Una gran tarde de rifa solidaria por San Antón en Vitoria

«Hay que adaptarse a todo», resolvía Itziar Etxebarria, que había comprado boletos y, además, acudió junto a su perro Max, una mascota de raza shih tzu que fue bendecida junto a más de una veintena de animales a las puertas de la parroquia. «Venimos porque es una tradición, antes tuvimos un perro que se nos murió hace ya seis años con el que veníamos y un año que faltamos se nos puso malito», explicaba esta vitoriana a las puertas del templo. «Eso sí, llevo toda la vida participando en el sorteo y nunca me ha tocado», resolvía.

Sentían algo de nervios, pero sobre todo reflejaban una gran ilusión José Ramón Santos y Carmen Lago, ambos voluntarios de la Residencia San Prudencio, que se encargaron de extraer los números agraciados. El primer premio, una cesta con selección de productos de cerdo ibérico, le correspondía al boleto con el número '15.949'. Por su parte, la tarjeta regalo para un viaje valorada en 1.500 euros fue para el '85.795, la obra gráfica de un artista (04.094), una cámara de fotos digital (29.802), una estancia para dos en Talaso Zelai de Zumaia (29.802), un menú degustación en Laua de Langarica (15.003), un bono del Azkena Rock para dos personas (04.531), un bono regalo para libros y cómics (06.244), el escape-room 'Sahara' (08.355) y un seguro de hogar (01.765). El carácter solidario se mantiene intacto en un sorteo para el que se despacharon 30.000 boletos, cada uno a un precio de 60 céntimos.

Tras la rifa oficial en el majestuoso salón del Consistorio, en la plaza de España se llevó a cabo otra rifa que se celebra desde el año 1994: dos cerdos de chocolate entre los centros escolares de Educación Infantil y Educación Primaria de la ciudad. Se anunciaron mientras la plaza estaba abarrotada por padres y txikis, muchos de ellos vaso de chocolate en mano. Los boletos agraciados fueron los correspondientes al número '38' y '91'. Como curiosidad, ambos fueron a parar al colegio Ángel Ganivet, del barrio de Santa Lucía.