Máquina cosechadora trabajando en una finca de trigo de Álava. Igor martín

La inestabilidad climática dispara a máximos históricos los seguros agrarios en Álava

La contratación llegó a los 135 millones de capital cubierto en 2022; una escalada que no cesa desde hace seis años

Lunes, 20 de febrero 2023, 00:47

La primera ola de calor golpeó en primavera, luego llegaron las tormentas secas, la calima, algún pedrisco, noches tropicales (en pleno noviembre) y episodios de ... lluvia para el anecdotario, insuficientes. Temperaturas por encima de lo normal y un déficit de precipitaciones nos descuadraron a todos e hicieron un daño considerable al agro alavés el pasado año. Resultado:cultivos sedientos o que se frustraron antes de brotar, tierras agrietadas y desplomes de hasta el 50% en la producción de alguno de los cultivos.

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Las advertencias (ya recurrentes)del cambio climático.Aunque «nosotros hablamos más de nueva realidad climática. No sabemos si es un cambio no, pero sí es una realidad que los eventos extremos se repiten cada vez con menor cadencia», puntualiza Mari Luz Cano, directora territorial de Agroseguro, la entidad que gestiona los seguros agrarios por cuenta y en nombre de las entidades aseguradoras.

Esa evidencia –la irregularidad climática– es la que ha empujado a un nuevo máximo histórico la cifra del capital cubierto en Álava. En 2022 se cuantificó en 135 millones de euros, un 4% más que en 2021 (130,2 millones). Y subiendo. Porque la escalada es constante los últimos seis años. «Es una tendencia general, a nivel nacional, se van sumando récords de capitales contratados y, del mismo modo, también récords de indemnizaciones». En el conjunto del Estado se alcanzaron los 769 millones de euros; la cifra más alta en cuatro décadas.

Los cultivos clave

A la hora de diseccionar el capital total protegido, en Álava el foco hay que ponerlo en sus tres tipos de cultivo más relevantes. El primero, los herbáceos (cereales, leguminosas, etcétera).Supusieron un total de 228.000 toneladas y 53 millones de capital asegurado. El viñedo, 71.400 toneladas (52 millones de euros) es el segundo con mayor peso en el mapa del sector primario del territorio. Y el tercero, las hortalizas, que aportaron a la suma total 43.500 toneladas y 9,5 millones.

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  • 130,2 millones de euros fue el total del capital asegurado en 2021. Un año, antes, en 2020, la cuantía alcanzó los 128 millones de euros, cuatro más que los que se habían contabilizado en el último año antes de la pandemia. Agroseguro comienza a trazar la línea ascendente desde los años 2017 (110 millones) y 2018 (118).

  • 2022-23 A uno u otro ejercicio fiscal pueden los agricultores alaveses imputar las indemnizaciones que hayan recibido de seguros agrarios por distintos siniestros sufridos en 2022. Es la última medida aprobada por la Diputación de Álava.

  • Todo tipo de cultivos. La flexibilización hace referencia a las indemnizaciones percibidas por las heladas de abril en Rioja Alavesa, el episodio de piedra (4 de junio) que se sufrió en Iruraiz-Gauna,San Millán-Donemillaga, Agurain, Dulantzi y Elburgo, así como las olas de calor, sequía e incendios en distintas fincas de cultivo en todo el territorio durante el pasado año.

A partir de aquí, los matices. De entrada, el mayor incremento de capital (11% de repunte) se produjo en la producción de herbáceos. Y en este sentido hay que precisar que sí, que las coberturas se reforzaron. Pero además empujó «el incremento del valor de aseguramiento aprobado por Enesa», explican desde Agroseguro.

La Entidad Estatal de Seguros Agrarios es un organismo adscrito al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que durante la pasada campaña (y previsiblemente tendrá que seguir haciéndolo la actual) tuvo que elevar sus ayudas para contrarrestar las subidas de las primas, muy condicionadas por el contexto internacional (léase invasión de Ucrania).

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El porcentaje medio de subvención para los productores asegurados en Álava se incrementó desde el 28% hasta el 37%. Un refuerzo que, según destacan desde la entidad de gestión, ha permitido mantener las coberturas «en el contexto de fuerte siniestralidad que se sufre desde 2017 así como las dificultades económicas derivadas de la situación internacional sin que repercuta directamente en el coste de la póliza que asumen los productores asegurados».

Recapitulando; herbáceos, viñedos y hortalizas absorbieron el grueso del capital asegurado durante 2022 aquí, en Álava. El resto se repartió entre las producciones de remolacha, cultivos forrajeros, forestales, frutos secos, olivar y seguros pecuarios (ganado). En este último sector, el número de animales asegurados también ha registrado un incremento (86.800 cabezas). Es tímido, de apenas un 3% respecto a la campaña anterior.

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El mismo número de pólizas

En este análisis del seguro agrario, toca referirse a otras variables. Han sido claras las cifras récord en el capital asegurado. Pero otras no se han comportado del mismo modo. Es lo que ha sucedido con el número de pólizas. Se mantuvo inalterable, por encima de las 2.300. Lo mismo sucedió con la superficie asegurada; 58.670 hectáreas, apenas un 0,8% más que en 2021.

Así que más capital, mismas pólizas, misma superficie, pero una menor producción asegurada. ¿Por qué? Volvemos al punto de partida: el impacto de la climatología. Hasta la llegada de esa 'nueva realidad climática', Álava venía siendo una zona con pluviometría muy estable. «Pero en meses en los que antes llovía, otros años y el pasado especialmente, no llovió y eso causó un importante daño en los cultivos herbáceos y en todos los de secano. Porque en Álava el secano requiere un aporte de agua casi casi como un regadío», explica la responsable de la zona norte de Agroseguro.

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La producción con cobertura se retrajo en 2022 un 6%, hasta las 441.080 toneladas. Una tendencia a la baja que no es exclusiva de Álava.Se extiende a toda España. Los agricultores se ven disuadidos a mantener el mismo ritmo de cultivo por los vaivenes meteorológicos. Pero hay otro factor que condiciona esas cifras menguantes: el sector primario convive desde hace años con una alarmante falta de relevo generacional.

Cano, de hecho, considera que esa menor producción responde más a este último condicionante. «La desaparición de explotaciones es un gran problema. En todo caso –precisa la responsable de Agroseguro– no estamos bajando en superficie porque el aseguramiento continúa siendo muy estable. En este sentido «la viña y el cereal son dos líneas con mucho aseguramiento histórico. Continuamos con unos niveles de implantación muy elevados, de en torno al 80%».

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