Encuentran huesos de siete perros en el interior de una sima en la sierra de Badaia
El guarda forestal Andoni Díaz apunta a «maltrato animal» e investiga la procedencia de los restos
Espeleólogos de la Universidad del País Vasco encontraron el domingo restos óseos de siete perros en el interior de una sima de la sierra de Badaia, que la exploraban para completar un estudio de investigación en el que están trabajando. Los huesos estaban abandonados a unos 35 metros de profundidad, en el fondo de la oquedad, muchos de ellos sueltos y otros dentro de bolsas de plástico atadas. El hallazgo fue comunicado de inmediato a Andoni Díaz, guarda forestal de la Diputación alavesa, que se hizo cargo de los huesos en su calidad de protector del medio ambiente. Una investigación, por ahora a título particular, tratará de establecer la procedencia de los canes y los motivos de sus muertes.
Mientras, según Díaz, todo apunta a un caso colectivo de «maltrato animal» por dónde estaban tirados los perros y cuál era su estado de deterioro. Además, junto a ellos aparecieron dos cartuchos de escopeta. Es prácticamente imposible determinar el tiempo que llevaban abandonados en el interior de la gruta, aunque la ausencia de materia orgánica advierte de que podían permanecer muertos «mucho tiempo», meses o hasta años tal vez. «Algún cuerpo sí tenía pelo y algo de carne, pero la mayoría eran huesos, simplemente huesos». Estaban repartidos por el fondo de la sima, de manera que fue sencillo para los espeleólogos y para el propio guarda forestal concretar el número exacto de canes.
Andoni Díaz conserva los restos «bajo custodia» y trata de esclarecer por su cuenta las razones de tan macabro descubrimiento antes de interponer una denuncia judicial. Espera descubrir qué pasó con los siete perros. Antes de ello advierte a quienes desprecian a los animales y los abandonan muertos en cualquier ribazo o lugar forestal «que también llegamos a los fondos de las simas. Lo miramos todo. Vamos a estar encima de ellos». «Hay otras maneras de deshacerse de un animal muerto si ha recibido un disparo, estaba enfermo o ha sido atacado por un jabalí. Se les debe enterrar dignamente», reclama Díaz. Es más, asegura que el Ayuntamiento de Vitoria dispone de un servicio que se hace cargo de los cadáveres para su posterior incineración.
Como guarda forestal que es, Andoni Díaz asegura haberse encontrado «de todo» en los bosques alaveses. «Animales sacrificados de mala manera, con un tiro en la cabeza o sin chip identificativo, que le ha sido arrancado brutalmente», recuerda el empleado foral.