Visión aérea de la central que se está desmantelando. E. C.

Garoña usará drones para medir sus niveles de radiactividad

La implantación de esta nueva tecnología impedirá que se produzcan errores humanos en la detección y que los trabajadores estén menos expuestos

Domingo, 28 de septiembre 2025, 00:34

Enresa ha apostado por las nuevas tecnologías para afrontar el desmantelamiento de la central nuclear burgalesa de Santa María de Garoña, colindante con Álava, y ... dentro de poco contará con drones teledirigidos que portarán un dispositivo para medir la radiactividad de suelos y paredes del complejo. Una medida pionera mediante la que se busca reducir las opciones del error humano en las mediciones, proteger de posibles radiaciones a los operarios que están trabajando en el desmontaje o los riesgos de trabajar en grandes alturas y una mayor precisión en la selección de la 'basura' radiactiva de baja intensidad que posteriormente se envía al Centro de Almacenamiento de El Cabril.

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La empresa encargada del desmantelamiento de Garoña ya ha realizado pruebas piloto con estas pequeñas naves voladoras en la central José Cabrera, más conocida como Zorita. Los aparatos cuentan con un equipo de espectrometría gamma que llevan acoplado en un lateral y que ha sido testado sobre todo para realizar mediciones en las zonas de mayor altura y en aquellas a las que el acceso resulta más complicado. Mediante barridos o vuelos estáticos, los drones detectan las zonas con actividad radiactiva por encima de los niveles de los materiales que se pueden llegar desclasificar o descontaminar por completo.

Tras los buenos resultados obtenidos en la planta de Guadalajara, ahora implantará esta tecnología también en la planta vecina a Álava y en Vandellós 1, en Tarragona, donde se realizarán mediciones hasta 2029.

Un 'perro robot'

Enresa va a adjudicar por 782.707 euros más IVA a Enusa Industrias Avanzadas estos nuevos dispositivos voladores que le permitirán avanzar con mayor velocidad en la caracterización de todas las zonas edificadas, así como en la clasificación de los residuos. Precisamente, uno de los objetivos es que la cantidad de material radiactivo de baja intensidad sea detectado con la mayor celeridad posible para proceder a su tratamiento y desactivación inmediata.

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Esta apuesta por las nuevas tecnologías en Garoña con la adquisición de drones es un paso más para mejorar el proceso de desmantelamiento que ha vuelto a tomar velocidad a orillas del Ebro con el llenado este mes de septiembre del octavo contenedor con los residuos más radiactivos procedentes de la piscina del reactor nuclear.

Enresa ya había apostado por un robot de última generación capaz de desplazarse de manera autónoma y acometer actuaciones complejas clasifica los residuos más peligrosos y se encarga de realizar mediciones sobre materiales, paramentos y suelos, clasificando con exactitud las zonas contaminadas. Y, como ocurre con las naves voladoras teledirigidas, todo esto sin que le afecten los posibles niveles de radiación que se podrían emitir durante la realización de todas estas tareas. Este ingenio se asemeja visualmente a un perro de metal por su forma, con una base de cuatro patas y una extensión que constituye el elemento operativo y que se parece al cuello y la cabeza.

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