Juicio por maltrato animal
La red que se lucró con un matadero halal ilegal en Álava evita la cárcel7 se libran por un error judicial, seis reciben penas menores tras un acuerdo con la Fiscalía y 3 han fallecido durante la investigación
Libertad para todos. La totalidad de los trece imputados -otros tres sospechosos han fallecido durante la investigación- por lucrarse con un matadero halal ilegal en ... el Valle de Ayala se han librado de ingresar en prisión. En el juicio celebrado esta mañana de lunes en la Audiencia Provincial de Álava, seis han abandonado a primera hora la sala beneficiados por un error judicial que ha invalidado sus acusaciones. Un séptimo que no ha acudido también ha recibido esa buena nueva. Tres han fallecido durante la investigación. Los seis restantes han alcanzado un acuerdo 'in extremis' con la Fiscalía, que ha sido anunciado a las 12.50 horas.
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A cambio de reconocer su participación en los hechos, estos últimos seis procesados han recibido penas menores e inhabilitaciones para volver a trabajar con animales. ¿Conclusión? Ninguno de los 16 implicados en esta presunta trama que operaba en la localidad alavesa de Sojo, en Ayala, pisará la cárcel.
Y es que la mañana ha arrancado con sorpresa. Seis de los imputados han podido abandonar este lunes la sala de la Audiencia Provincial de Álava sin tener que declarar. Un error judicial les ha eximido. Un séptimo que no se ha presentado también se ha beneficiado de esta circunstancia inusual. Durante la fase de investigación, el Juzgado de Instrucción 2 de Amurrio les llamó a testificar fuera de plazo. Por tanto, se vulneraron sus derechos.
La operación policial data de primavera de 2018
Tras esta sorpresa, seis restantes se han centrado en llegar a un acuerdo con la Fiscalía por lo que la vista oral se ha detenido temporalmente. A las 12.50 horas se ha oficializado el pacto entre sus abogados y el Ministerio Público. Eso sí, como les ha recordado el presidente de la sala, Francisco García Romo, al oficilializar la sentencia de conformidad: «no podrán volver a delinquir en los próximos dos años».
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De los dieciséis presuntos cabecillas y subordinados procesados y citados solo han venido doce al Palacio de Justicia de Vitoria. Uno no ha podido ser localizado y se ha beneficiado de este error burocrático. Los otros tres han fallecido; entre estos uno de los dos responsables del matadero. Cabe recordar que las detenciones se sucedieron en la primavera de 2018.
Antes de empezar la vista oral, a todos ellos se les acusaba de falsear la documentación de los ejemplares. Sacrificaban ovejas y corderos «de un corte en el cuello, sin aturdimiento previo y provocando un desangrado total del animal». Esa técnica, aplicada por personas «sin formación», les generó «dolor intenso, miedo y angustia». Hace seis años, ertzainas irrumpieron en este matadero especializado en el rito halal (musulmán). Era ilegal y estaba oculto en la cuadra de un caserío de la localidad ayalesa de Sojo. A los dieciséis presuntos cabecillas y subordinados les acusaban –en diferentes grados– de pertenencia a organización criminal, falsedad continuada en documento oficial, maltrato animal y delito contra la salud pública. Antes de los acuerdos y errores judiciales, lla Fiscalía de Álava solicitaba para los máximos responsables un global de 11 años y 4 meses de prisión.
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En este sentido, las peticiones iniciales variaban en función del teórico puesto en el organigrama. Con los peones, por ejemplo, bajaban a doce meses de prisión y cuatro años de inhabilitación para cualquier oficio relacionado con la tenencia de animales. Al final, las penas impuestas han sido de un año de cárcel -dos condenas de seis meses, realmente- en el mayor de los casos.
El origen del caso
La explotación ganadera de Sojo, sostenía el Ministerio Público antes de esta jornada, estaba «dedicada a la producción de carne destinada al consumo humano». Sin embargo carecían de papeles y su funcionamiento distaba mucho de ser normal. «Para dar soporte y encubrir la existencia de la actividad ilegal conformaron una trama dedicada al aprovisionamiento de ganado procedente de compraventas irregulares con la finalidad de eludir el control de la administración», ilustraba el escrito fiscal, al que ha tuvo acceso este periódico.
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Quitaban la identificación que llevan los animales en el estómago. Durante la investigación se hallaron cientos de chips de ganado supuestamente sacrificado.
Esta supuesta mafia vendía el género en domicilios particulares y en carnicerías repartidas por Vitoria y Bilbao. Funcionaron «unos cinco años», confirman medios internos de la Policía autonómica, que les siguió la pista un semestre en lo que se denominó operación Hiltegi (matadero en euskera). «Había ánimo de lucro» y «cada componente conocía perfectamente cuál era su labor», refiere la Fiscalía alavesa.
Unos hermanos, los líderes
Aparte de intervenciones en Sojo y Vitoria, hubo una entrada policial en Karrantza (Bizkaia). Dos hombres fueron detenidos sospechosos de «suministrar de forma habitual ganado para ese sacrificio ilegal». No se trataba de ejemplares normales. «No tenían salida en el mercado legal y para los que buscaban un rendimiento en el mercado negro», explican fuentes de la investigación. También compraron ganado en el Valle del Asón (Cantabria) y en el Valle de Mena (Burgos)».
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Entre los dieciséis implicados sobresalían dos hermanos señalados como los ideólogos de este negocio. Uno ha faltado hoy debido a que ya falleció.
Ambos eran los propietarios oficiales de la explotación ilegal que pasaba desapercibida en Sojo. Y aunque la mayoría de los implicados son personas anónimas, varios arrastran antecedentes por «hurto, violencia de género, quebrantamiento de orden de alejamiento, amenazas, maltrato animal, agresiones y daños». Al tratarse de delitos ya cancelados, todos han regateado la visita al centro penitenciario de Zaballa.
En dirección a La Meca
El matadero ilegal -que ya no opera- se había habilitado en la cuadra del caserío, carente de las mínimas medidas higiénicas exigibles. El espacio «contaba también con un amarre para sacrificar animales por el rito musulmán; es decir, en dirección a La Meca». Su actividad era intensa. «Cada semana sacrificaban una media de dos vacas y veinticinco cabezas de ganado ovino».
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A partir de ahí, la distribución de la carne se realizaba «en vehículos particulares sin refrigeración ni las necesarias medidas sanitarias». Despachaban el género con una especie de 'puerta a puerta' por diferentes bloques de viviendas.
Aparte, al menos cuatro establecimientos vendieron a su público esa mercancía ilegal; tres en la capital alavesa y uno en la vizcaína. Esta red abandonaba los restos inservibles «en una sima ubicada en la zona de Peña Angulo, en el norte de Burgos».
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