Así ha transcurrido la primera jornada matinal de la Selectividad en Álava

La Selectividad 2021 ha comenzado este martes en Álava. Es el segundo año en el que la prueba de Evaluación para el Acceso a la Universidad (EAU) debe celebrarse en condiciones especiales por la pandemia. La crisis sanitaria ha obligado a realizar cambios en el modelo de examen para dar más oportunidades a los alumnos que se hayan podido ver afectados por el coronavirus, a ampliar el número de sedes con el fin de contar con más espacios y a llevar a cabo un enorme despliegue de organización, profesores y medidas de seguridad. En el territorio, un total de 1.731 estudiantes se presentan a las pruebas, que durarán hasta este jueves. Durante estas tres jornadas, los aspirantes se repartirán entre las facultades del campus alavés de la UPV-EHU, el aulario y el Iradier Arena. Desde EL CORREO les relatamos cómo ha transcurrido la primera jornada matinal de exámenes.

Eva Saiz y Amanda Seco han comido un bocadillo en los jardines del campus. Es el momento de reponer fuerzas antes del examen de Química, el primero de la tarde, que se sustituye por Latín en el caso de Letras. «Nos habíamos estudiado el Franquismo en general, pero no en el País vasco, que es lo que ha caído», señalaban sin perder el sentido del humor. Tampoco deben perder el de la orientación porque, tal y como apunta Seco, los exámenes de las asignaturas optativas pueden tener lugar en otras clases. «A ver si encontramos la clase de Química», sonreían.

Amaia Berganza, de Zaraobe, en Amurrio, no ha terminado muy convencida tras su examen de Historia. «El comentario me ha salido un poco sin más», se resigna. Todavía tiene muchas oportunidades para subir su nota en asignaturas como Biología o Física. Aspira a estudiar Bioquímica, con un exigente 13 sobre 14 o Biología. Si no lo consigue, probará otra carrera para ver si tras el primer año le convence. ¿Repasará esta noche? Dormir también es importante. «Hoy me ha costado dormir y en el examen me dolía la cabeza. Descansar es importante», enfatiza.

Endika Fernández ha salido del examen de Historia como unas castañuelas. «Estoy muy contento, estaba nervioso con esta asignatura pero haber terminado ya es un alivio», reconoce. Entre los próximos retos están Lengua y Matemáticas, en la que más se juega. «Quiero estudiar Ingeniería Informática en la UPV, seguramente en Donosti, y me pondera más», resume el estudiante de Egibide Nieves Cano. A un paso del aulario de Las Nieves. «Los compañeros hemos quedado para venir juntos», bromea.

Carolina Quiguanos ha sido una de las primeras en salir del examen de Historia. «Eso me hace pensar que no lo he hecho bien», confiesa. Pero las sensaciones han sido buenas. Entre el temario, la restauración borbónica y la Constitución de 1812. La intuición no falla. «Lo revisé anoche», celebra esta estudiante de Bachillerato a distancia que ha hecho el examen en castellano «porque me expreso mejor». Eso sí, euskera no ha ido mal.

Algunos estudiantes se quejan del calor y el sol en el interior del Iradier Arena. «Han tenido que cambiar de sitio a algunos porque les daba el sol de pleno, les han sentado donde había sombra», cuenta uno de los participantes a la salida. «Algún compañero incluso ha dicho que se estaba mareando». Algunos estudiantes tienen que volver esta tarde al recinto multiusos y se están pensando en llevar gorras o algún complemento para cubrirse la cabeza.

Ainhoa Nafarrate y Maitane Nuño han sido de las primeras en salir del examen de Historia en el Iradier Arena, donde ha repetido la Constitución de 1812, 'La Pepa'.

Hemos elegido la II República y la Guerra Civil y el Pacto de Bayona. No ha sido difícil», cuentan estas estudiantes de Olabide e Ikasbidea. «Estaba agobiada con el tiempo pero al final ha sido suficiente. También un poco nerviosa porque quiero estudiar Psicología en el País Vasco y necesito nota», agrega Maitane.

