A la espera de otras dos operaciones en Miñano

En el fabricante de baterías en estado sólido, la ganancia de terrenos sería muy considerable. Como primer paso, tiene previsto crecer en una parcela cercana a su sede en el edificio Marie Curie. Sería ahí donde se instalaría la primera fase de fabricación industrial de baterías.

Pero antes hay que llevar a un prototipo industrializable. Por el momento, la firma presidida por Francisco Carranza tiene, tal y como avanzó EL CORREO, una primera línea piloto capaz de producir celdas de hasta 20 amperios.

Ahora el objetivo es llegar a los 80, que es el tamaño de las baterías que llevan los coches eléctricos. «Nuestro objetivo es llegar a mitad de 2025. Entonces podremos lanzar labores comerciales, habremos ganado lo suficiente en credibilidad como para acercarnos a futuros clientes y decirles: 'Oye, estamos listos para mejorar vuestros productos'», afirmó el CEO de la compañia el pasado mes de julio en conversación con este periódico. Será cuando se alcance este hito cuando se pueda pensar en levantar nuevos edificios.

Mientras, está pendiente otra operación: la de la sede de Omron, ubicada en el número 38 de la calle Albert Einstein. Tras la puesta en venta, avanzada por este periódico, han llegado varias ofertas a oídos de los promotores de la operación, pero todavía esos intereses no se han concretado en una compra.

La parcela que ocupa la multinacional japonesa cuenta con cerca de 3.000 metros cuadrados. El edificio, levantado en 1996, tiene 1.513 metros cuadrados. El precio que piden por la sede de la multinacional es 650.000 euros. Pese a todo, la intención de Omron es quedarse en Miñano, pero con un espacio muy inferior.