles complicaciones.
Las monitoras trabajan con escolares que se quitan las mascarillas durante la comida, por lo que fueron uno de los colectivos prioritarios para inmunizar. «Ahora nos sentimos atrapadas en una situación que no se resuelve. Tenemos inseguridad, miedo, incertidumbre... porque no sabemos qué va a pasar». Es consciente de que «hay más riesgo en contagiarte que en recibir la segunda dosis de AstraZeneca», pero «no nos da mucha seguridad que los propios científicos no tengan claro aún qué hay que hacer. No queremos ser cobayas», dice.
Aure Medina | Maestro de Infantil
«Debemos confiar en las pautas que marquen los científicos»
Fueron los primeros en recibir la vacuna de AstraZeneca entre las plantillas docentes. Trabajan con los niños más pequeños que no usan mascarilla y recibieron con alivio la vacuna. Ahora no lo tienen tan claro. A Aure Medina, maestro en Infantil y de Educación Física, de 48 años, le han entrado dudas desde que anunciaron que la segunda dosis podía ser de Pfizer. «Lo último que se ha publicado es que la mezcla puede provocar más problemas, mayores efectos secundarios. Es que lees tantas cosas que al final es peor», cuenta este docente de una ikastola de Getxo.
Está tranquilo porque la primera inyección no le provocó reacción alguna, aunque sí recuerda que a varias de sus compañeras les causó efectos secundarios. «Las maestras y maestros de Infantil vamos a ser también los primeros a los que nos van a administrar la segunda dosis entre los docentes, a mí me han citado ya para finales de mayo. Así que seremos los conejillos de indias», comenta, aunque aclara que no está preocupado. Recuerda que se están haciendo «muchos estudios» y apuesta por «confiar en las pautas que marquen los científicos y responsables de Salud». Solo censura que el proceso de inmunización ha sido lento, ya que «se va a completar casi a final de curso, incluso en algunas etapas con las clases finalizadas.
Josu Gil | Conserje
«Si pudiera elegir me decantaría por que me pusieran la misma»
Josu Gil recibió la primera dosis del suero AstraZeneca el 11 de marzo en Vitoria y el próximo mes de junio deberían inocularle la segunda. Está viviendo esta situación con «incertidumbre» al igual que muchos de sus conocidos. «En mi caso no he recibido ninguna carta ni notificación sobre el retraso del que se está hablando, todo lo que sé es por la prensa. Ahora lo único que podemos hacer es esperar», se resigna este conserje en el campus de Egibide-Jesús Obrero. Cada día se encarga de diversas labores en el centro y ha sido vacunado al pertenecer al sector educativo, como también lo han sido por ejemplo el personal administrativo de colegios e institutos.
Asegura que no tiene miedo, pero sí preferencias. «Si pudiera elegir me decantaría por que me pusieran la misma. Tengo mis dudas sobre el resultado que podría dar el combinar dos tipos diferentes de vacunas». Este trabajador de 53 años lamenta la «falta de previsión» y la organización con la que está trabajando el Departamento de Salud. «Creo que hay una falta de claridad importante sobre lo que van a hacer con nosotros, ellos mismos tienen muchas dudas y van a salto de mata». Entre sus preocupaciones también está el no saber cuánto tiempo le durará la inmunización.
Mercedes Villacorta | Farmacéutica
«Confío en que con los estudios se encuentre la mejor solución»
Según el plan inicial, Mercedes Villacorta debería recibir la segunda dosis de AstraZeneca el próximo 28 de mayo. Sin embargo, como tantos otros profesionales vascos ahora mismo tiene más dudas que certezas. «Nuestro colectivo no ha recibido ninguna carta en la que se nos informe sobre las nuevas fechas», asegura esta farmacéutica vitoriana. Sabe a través de los medios de comunicación que recibirá su segunda dosis pero no de qué suero. «Contamos con ese nuevo margen que han dado de cuatro semanas y estamos de acuerdo en que se estudie y en que haya evidencia científica. Confío en que se encuentre la mejor solución», traslada esta mujer de 50 años.
«Espero que los estudios que se están haciendo permitan obtener datos que aporten seguridad y que den luz sobre la decisión que se va a tomar, independientemente de que se nos decida vacunar con Pfizer o AstraZeneca». En su caso, insiste en que esa segunda dosis es prioritaria «porque somos sanitarios y vemos pacientes todos los días, estamos al pie del cañón». En la farmacia, además de dispensar medicamentos, también hacen labor pedagógica. «La gente nos pregunta mucho por las vacunas y yo digo que lo importante es vacunarse, porque es fundamental para reducir ingresos y muertes».
Maite Peciña | Profesora
«Todo esto está siendo un poco despropósito desde el principio»
Recibió la primera dosis de AstraZeneca el 26 de marzo y a día de hoy desconoce cuándo le inocularán la segunda. Maite Peciña es profesora de Educación Infantil en el colegio Marianistas de Vitoria y desde que comenzó el proceso de vacunación lo ha vivido con incertidumbre. «Primero nos dijeron que a los mayores de 55 años no nos la iban a poner, luego que sí, ahora no sabemos qué segunda dosis nos tocará... Todo esto está siendo un poco despropósito», lamenta esta mujer de 56 años. En su caso, no ha recibido la carta informativa que Sanidad está remitiendo a los afectados así que toda su información proviene de lo que lee en los medios de comunicación.
«Me da igual qué segunda dosis me pongan, lo importante es que no dejen de vacunarnos. Eso sí, si pudiera elegir preferiría sin duda que me pusieran AstraZeneca, creo que tiene más sentido», reflexiona. Toda esta polémica no ha sorprendido tanto a esta docente, que cree que se trata más de una cuestión de intereses de diferentes farmacéuticas y beneficios económicos «antes que otra cosa». En su caso, lo que más le choca es la población que decide no vacunarse. «Nos tenemos que vacunar todos y conseguir la máxima inmunidad posible», concluye.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión