«Dejemos un poco en paz a la chavalería; ves a cada grupo de cincuentones...»
El vitoriano repite en casa, donde este martes buscará «la conexión con el público» junto a Iñigo Salinero en el Rincón del humor del Prado
Judith Romero
Domingo, 1 de agosto 2021, 01:12
Gorka Aguinagalde (Vitoria, 1966) no ha dejado de participar en rodajes ni de hacer reír a su público durante la pandemia. Este martes visitará el ... Rincón del humor de la programación cultural de verano de Vitoria coincidiendo con las fechas de las no-fiestas de La Blanca junto a Iñigo Salinero. Los monólogos se mudan al Parque del Prado y contarán además con un aforo limitado en función de las medidas antiCovid en vigor. El suyo dará comienzo a las 19.30.
– ¿Qué siente al volver a actuar en su ciudad en la semana en la que deberían haber tenido lugar las fiestas?
– Esta será la primera vez que actúe en las no-fiestas de Vitoria. Estos eventos son una especie de mal menor pero están bien, al menos se pueden hacer cosas, aunque serán raritas. No me quejo porque durante este año he podido currar bastante, aunque al principio se hacía raro hacer humor sin poder ver las sonrisas del público, con las mascarillas. Me lo tomo como un reto, el objetivo ahora es la carcajada. Que meneen los hombros y se les oiga reír.
– ¿Es asiduo a las fiestas? ¿Piensa recordar la Blanca de alguna manera?
– Hace años que no voy a la bajada, pero he disfrutado mucho en el mogollón y encendiendo puros. Me gustan el Celedón y las fiestas. Vitoria sigue teniendo ese aroma de pueblo, de saludar al vecino y disfrutar. Mi hogar lo tengo aquí y no me arrepiento de haber vuelto, en la capital deEuskadi se vive muy bien.
– ¿Cree que sigue siendo necesario prohibir el acceso a la plaza de la Virgen Blanca?
- No me había enterado porque no me atraen las aglomeraciones, yo creo en el individuo. La masa me parece estúpida, y este año tenemos un montón de ejemplos de ello con la pandemia. Este año es lo que toca, sin fiestas, y lo que no hay que hacer es ser un inconsciente. Cada vez que hay aglomeraciones suben los contagios.Aunque lo entiendo porque yo también he tenido 17 años, le diría a la gente que piense en su abuelo, su madre o su tía. Eso sí, aunque el bicho seguirá en las no-fiestas, hay que dejar un poco en paz a la chavalería. Se están portando bastante bien, porque también ves a cada grupo de cincuentones tomando vermú sin mascarillas...
– El martes actúan al aire libre. ¿Cómo es ver al público quedarse o marcharse en función del monólogo?
– Hay que defender sobre el escenario la propuesta que, en este caso, Iñigo y yo hemos escrito en común. Si alguien se ríe, llora o se marcha ofendido, nuestra misión está cumplida. No busco la aceptación de todo el mundo, pero si alguien se ofende es que ha habido una conexión con esa persona. Lo que nunca puede ocurrir es que se queden mirando el teléfono.
«Esta especie de fiestas de Vitoria están bien, se pueden hacer cosas, pero serán raritas»
– ¿Tiene Vitoria suficientes espacios cerrados para actuar con distancia de seguridad?
–No, no hay espacios suficientes. Que pregunten a los cines, con el aforo al 35%. ¿Cómo van a aguantar así? Luego en laEurocopa todos estaban sin mascarillas. ¿Con qué rasero se mide esto? Se agradece que el Iradier Arena se haya convertido en un sitio donde proyectar cortos u organizar conciertos con cierta distancia. ¿Porqué tengo que aguantar restricciones en aviones, en teatros, y luego ir en un metro de Madrid petado? Al final no entiendes nada.
–¿Qué espera de la reforma del Teatro Principal?
–Es una reforma que es necesaria desde hace tiempo, estoy súper a favor. En estos momentos tenemos la suerte de disponer de teatros en cualquier centro cívico, en Vitoria tenemos esa ventaja. Estamos bien preparados, así que sólo queda que sigan adelante con la reforma. Hagamos que el Principal sea para Vitoria como el Arriaga para Bilbao y ojalá que se hagan las mismas producciones que en él.
– Ha participado en tres películas desde el inicio de la pandemia. ¿Se valora más la cultura tras el confinamiento?
– Estuve en tres rodajes y me han hecho más PCRs que pintxos hay en la parte vieja de Donosti. Me han metido de todo por la nariz. Hemos cumplido normativas estrictas en escenarios delimitados incluso por zonas de colores. Sin embargo, el papel de la cultura se ha olvidado rápido. La gente primero empatizó y dijo 'Ay, si no llego a tener un libro o una peli para ver en casa...'. Pero luego la campaña deAyuso pasó a ser tomarse una caña a las 23.00 mientras los ancianos seguían muriendo a las residencias.
– ¿Ha recibido el sector audiovisual suficiente apoyo institucional?
–A mí las ayudas me la sudan. Soy autónomo, así que no me cobres la cuota y ya me apañaré. Las ayudas son una farsa y en nuestro sector hay muy pocas. Se vende la moto de que el cine español está subvencionado, pero apenas se lleva un 10% de subvención. ¡Imagina si le dieran al cine el dinero que le dan a la Mercedes! Podríamos entrar en el debate de los puestos de trabajo y sus condiciones, pero hacer un largometraje da trabajo a mucha gente.
– ¿Cree que las fiestas de La Blanca se celebrarán con normalidad el año que viene?
–Son tiempos malos y hay que vivir acorde a ellos. Hacer comidas con cierta distancia o con menos gente, celebrarlas de otra manera. Eso sí, espero que dentro de un año la situación haya cambiado y poder tener unas fiestas de la Blanca normales. No me gusta hacer las cosas a medias.
«Los monólogos han sido un salvavidas durante la pandemia»
– 'Roland y Garrós, culturas milenarias'. ¿Hablará sobre las Olimpiadas con Salinero?
– ¡Qué va! Nos hizo gracia lo de Roland y Garrós por la sonoridad. Iñigo y yo somos de lanzarnos al abismo, el monólogo es como un partido sin red. Hablamos de la cultura vasca e Iñigo se encarga de la cultura china. Son monólogos que después convertimos en un diálogo.
– ¿Se puede hacer humor sobre cualquier tema sin resultar ofensivo?
– Procuro no autocensurarme porque bastante censura hay ya. Uno se puede reír de cualquier cosa, la cuestión es saber hacerlo en el momento adecuado, con cierto respeto. Me gusta ser ácido e hiriente sin llegar a ser soez, pero hay cómicos muy soeces que son muy graciosos. Es cuestión de ver por dónde va cada uno y, si no te gusta, marcharte. Ahora tenemos la piel demasiado fina, pero yo me considero un bufón. El tío de los cascabeles que puede decirle al rey que tiene la cabeza gorda.
– ¿Sigue teniendo éxito la figura de los dos cómicos?
– El payaso listo y el payaso tonto siempre han funcionado bien y, durante la pandemia, los monólogos, tanto en solitario como en pareja, han sido un salvavidas. En este momento no puedes liar un montaje grande con 17 actores para que se cancele a los dos días. Nuestra profesión ya tenía incertidumbre, pero ahora no te puedes ni organizar.
– También acaba de actuar con Salinero en el corto 'El carné' de Xabi Vitoria. ¿Tuvo ocasión de acudir a Korterraza?
– Sí, y tuvo muy buena acogida. Ahora festivalearemos e iremos a Tarazona.Este año he disfrutado más de Korterraza tras el encierro y la pandemia. Es un lujo lo bien que lo organizaron en la antigua plaza de toros con todas las medidas de seguridad, aunque el hándicap del Iradier Arena sea la sonoridad.
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