La incertidumbre se dispara en la industria auxiliar de Mercedes con cientos de empleos en el aire

«Evidentemente que este anuncio de no prórroga de contratos temporales nos preocupa porque tiene una incidencia significativa en el empleo y muchas personas se van a ver afectadas», aseguró Ramiro González. Mientras que el alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, deseó que los «niveles de empleo puedan recuperarse».

Ese impacto también lo temen en el parque de proveedores que trabajan en las instalaciones de la multinacional. «Vamos totalmente sincronizados con Mercedes. Si el tercer turno va a tener menos producción, aquí también afectará», reconocía ayer César Lafraya, responsable de la planta Faurecia-Asientos del Norte con un total de 160 trabajadores. Esta cifra, asume, podría verse reducida en «una veintena».

Y el temor que tiene este proveedor de asientos delanteros -para cuando una furgoneta sale terminada de línea, Faurecia ya tiene equipadas 24 más en la cadena- es compartido por las otras tres industrias auxiliares dentro de fábrica -SAS (salpicaderos), Benteler (ejes) o Lear (asientos traseros)-, por los operadores logísticos DHL y Ceva o las firmas de limpieza ISS Facility, Gigabar y Garbialdi. En total, mas de 2.000 empleos que no pertenecen a la plantilla de Mercedes aunque tienen una dependencia directa.

Pero no deja de ser una parte minoritaria de los miles de puestos de trabajo vinculados a la multinacional alemana. El clúster vasco de automoción Acicae, que agrupa a 300 empresas del sector, suma más de 40.000 operarios -sin incluir los 5.000 de Mercedes- y un buen número de ellos trabaja en firmas que de alguna manera tienen relación industrial con la planta vitoriana. La factoría de Gestamp en Abadiño, por ejemplo, destina el 70% de su actividad de fabricación de carrocerías a la factoría alavesa.

Con lo que aunque desde Acicae incidían ayer en que «el 90% de la facturación de nuestras compañías se produce en los mercados internacionales», la repercusión que tiene Mercedes para la industria auxiliar es más que evidente. «Si la planta de furgonetas da síntomas de constipado, yo tengo que ir preparando la bufanda y hasta la medicación porque algo me va a pasar», reconocía ayer un proveedor interno, haciendo un paralelismo con un comentario habitual entre los analistas económicos de que 'cuando Alemania estornuda, Europa se resfría'.

La decisión de la dirección de la multinacional de no renovar a 500 eventuales y hablar ya de la posibilidad de un ERE forma parte, según los sindicatos, de una «estrategia» de Mercedes para encarar la negociación del próximo convenio, ya que el vigente finaliza el 31 de diciembre. «Busca crear un contexto de inestabilidad para luego sacar partido en la negociación», considera ELA, central que tiene la presidencia del comité. Y reprocha que «en una planta con una altísima rentabilidad económica los últimos años, se quieran aplicar las medidas drásticas que se hablan».