Pelea de discoteca
Expulsado del país por deformar la cara a otro joven al estamparle una botella en VitoriaEra la primera noche de fiesta en la capital alavesa de este veinteañero condenado ayer por la Audiencia de Álava. «Pido disculpas a la víctima. Estoy muy arrepentido», matizó
Apenas llevaba un par de meses en Vitoria. Era su primera salida nocturna de fiesta. Todo marchaba correcto hasta que, en una discoteca, tuvo ... un encontronazo con otro cliente. No se conocían de nada, jamás habían coincidido, pero –por causas no aclaradas– se enzarzaron. Hubo un botellazo. La víctima precisó varios puntos de sutura en la cabeza. Le quedó una pequeña «deformidad» facial de por vida.
Con esta severa consecuencia el asunto, que tuvo lugar hace trece meses, pasó a la Justicia. Y no a un juzgado cualquiera, sino al órgano más importante en nuestra demarcación: la Audiencia Provincial de Álava. En la mañana de ayer, sus magistrados revisaron el caso, no tan distinto de otras trifulcas nocturnas –con abuso de alcohol y drogas incluidos– salvo por el empleo de una botella de vidrio.
De salida, el procesado, un chico de 22 años, se enfrentaba la petición fiscal y de la acusación particular de seis años de cárcel por «un delito de lesiones con deformidad y uso de instrumento peligroso». El hecho de que se valiese de una botella como arma elevó la solicitud de prisión. «La gente no se da cuenta de que en el momento que tiras de navaja o coges un vidrio para hacer daño, un tema menor degenera en algo muy serio», destacan ertzainas, cuerpo que asistió a la víctima cuando deambulaba por la calle «con heridas sangrantes en la cara y el cuello» y, minutos después, atrapó al autor material, también con restos de sangre «en la camisa». Los hechos sucedieron «sobre las 5.00 horas del día 8 de mayo de 2022» en el interior de un local hostelero.
No podrá retornar a España en diez años y le imponen una indemnización de 19.000 euros
El condenado
Las consecuencias del botellazo se conocerían más tarde. La víctima, otro veinteañero, presentaba heridas de diversa consideración en rostro y cráneo. Necesitó de cirugía. El posterior informe forense reflejó «una paresia (parálisis) del labio inferior» y hasta siete cicatrices de distinta longitud en el cráneo, ceja, mejilla, mandíbula y mentón. Es decir, unas secuelas estéticas apreciables a simple vista, lo que en el derecho penal se considera una circunstancia agravante.
Un año en prisión preventiva
El día después del ataque, al cotejar la identidad del entonces detenido, el Juzgado de Instrucción número 1 constató que se encontraba «en situación irregular» y que apenas llevaba dos meses en la ciudad. Ante el riesgo de fuga se decidió su ingreso en Zaballa como preso preventivo. Hasta ayer seguía así. Acudió a la vista oral engrilletado y escoltado por dos uniformados. A su finalización le devolvieron a su celda en el centro penitenciario alavés.
Pero para su alivio, las partes –Ministerio Público, acusación particular y defensa– llevaban días parlamentando sobre la agresión y sus consecuencias. Así, antes de arrancar anunciaron un preacuerdo a los magistrados Francisco García Romo, Elena Cabero y Ana Zulueta.
El ya condenado sólo llevaba dos meses en Vitoria cuando tuvo el encontronazo en una discoteca
Pelea de barra
Tras asumir su autoría, este chico –que el día de autos tenía sus facultades «levemente afectadas» por el consumo de tóxicos– recibió una sustancial rebaja de su pena. De seis a tres años de cárcel que, en la práctica, se sustituirán por la «expulsión» a su país, en Latinoamérica, en cuanto las autoridades le localicen un hueco en algún avión transoceánico. Fuentes judiciales vaticinan que ese traslado tendrá lugar «esta misma semana o la siguiente». No podrá regresar a España hasta dentro de «diez años». Asimismo le impusieron una responsabilidad civil de 19.506 euros que «difícilmente abonará», deslizan los medios consultados.
Cuando el presidente de la Audiencia Provincial de Álava le comunicó el pacto y le concedió su turno de palabra, este joven –sin ningún antecedente antes de este altercado nocturno– quiso aclarar que es plenamente consciente de su error. «Estoy conforme con los términos de la sentencia. Quiero aprovechar para pedir disculpas a la víctima y a su familia. Estoy muy arrepentido por lo ocurrido», manifestó. Varios parientes del encausado, presentes en el acto, también aprovecharon la presencia del joven agredido para disculparse en persona por lo ocurrido durante aquella noche de fiesta.
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