Imágenes que se deforman para lanzar mensajes
Cuatro jóvenes artistas vitorianos comparten su primera exposición, donde experimentan con la fotografía y sus procesos
Prueba, paciencia, error y acierto. En 'Romper la piedra', una muestra fotográfica que se enmarca en Viphoto Fest y que puede verse en el Centro ... de Exposiciones de la Fundación Vital, cuatro artistas locales, Annie Chkhartishvili, Rubén Beca, Raquel Echevarría y Saúl Vara, exploran los límites de la creatividad a través de la experimentación con materiales fotográficos. Dicen que pretenden alterar el entorno dentro de una imagen. Pero lo que también quieren es sorprender, inventar, dar salida a su imaginación.
«Por primera vez, hemos apostado por artistas jóvenes que, o bien se encuentran en la fase final de sus estudios o una vez finalizados no se habían enfrentado a un proceso expositivo como este», remarca Rocío López, comisaria de la exposición y presidenta de la Sociedad Fotográfica Alavesa, entidad que impulsa el proyecto junto con la Vital. En uno de los proyectos, «la idea surge en el proceso de cambiar materiales sólidos a líquidos; en otro, se abarca la temática de la identidad experimentando con componentes y técnicas», apunta López. Muchas de las propuestas, «tienen en común el uso del movimiento como cohesión entre lo que era entonces y lo que es ahora, no sin antes reinterpretar el recuerdo y alterarlo hasta conseguir que se transforme», añade. En definitiva, la transformación de analógicas e imágenes digitales presenta conceptos y los moldea acorde a las reflexiones de los autores que, en este caso, versan sobre el caos, la impasibilidad ante el sufrimiento, la comprensión del movimiento o la apreciación de la identidad.
Esta muestra colectiva se puede contemplar hasta el día 11 de este mes en el Centro de Exposiciones de la calle Postas.
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Annie Chkhartishvili. 'La ironía de la identidad'
«Cuando eliminas las facciones de la cara, borras a una persona»
Una persona con treinta y cinco identidades y treinta y cinco identidades eliminadas. Annie Chkhartishvili (Georgia, 2001), sufrió una «crisis de identidad» al mudarse a España. En ese momento, no tenía la tarjeta de residencia y experimentó una «falsa sensación» de perder la identidad. «Ahí empecé a hacerme fotos de carnet, pensando que sirvieran para un carnet que no conseguía», explica. Los retratos –disparados en digital y en cabinas de fotomatón–, están tapados en los rasgos faciales con diversas texturas porque «cuando eliminas las facciones de la cara, borras a una persona». Esta superposición, que 'rompe la piedra', se logra con analógicas manipuladas con Photoshop. En su otra creación, 'Pliegues', toma prestada la Polaroid de la universidad (estudia Creación y Diseño en la UPV/EHU) para probar la técnica 'Polaroid Emulsion Lift'. Con agua tibia, la película se despega y se moldea el resultado. Un experimento en el que la técnica es el mensaje.
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Rubén 'Beca' Bécares. 'La lluvia que no cala'
«Las imágenes explícitas que usan los medios adormilan a la sociedad»
Leer el periódico acompañado de un café es un lugar común algo poetizado que a Rubén Beca (Vitoria, 1897) le ha valido como punto de partida para crear una instalación con los conocimientos del que es diseñador aeronáutico. «Llevo tiempo observando la explicitud con la que los medios de comunicación tratan la imagen para dar cuerpo a las noticias. En vez de sensibilizar, se consigue adormilar a la sociedad cual agua de lluvia que no cala», argumenta. Jugando con ese concepto, toma cuatro fotografías analógicas de una persona que sujeta una noticia sobre la Guerra de Ucrania en La Florida, Diputación, la Virgen Blanca y la calle Cuchillería; cuatro lugares frecuentados de Vitoria. La alteración íntegra viene después, al revelarlas con la técnica de la cianotipia y lavarlas con café para ser viradas ante el espectador. Esto, que aporta una estética bélica, provoca que el creador pierda la autoría, dando paso al azar y consiguiendo que, hasta el fin de la exposición, «se formen miles de historias».
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Raquel Echevarría. 'Radiografías del Ser'
«Las mujeres no podemos bailar en la vida como realmente somos»
«Vivir es bailar con las experiencias y cada persona tiene un ritmo distinto», explicita Raquel Echevarría (Vitoria, 1995), que hace tres años reside en Bélgica después de que le concedieran la beca 'Global Training' para impulsar su carrera como fotógrafa y videógrafa. En este tiempo, que se ha convertido en alumna asidua de las clases de 'Movement Research' (en español, búsqueda del movimiento), ha intensificado una comprensión del cuerpo a través de la danza y se ha dado cuenta de que «las mujeres no podemos bailar en la vida como realmente somos». Los motivos se centran en «las responsabilidades emocionales, que son normalmente familiares, y no nos permiten dejarnos ser». En las fotografías analógicas, la artista captura a unas amigas que se mueven por el espacio atentas a su emocionalidad, que cambia en el transcurso de la sesión. En cuanto a las herramientas plásticas, y para evidenciar este encuentro con el 'yo' interior, emplea materiales flexibles y transparentes que reflejan la plasticidad de una relación infinita.
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Saúl Vara. 'Caos'
«El caos nos pone los pies en la tierra y nos vuelve vulnerables al futuro»
«Se ruega mover y tocar». Un mensaje así, algo contradictorio con la señalética que se suele ver en salas de arte, es el que Saúl Vara (Vitoria, 1989) quería proponer (aunque sin letreros) con una de las piezas de su 'Caos'. En la pared se encuentra una especie de puzzle –en realidad, paneles de PVC magnéticos– que quieren funcionar como una «obra viva que cada día cambia» con las manos del visitante. Esas fotografías, que son aleatorias, indefinidas y a menudo están relacionadas con la naturaleza, parten de un concepto de desorden más profundo: el 'efecto mariposa'. Esa teoría «rompe con las leyes clásicas de la ciencia de que nos podemos anticipar a todo». «El caos es la máxima custodia del asombro. Personalmente, y colectivamente, nos pone los pies en la tierra. El mundo se nos escapa y eso nos vuelve vulnerables ante el futuro», enuncia Saúl Vara, que estudia en la Escuela de Artes y Oficios de Vitoria. «De poder predecir todo, esta vida sería muy aburrida», concluye.
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