«En Euskadi se sufren las consecuencias de lo que pasa aquí en Ceuta»
Nayat Abdeselam Ahmed lleva años ayudando a menores no acompañados en Ceuta. Ha trabajado en un centro en esa ciudad y ahora mismo también ayuda a buscar vivienda y empleo a través de la asociación Cardijin. Esta mujer, que es la cuarta generación de una familia de ceutíes de origen musulmán, insiste en que el problema de fondo en los conflictos sociales que se generan en algunas ciudades se encuentra en el propio sistema de acogida. «Nosotros llevamos años advirtiendo de que el sistema está fallando. Se cubren las necesidades más básicas, pero nada más. En el País Vasco se ven las consecuencias de lo que pasa aquí», subraya.
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José Carlos Cabrera, consultor en políticas migratorias, con 20 años de experiencia analizando el fenómeno, insiste en que lo que pasa en Ceuta o en Canarias afecta también a Euskadi porque es un fenómeno que está «conectado» ya que, entre otras razones, hablamos de un tipo de emigración marcada por la economía.
Cabrera advierte de que lo que está pasando ahora «no es nuevo», aunque quizá se haya puesto más de relieve. En este sentido, lamenta que no se hayan buscado soluciones. Lo que ha primado hasta ahora –subraya– es la «política de la patata caliente». Es decir, ningún gobierno quiere meterse en este asunto mientras el problema no les afecte a ellos. Un argumento que comparte la trabajadora social ceutí. «Muchos actúan con una idea: si el problema no me afecta, no existe», afirma. Y apuesta por desarrollar los equipos de emancipación para que los jóvenes puedan tener opciones laborales al salir de los centros. En su asociación ya han conseguido trabajo para unos 30 chicos en las últimas semanas.
Cabrera insiste en la idea de potenciar la «emigración circular». «En Álava sabéis cuántos menores os han llegado. Pero también deberíais preguntaros de dónde son porque la emigración no es homogénea. De esa forma se podría trabajar mejor sobre el terreno e incluso buscar determinados perfiles necesarios para cubrir puestos de trabajo que necesitamos aquí», apunta.
El experto en migraciones asegura que la ley de Protección a la Infancia tampoco estaba prevista para un contexto de flujos migratorios. En este sentido, considera que la normativa actual es un sistema 'zombie', que no ataca la raíz del problema y que sólo sirve para alimentar los «discursos de las mafias».
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