Minutos antes de las 11.30 horas, los estudiantes han regresado al Iradier Arena para encarar el segundo examen: Historia de España. «Me alegro de que haya sido euskera el primero para quitar los nervios...», comenta una joven en la fila a sus amigas.

Lucía García sabe que no tiene que ponerse nerviosa, pero le cuesta evitarlo. «Al final, pasamos dos años preparándonos para este momento. Que no es para tanto, pero es importante», plantea. La alumna de Marianistas quiere estudiar Magisterio y admite que, aunque el examen de Matemáticas «es más difícil», Historia es de los que más le inquietan. «Nos han preparado tanto en Matemáticas que los exámenes de la 'sele' nos resultan fáciles», señala.

Maite repasaba sus apuntes mientras Aiala, Josune e Íñigo tocaban madera literalmente en un árbol de los jardines del campus. «Necesito un 10,585 para estudiar Ingeniería Mecánica», anunciaba la primera, con decimales y todo. Los demás compañeros de Jesús Obrero también necesitan notas elevadas para Arquitectura o Bioquímica. Hora y media les parece poco tiempo para hacer el examen de Historia en condiciones, aunque se consideran unos afortunados en comparación a los alumnos del curso anterior. «Es mejor preparar la 'sele' de forma presencial», aseguran.

Lucía Uriarte, futura estudiante de ADE, se ha traído consigo el archivador verde donde guarda el temario de Historia. Como la mayoría de alumnos, se ha centrado en estudiar la segunda parte del temario, la más próxima a la actualidad. Una facilidad que aligera la carga de trabajo de la asignatura y se mantiene tras su instauración el año pasado con motivo del covid. Le ha ayudado a repasar Mikel, estudiante de Ingeniería Mecánica, que ha recordado sus tiempos de selectividad, cuando aún se podía elegir entre Filosofía o Historia.

Oumaima El Amrani y Marina Urkijo se han tomado el examen de euskera como un «calentamiento» para Historia. «Al menos, el tema ha sido el covid, lo prefería a hacer otro artículo sobre contaminación. ¡He hecho muchísimos!», exclamaba la primera, quien espera estudiar Psicología en Madrid. Urkijo quiere convertirse en enfermera. Pero lo que no está tan claro es el futuro más inmediato, antaño plagado de fiestas y viajes de estudios tras los exámenes. «En 2020 tuvimos que cancelar el viaje a Salou. Este año haremos algo pero en pequeñas cuadrillas, sin organizar algo entre todo el curso», explican las vecinas de Llodio.

Aritz Ruiz y Kenare Campos han repasado Historia en un bordillo entre los exámenes para alejar los nervios y el dolor de tripa. «En euskera se ha hecho lo que se ha podido», se resignaba la segunda, futura alumna de Comunicación Audiovisual. Como cada año, las quinielas del examen de Historia no podían faltar. «No creemos que caiga la Transición porque salió en 2019 y 2020», plantean. Ruiz, de la ikastola de Llodio, quiere estudiar Historia, así que espera hacer un buen examen tras haber pasado las últimas mañanas estudiando.

En la sede del Iradier Arena, los alumnos también han terminado el primer examen de Lengua Vasca y Literatura. A las 11.30 horas, empezarán el de Historia. Es hora para tomar el almuerzo y repasar los apuntes de la asignatura.

El covid no ha faltado en la EAU. «En el examen de euskera hemos tenido que escribir un texto dirigido a un amigo sobre cómo vivimos la pandemia y la cuarentena», cuentan Arrate Ibáñez y Monike Sánchez, alumnas de Olabide. «Quiero hacer Física o Ingeniería Aeroespacial, así que necesito bastante nota», dice la primera. Ambas llevaban días autoconfinadas para reducir al máximo la probabilidad de contagiarse ya que de hacer este examen y de su resultado depende su futuro.

