Los incendios arrasan en Álava más hectáreas en dos meses que en los últimos doce años juntos

En ese periodo ardieron 315 frente a las 360 de este año. Hay que remontarse a 2009 para encontrar un ejercicio más devastador en el territorio

Miércoles, 24 de agosto 2022, 00:31

Este verano ha pulverizado récords. Si en España ya se ha quemado más superficie que en 2012 –hasta ahora el peor año en incendios–, Álava ... va camino de acabar el estío con más terreno abrasado que en los últimos doce años juntos; 315 hectáreas durante todo ese periodo frente a las 360 que, según las primeras estimaciones de la Diputación, han sido pasto de las llamas entre zonas forestales y agrícolas en los últimos dos meses.

Publicidad

Un manto de cenizas que ha acabado con una racha de cierta calma en la que los alaveses no conocían lo que era ver más de cien hectáreas arrasadas en un solo año. Habría que remontarse a 2009 para hallar un verano más devastador, apuntan los datos del Ministerio para la Transición Ecológica.

Así, si hasta ahora los fuegos se habían convertido en algo testimonial, el reciente de Zambrana, que ha carbonizado este mes 190 hectáreas, ha despertado viejos fantasmas. En concreto los de aquellos grandes incendios de los que ya solo los más mayores se acuerdan. Tal es el caso del que golpeó la sierra de Badaia en 1978 o el que afectó al monte Cantoblanco en 1975.

Sin embargo, el caso del monte Txulato ha soliviantado si cabe más el ánimo de los vecinos del valle de Berganzo, pues esas mismas laderas ya ardieron en 1994. «No hay manera de que ese monte levante cabeza», lamenta Andrés Illana, de Ekologistak Martxan. El incendio de este verano, aunque de extensión algo menor que el de los años 90, es el primero de magnitud que tiene lugar en el territorio desde que el fuego incineró 230 hectáreas en Villamaderne en 2001. «Ya se hizo una reforestación en el Txulato, pero no salió bien. El monte estaba muy matorralizado», abunda Illana.

Publicidad

Nada que ver con los años 80

Pero no todo es color cenizo, también hay motivos para el alivio. Y es que, en cualquier caso, Álava está todavía lejos de los sobresaltos de los años 80, cuando la quema incontrolada de rastrojos estaba detrás de los incendios más destructivos. Así se llegaron a ver cursos realmente desoladores como los de 1985 y 1989, los peores de la historia reciente de la provincia con 2.522 y 2.124 hectáreas calcinadas.

Y, por supuesto, todavía no se han visto grandes incendios forestales como los que han asolado otras partes de España como la sierra zamorana de la Culebra (24.737 hectáreas) o la alicantina Vall d'Ebo (12.150). «No es habitual ver esos fuegos en Álava, pero esto nos tiene que servir de aviso para lo que viene», avisa Illana.

Publicidad

El cómputo negro que este verano ha llenado de humo la provincia comenzó con los incendios de Mendoza y Garaio que, el 7 de julio y de manera casi simultánea, calcinaban más de una decena de hectáreas de cultivo y monte bajo y que, en el segundo caso, obligó además a desalojar entre las llamas a los bañistas que se encontraban en ese momento en Garaio.

Ambos, iniciados en fincas de cereal, llevaron al Gobierno vasco a prohibir cosechar entre las 13.00 y las 21.00 horas para evitar fuegos como el de Argandoña, donde un tractor y su cosechadora calcinados a las puertas de Villafranca quedaron como testigos de su origen. Entonces los accidentes agrícolas se señalaron como la principal causa del fuego.

Publicidad

Pero muchos labradores con sus tractores ayudaron a los bomberos a levantar cortafuegos. Una «colaboración» que Illana agradece y estima fundamental, aunque, incide, «cualquier año un accidente de estos nos puede traer un gran incendio forestal. En ese sentido, aprecia zonas de «alto riesgo». «En las sierra de Cantabria las viñas se han acercado mucho a las zonas de monte bajo. También hay mucho peligro en los encinares de Badaia y los pinares de Valdegovía».

Accidentes y negligencias

Fuera del sector primario, también se han dado otros orígenes. En Mendiola, sin ir más lejos, se quemaron 12 hectáreas y las llamas se quedaron muy cerca de los Montes de Vitoria por la negligencia de una familia que prendió un petardo en una fiesta de cumpleaños. Un tren echando chispas estuvo también detrás de otro fuego en Salvatierra el pasado día 13. En estos casos los ecologistas aprecian zonas de «reincidencia» y llaman a la Diputación a poner ahí «más empeño».

Publicidad

El origen del incendio de Zambrana, por contra, se encuentra bajo investigación, pues pese a originarse en una finca de cereal, está ya se estaba cosechada. Aunque en un primer momento, el alcalde de la localidad, Aitor Abecia, apuntó como detonante a una colilla lanzada por un conductor en la carretera que une Ocio y Santa Cruz del Fierro.

Eso sí, doce años después, los medios con los que la provincia combate sus fuegos son más numerosos. Bomberos de Álava, fundada en 2017, cuenta con 181 profesionales y espera sumar otros 46 con la OPE convocada este año. Este es quizá el principal argumento con el que la Diputación defiende su preparación, tal como recalcó el diputado de Agricultura, Eduardo Aguinaco, a ELCORREO, tras defender que el territorio «no tiene dimensión para contar con medios aéreos propios». Una reclamación que la oposición al Gobierno foral trasladará a las Juntas con el fin de no depender de La Rioja o Navarra para contar con hidroaviones. Por su parte, los ecologistas exigen más transparencia a la hora de facilitar datos sobre incendios. «Sería bueno que la Diputación pusiera a disposición tablas de datos año a año descargables por cualquier ciudadano», sugieren.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad