La Diputación de Álava ya ha reestructurado el 18% de su «ineficaz y obsoleta» organización
Tras los cambios orgánicos y funcionales en el departamento que aúna Empleo, Comercio, Turismo y Administración Foral se procederá ahora con Agricultura
Un informe urgía hace algo más de un año a la Diputación de Álava a romper con su «ineficaz y obsoleta» estructura, que llegaba a ... comparar con un «reino de taifas». Aquel estudio encargado a una consultora externa por parte del Gobierno foral, y que publicó en exclusiva EL CORREO, no se ha quedado guardado en un cajón hasta caer en el olvido. Ya se han empezado a tomar medidas. El 'macrodepartamento' que incluye las carteras de Fomento del Empleo, Comercio, Turismo y Administración Foral acometió antes del verano la modificación de su «estructura orgánica y funcional», según ha podido saber este periódico. La medida incluye carteras que suman 174 trabajadores, es decir, al 18,26% de la plantilla total de la Administración foral. Sólo la Hacienda foral cuenta con más funcionarios adscritos.
En una respuesta remitida por la primera teniente de diputado general, Cristina González (PSE), al grupo juntero del PP, se explica que se ha buscado «simplificar y racionalizar» la estructura organizativa, «fomentar la flexibilidad y la transversalidad en la rotación de funciones y trabajo en equipo», adaptar los servicios «a las necesidades de modernización de la administración», y -entre otros- se ha modificado «la denominación de algunos puestos para hacerlas más simples y racionales». Cuestiones que criticaba el duro análisis suscrito por Consultores de Gestión Pública.
953 personas
componen la estructura de la administración general de la Diputación, según la auditoría de Consultores de Gestión Pública. Hay que tener en cuenta que no se incluyen otros entes forales como el IFBS.
Para entenderlo mejor, el catálogo de puestos de trabajo se ha reducido de 21 a seis y se ha concentrado a todo el equipo de Mantenimiento en un único servicio. También se ha reforzado de personal el denominado Servicio de Estrategia Digital e Informática para aprovechar mejor los recursos y ser más eficientes, y se han actualizado las titulaciones requeridas para el acceso a los puestos conforme al sistema nacional de formación profesional (FP) y universidades. «Se ha suprimido una unidad orgánica y la jefatura correspondiente creándose en su lugar un puesto de responsable técnico. ¿La explicación? Una simplificación organizativa y mayor eficacia y eficiencia», detallan fuentes del ejecutivo foral consultadas por este diario.
«Oficinas siniestras»
Ahora «se pretende extender estos mismos criterios de manera progresiva en los restantes departamentos de la Diputación». En estos momentos se trabaja con Agricultura -compuesto por 153 funcionarios, el 16,05%- y, aunque Cristina González evita aportar en su respuesta una cronología exacta con los siguientes cambios, en el Pleno ya señaló que en 2026 se planea proceder con Movilidad Sostenible e Infraestructuras, que aglutina a 109 empleados más (el 10,81% del total). A partir de ahí, poco a poco tendrán que abordarse cambios en las áreas con un menor tamaño.
265 miembros
tiene Hacienda en plantilla. El resto de departamentos con más gente son Empleo, Comercio, Turismo y Administración (174), Agricultura (153) y Cultura y Deporte (111).
Y paulatinamente se llegará a uno de los problemas que destacó el estudio, que fueron las denominadas «oficinas siniestras» en las que «pueden observarse jefaturas sin personal a cargo, únicamente se es jefe por el nombre del puesto de trabajo, o con una única persona». Esto supone una «falta de dirección eficaz» que -según el informe- ya está generando deficiencias en la organización. De hecho, la auditoría alertaba de que la Administración foral adolece de una «inflación jerárquica».
Pero son cambios, como explica la representante del PSE, que no pueden ejecutarse por decreto y de manera unilateral de la noche a la mañana desde el ejecutivo, sino que tienen que ser elaborados por cada departamento y posteriormente pasan a «una fase de información y aportación de opinión de la junta de personal», que es el equivalente en la función pública de un comité de empresa. Por lo tanto será un proceso que se antoja largo.
1.994 es la fecha
de la que data la actual estructura, cuando la informática y las vías para relacionarse con la administración eran totalmente diferentes.
«La plasmación e implementación de las modificaciones encaminadas a la actualización de las estructuras administrativas en aras a hacer de ésta una organización más eficiente han de realizarse departamento a departamento, a iniciativa de estos y siguiendo sus propuestas», defiende Cristina González en la respuesta entregada a los populares.
«Revolución»
La actual estructura de la Administración data de 1994 y, como reconoció la 'número dos' del Gobierno foral en comisión, hay que adaptarla a «las actuales necesidades de los alaveses» porque, desde entonces, han existido enormes cambios como la «creación de nuevos servicios y nuevas vías para relacionarse con la administración» a través de medios digitales.
Ya lo decía la auditoría. «La Diputación dispone de los recursos económicos y tecnológicos de alto nivel, así como de iniciativas ciudadanas muy novedosas y pioneras, al tiempo que mantiene una estructura organizativa y unos recursos de personal que han quedado completamente obsoletos», criticaban los expertos. «Los retos que están planteando las nuevas tecnologías no pueden abordarse con las mismas políticas y enfoques de personal de los años ochenta y noventa», remataban.
La publicación del informe realizado por la firma Consultores de Gestión Pública generó un profundo malestar en la Casa Palacio de la Provincia, pues evidenciaba que la Diputación precisa «de forma urgente» un «replanteamiento generalizado de toda la estructura existente, rompiendo con el modelo actual». A la vista de sus resultados, Cristina González reconoció que toca afrontar una «revolución». No hablamos de la reforma de un edificio. Se trata de introducir variaciones en una organización integrada por mujeres y hombres. Todo ello conlleva un cambio de mentalidad en la organización que, además, debe ser primero acordados», avisó la teniente de diputado general en comisión.
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