La huelga de jardineros sigue firme tras otra reunión sin ningún avance

Sigue muy distante la oferta económica de la firma de las pretensiones de los empleados. El conflicto se mantiene en punto muerto y sin atisbo de resolverse por esta vía en la que participan estos dos actores. Y, por ello, los trabajadores siguen empeñados en reclamar al Gobierno municipal PSE-PNV su intervención directa para resolver la pugna, ya que consideran que es el único con capacidad real para desbloquear la situación.

Tras el parón vacacional de agosto, los representantes de los trabajadores solicitaron a la empresa una nueva reunión en el Consejo de Relaciones Laborales del Gobierno vasco (Preco) para retomar la negociación. La sexta vez que se presentaban ante este organismo, además de otras citas que han mantenido en el Consistorio vitoriano o en la sede del Departamento de Trabajo en Lakua. Las expectativas de cara a la reunión que mantuvieron al mediodía eran escasamente halagüeñas de antemano. Sensación que se acabó reafirmando en el transcurso de un encuentro en el que nada varió de manera significativa..

El gran punto de desencuentro entre ambas partes dentro de la negociación de un nuevo convenio laboral ha estado desde el principio en la cuantía de las subidas salariales. Y, según detallaron los representantes sindicales, la empresa se presentó este jueves «con la misma propuesta económica que hizo en la última reunión de julio». Y, exponiendo de nuevo a la parte social que «los límites» que están actualmente planteando al incremento de los sueldos «vienen marcados por el Ayuntamiento».

La de este jueves no fue la primera ocasión en la que los delegados de los trabajadores escucharon esta afirmación en boca de los miembros de Enviser que participan en la negociación. Y, por ello, una vez más los jardineros reclamaron a los responsables políticos municipales –principalmente a la alcaldesa, la socialista Maider Etxebarria, y a su teniente de alcaldesa, la jeltzale Beatriz Artolazabal– que se sienten a la mesa de negociaciones y presenten una oferta que al menos se acerque a las pretensiones que han presentado los jardineros.

Si en el apartado económico las dos posturas siguen alejadas, tampoco se produjo entente alguna respecto a unos servicios mínimos que se han mantenido activados desde que entraran el vigor el 16 de junio. Los jardineros aseguran que esta medida, que les obliga a segar las zonas verdes y ajardinadas y «que inicialmente se iba a aplicar durante tres semanas», no tiene ya razón de ser cuando esas actuaciones han servido para limpiar los espacios donde se podían producir riesgos para el tráfico por la baja visibilidad y también se ha superado ya la fase en la que el riesgo por incendios es más elevado. Un razonamiento que chocó de nuevo con la posición de Enviser, que defendió la necesidad de mantener esta actividad de cuidado de los jardines.

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