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La sinfonía evocadora de Joëlle Tuerlinckx toma Artium
La artista belga exhibe 'El caso de l(a casa) museo(a)', una retrospectiva que reflexiona sobre los límites del arte y su trasgresión
Nada convencional, nada predecible. La obra de Joëlle Tuerlinckx (Bruselas, Bélgica, 1958), vinculada al minimalismo y al arte conceptual, desafía los límites tradicionales del arte ... y va mas allá de la mera exhibición de un trabajo con unas claras señas de identidad. Identificada como una creadora poética, sus exposiciones sirven como reflexión sobre el tiempo y espacio, cómo lo medimos y lo percibimos, así como las diferencias entre el ámbito privado y lo que se manifiesta en el circuito del arte.
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En torno a ello gira también la exposición que Artium inaugura este viernes, 'El caso de l(a casa) museo(a)', su primera retrospectiva en España, que se podrá ver hasta el 27 de abril. En ella reúne tanto obras suyas -todo tipo de objetos: cuadernos, textos, cajas de embalaje, carteles- como guiños a proyectos anteriores en la que es una «suerte de retrospectiva desconcertante», como recogen la directora Beatriz Herráez y la comisaria jefa Catalina Lozano, del propio centro de arte contemporáneo de Vitoria. La propia creadora belga puntualizó que en origen la idea no era recoger piezas de toda su carrera. «Más que hablar de retrospectiva, prefiero hablar de un gran viaje a lo largo de mi trabajo», dijo este viernes ante los medios.
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Esas diferentes acotaciones a su trabajo dan una idea de la dificultad para reducir a una expresión una muestra casi inabarcable y «radicalmente abstracta». En ella se encuentran piezas previas y planea una reflexión acerca de las copias y los originales. «Puedo decir que Marcel Duchamp me acompaña pero lo que hago no es un homenaje a él», dijo acerca de las similitudes con su trabajo. Ya a la entrada de la Sala A2 de Artium Museoa vemos una maqueta de una exposición que invita la confusión. A primera vista el espectador piensa que es un reflejo de lo que verá, pero la artista avisa de que «mezcla lo verdadero y lo falso».
El título de esta muestra hace referencia a espacios domésticos -a las casas- y a las instituciones -museos-. ¿Se puede parecer una sala de exposiciones al taller de un artista? ¿De qué manera lo cotidiano se refleja en los centros de arte? ¿Cuál es la frontera entre un museo y lo demás? Esas son algunas de las preguntas que subyacen en esta propuesta abierta a múltiples interpretaciones.
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Arte de la «sorpresa»
Lo cotidiano se ejemplifica incluso en los materiales que emplea. Del techo de la sala cuelga un rollo de papel higiénico. «Me encantan las sorpresas y lo fue descubrir que había un papel de váter español que no es como el belga y tenía forma de nubes», explicó con un humor belga, vinculado al absurdo, acerca de esa instalación en un pequeño recorrido por el espacio. En 'El caso de l(a casa) museo(a)' también se ven carteles de la tienda de ultramarinos Victofer, de la calle Cuchillería, con los precios de las docenas de huevos o el jamón serrano. A ellos les da otro sentido al enmarcarlos en vitrinas como si fueran obras de arte. En una esquina se añade una leyenda con el nombre de sitios donde ha expuesto anteriormente como 'Drawing Center, Nueva York'.
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Exposición en Artium 'El caso de l(a casa) museo(a), de Joëlle Tuerlinckx. Selección de trabajos históricos que anteriormente ha mostrado en Documenta X de Kassel, Witte With de Róterdam o Reina Sofía de Madrid, junto a obras recientes.
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Hasta el 27 de abril En la sala A2.
También hay guiños irónicos acerca del sentido del arte. 'Visitante, caminante, espectador, ¿qué haces aquí si no eres carpintero, cristalero, alicatador, limpiador? ¿quién eres?', se lee en uno de los textos del catálogo. En ese mismo cuaderno también se puede ver el contrato entre la artista y el museo o algunos correos electrónicos que reflejan el proceso de trabajo hasta crear una exposición. En uno de esos 'mails', Lozano, comisaria, le cuenta a Joëlle que contactaron con la pastelería Leku-Ona, atendiendo a sus demandas. «Estimada Joëlle. Contactamos a la pastelería Leku-Ona y nos dieron los datos del proveedor del cordel con el que cierran sus cajas de bizcochos que usted necesita para la realización de la obra 'Hauteur d'atelier'. Desafortunadamente no podíamos comprar una cantidad pequeña (o las cien cajas necesarias según sus cálculos). Muy amablemente, nos han regalado un rollo y una caja de bizcochos. Fui a recogerlos hoy, así que ya tenemos los materiales», le cuenta Lozano a la artista belga, lo que da una idea del gran trabajo en el que se ha visto inmerso el equipo del museo.
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Ese cordel que envuelve habitualmente cajas de pasteles se puede ver situado a tres metros de altura en sala. Una propuesta que por su adaptación al espacio se identifica con lo que se conoce como 'site-specific'. «Trabajar con amor es esencial en el arte. Todos hemos trabajado con amor y todos han dado lo mejor de sí mismo en este proyecto», dijo deshaciendo en elogios hacia el equipo del museo.
«Muchas voces que se oyen en la sala son del equipo del museo y nos volvimos parte del proyecto», comentó Lozano. «Nos invita a pasar tiempo en la sala, no es para recorrer rápidamente e irse». ¿Cuánto tiempo deberíamos pasar? «Os invito a hacer un viaje de tres horas», planteó la creadora belga, que incidió en que «los visitantes son tan importantes como las obras de arte».
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