Poco después de las diez de la mañana, Raúl García ha sido uno de los primeros alumnos en abandonar el aulario de Las Nieves tras el examen de euskera. «Ha sido muy fácil, estudio en euskera en Jesús Obrero y no me ha parecido difícil», confiesa.

El texto de este año habla sobre la pandemia y la actitud de las personas ante el fin de las restricciones. El estudiante, de 18 años, espera que en el examen de Historia caigan la República y el País Vasco, «lo que más hemos estudiado». El año que viene quiere cursar ADE en alguna capital vasca. «Mis compañeros están nerviosos porque necesitan notas altas para Derecho», se solidariza.

Poco antes de las 9.20 horas, los participantes en la Evaluación de Acceso a la Universidad (EAU) han comenzado a completar el primer examen de la jornada: el de Lengua Vasca y Literatura. Desde megafonía les han recordado las normas del protocolo sanitario que tienen que tener en cuenta: deben mantener puesta la mascarilla en todo momento y no permanecer en los pasillos cuando acaben la prueba, entre otras cuestiones. Tampoco pueden abandonar el recinto antes de 45 minutos.

El curso 2019-2020 fue complicado para los estudiantes de Bachillerato. Se vieron confinados en sus casas y obligados a completar el tercer trimestre de forma remota. María Corral, vecina de Amurrio, de 18 años, notó como el curso se complicaba y se quedó a las puertas de estudiar Filología. «Llevo todo el año estudiando Inglés e Historia para mejorar la nota. Tampoco descarto estudiar Magisterio Infantil», señala.

A Iratxe Ramírez de la Piscina le gustaría estudiar Enfermería cerca de casa, pero se trasladará a la facultad a la que consiga entrar. «Vengo de grado superior y, aunque en mi primera 'sele' Química me salió bastante bien, quiero mejorar la nota de Euskera y Biología», apunta. Sacó un 9,6 de 14, una nota insuficiente para esta carrera. El temido examen de ciencias tendrá lugar mañana miércoles. Pero parte del éxito depende de controlar los nervios y la primera impresión que se lleva uno del examen. «Cuando vi el examen de 'Bio' me asusté un poquito. Este año lo haré mejor», apuesta la joven que este curso ha compaginado sus prácticas con clases en la euskaltegi.

Unai Veiga y Amaia Uralde, de 20 años, quieren estudiar Psicología y Enfermería. Necesitan unas notas elevadas, porque la segunda alcanza ya los 11,7 puntos de 14. «Euskera no nos pone nerviosos; para nosotros los retos son Química y Biología», bromeaban junto a la verja. Ambos coinciden en que, aunque son estrictamente necesarias, las esperas derivadas del protocolo anti Covid les ponen nerviosos. «Antes llegabas, te identificabas y te sentabas», recuerda Veiga, quien ha pasado la última semana «autoconfinado». «Es injusto tener que ir directamente a julio si te contagias. Deberían valorar otras opciones», propone Uralde.

«¿Por qué letra van? Acabo de llegar», preguntaba Maialen Ría. Ella no es de las que revisa los apuntes nerviosa antes de un examen. «Creo que si no te lo has preparado suficientemente bien antes no sirve de nada», plantea. A sus 20 años se presenta a una EAU muy distinta a la primera que conoció. «Hice la última 'sele' sin Covid en 2019», apunta. Su objetivo ahora es mejorar las notas de Euskera y Biología para estudiar Psicología cuando termine el grado superior. «Necesito un 10 y algo de 14. Si no sale bien volveré a intentarlo», promete.

Nahum Martínez de Olcoz se presenta a los exámenes de euskera, dibujo técnico e inglés para subir nota. Su expresión tranquila contrasta con la de los jóvenes primerizos reunidos en el campus de Álava. «Creo que entraré en el grado de Diseño Industrial con la nota del grado superior que he cursado, pero vengo para subir nota y asegurarme», explica desde el campus de la Universidad del País Vasco (UPV-EHU) en Vitoria. Si el examen le sale bien, el joven de 19 años se marchará a estudiar a Castellón.

Al filo de las 8.30 horas, han comenzado a acceder al interior del Iradier Arena los primeros alumnos. Lo han hecho en orden alfabético, según su apellido. La higienización de las manos con gel hidroalcohólico es obligatoria antes de acceder al multiusos. Poco antes de que el reloj marcara las nueve de la mañana, los estudiantes han empezado a ocupar las mesas y sillas dispuestas en el interior de la plaza de toros. Algunos jóvenes, los últimos en entrar al equipamiento, realizarán los exámenes sobre el escenario.

Iman Abbassi repasa los últimos minutos antes de acceder al Iradier Arena. «Estoy un poquito nerviosa porque necesito nota para entrar en Enfermería. Pero la semana pasada estuvimos con clases de refuerzo, así que creo que voy bien preparada», comparte esta alumna de Ikasbidea. Muy cerca se encuentran Aroa López y Naomi Anda; alumnas del instituto Francisco de Vitoria. «Las dos queremos estudiar Educación Infantil y necesitamos nota. Solo nos presentamos a las específicas», cuentan. «Estoy más nerviosa de lo que me esperaba. Pero empezar con euskera tranquiliza», reflexiona Aroa.

Minutos antes de las ocho de la mañana, algunos alumnos han comenzado a concentrarse en los alrededores del Iradier Arena; a punto de estrenarse como sede de la Evaluación de Acceso a la Universidad (EAU). Una patrulla de la Ertzaintza controla el exterior del recinto. Ainize Barredo, Nagore Abásolo y Leire Gaizán han sido de las más madrugadoras. Son alumnas de Ikasbidea. «No estamos muy nerviosas porque empezamos con euskera y es fácil», confiesan. Leire quiere estudiar Medicina y tiene presión por la nota, «espero hacerlo lo mejor posible», asegura. «Yo quiero estudiar Periodismo y no necesito una nota muy alta, con aprobar me sirve porque en Bachiller he tenido buenas calificaciones», dice Nagore

La prueba de Evaluación para el Acceso a la Universidad, como ya ocurrió el curso pasado, también va a ser más «flexible» para que los alumnos que se hayan visto perjudicados por la pandemia, porque hayan tenido que estar confinados o cualquier otro motivo, no se vean perjudicados. En concreto, los exámenes dan más opciones de preguntas por si los estudiantes no han podido ver en clase alguna parte del temario. De esa forma, podrán elegir cuestiones de los modelos A y B de los ejercicios en lugar de seleccionar solo uno de ellos.

En Álava, la mayoría de jóvenes harán los exámenes en euskera: 1.093. Y del total del alumnado 1.613 provienen de Bachillerato y 118 de Formación Profesional. Además, las mujeres son mayoría en Selectividad representando un 59% del total.

Esta Evaluación de Acceso a la Universidad (EAU) no baja la guardia en los protocolos sanitarios a pesar de la caída de contagios. Hay entradas escalonadas de los alumnos, se deben respetar las distancias de seguridad, hay que llevar mascarillas, e higienizarse las manos al entrar al aula... También habrá controles en los accesos para evitar aglomeraciones. Los estudiantes no deberán compartir materiales, bolígrafos, calculadoras... De igual modo, las normas hacen especial hincapié en la ventilación. Si es posible, se mantendrán las ventanas y las puertas abiertas durante todo el tiempo que dure cada examen. En todo caso, la aireación mínima de las aulas será de intervalos de 10 minutos cada 20 con las ventanas cerradas.

De acoger conciertos y espectáculos a ser sede de exámenes universitarios. El Iradier Arena se convierte más que nunca en recinto multiusos a causa de la pandemia. Ayer, lunes, comenzó la instalación de mesas y sillas en el recinto que, por primera vez, alberga las pruebas de acceso a la Universidad. El complejo mantiene el césped artificial y el escenario, sobre el que también se pondrán también mesas. El equipamiento se suma así a las facultades de la Universidad del País Vasco en el campus de Álava y al aulario.