Un conductor observa el interior de un vehículo del BEI. BLANCA CASTILLO

El autobús que todo lo ve

El BEI tendrá cámaras y sensores que avisarán de la presencia de peatones, la distancia de frenado y los «ángulos muertos». Los conductores irán rodeados de 7 pantallas

Miércoles, 7 de julio 2021, 12:53

El Bus Eléctrico Inteligente (BEI) no dejará nada al libre albedrío de la intuición del conductor. El nuevo transporte incorporará cámaras con ... cuatro funciones para proporcionar toda la información en tiempo real y aumentar la seguridad. Sustituirán a los clásicos espejos retrovisores y mostrarán los «ángulos muertos» del vehículo en la parte trasera y en las puertas. Pero además de los múltiples ojos, tendrá sensores que advertirán con un pitido de la presencia de peatones, la distancia de frenado necesaria para evitar un accidente y los cambios de carril involuntarios.

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Este despliegue de «sistemas inteligentes de seguridad» se traducirá para el conductor en siete pantallas que le rodearán en torno a su asiento. A cada lado del parabrisas tendrá las cámaras de «alta definición» que actuarán como retrovisores y, a su izquierda, la vista de cada acceso al autobús, así como su parte trasera. Al mismo tiempo conocerá la limitación de velocidad de la vía y su colocación en el carril de circulación. Si lo abandona sin activar el intermitente, el sistema pitará.

Pero el principal avance en la prevención de accidentes se encontrará en detectar todo aquello que sucede al margen del autobús, representado en otro dispositivo. El conductor observará que una silueta de color naranja o rojo se iluminará en una de las pantallas, en función del nivel de riesgo que exista ante un posible atropello, sobre todo al hacer giros. Lo mismo sucederá con los vehículos, que serán verdes si la separación y la velocidad son óptimas y no implican ningún peligro, pero emitirá una alerta y mostrará la distancia exacta (con decimales incluidos) necesaria hasta detener por completo el BEI. Junto al volante figurará la información más relacionada con el mecanismo del vehículo; es decir, aspectos como el nivel de carga eléctrica, la velocidad, etc.

Algunas de estas características ya existen en otros modelos de bus exprés o BRT, pero el Ayuntamiento señala que ninguno de ellos cuenta con la conjunción de todos ellos en el mismo sistema, al menos a nivel nacional. El más parecido en este aspecto es el de Baiona, cuyo proyecto arrancó casi en paralelo. «El bus eléctrico de Vitoria será pionero en este aspecto», aseguraron el concejal de Movilidad, Raimundo Ruiz de Escudero (PNV), y la gerente de Tuvisa, María José Ajuriaguerra.

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El Ayuntamiento ha completado las pruebas de circulación de una decena de unidades (serán trece en total). No obstante, aún debe realizar los tests relativos al rendimiento de la carga, con y sin pasajeros, y comprobar la accesibilidad antes de incorporarlos al servicio de la línea 2 (Periférica). Lo hará de forma «gradual», hasta alcanzar el 100% del servicio cuando cuente con la unidad de carga en funcionamiento. Es decir, como tarde en febrero.

Pese a que no existe una fecha exacta para la entrada en circulación de las primeras unidades, el departamento de Movilidad mantiene abierta la posibilidad de que arranque antes de final de año en convivencia con los autobuses actuales. Esto significa que los vehículos antiguos se beneficiarán durante unos meses de la prioridad semafórica y el carril exclusivo del BEI.

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La separación entre la acera y el vehículo será similar a la del tranvía

Al margen de los dispositivos electrónicos, el BEI incorporará un sistema de «guiado automático» que le permitirá acercarse a «menos de cuatro centímetros» de la cada parada. Se trata de una distancia similar a la del tranvía (cerca de tres), y que disminuye de forma considerable el habitual hueco entre la acera y el acceso al vehículo. Según los responsables municipales, este espacio varía cada vez que la aproximación se realiza de forma manual, pero puede llegar a alcanzar los «30 centímetros», lo que supone un hándicap para personas con limitaciones físicas.

Por otro lado, las marquesinas del bus eléctrico, en su mayoría ya instaladas, serán más amplias que las habituales paradas de los urbanos, contarán con canceladora para la BAT, Mugi y Barik y una pantalla que indicará el tiempo hasta que llegue el transporte. Este sistema supone otra de las semejanzas con el tranvía, al que también tomará prestada su característica campana a modo de claxon.

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