Montes Solidarios logra que no haya obstáculos para nadie a la hora de subir a una cima. Rafa Gutiérrez
Alavesa del Mes

Una década allanando montañas a golpe de piernas, brazos y Joëlette

EL CORREO distingue como Alavesa del Mes a la asociación Montes Solidarios, que facilita el acceso a la naturaleza a personas con movilidad o visión reducidas

Borja Mallo

Vitoria

Sábado, 20 de septiembre 2025, 00:13

«¿Por qué una persona con movilidad reducida o discapacidad visual no puede subir al monte?». Es la pregunta que se hicieron hace diez años los pioneros que pusieron en marcha la asociación Montes Solidarios, que desde entonces promueve actividades de montaña y en la naturaleza con personas con diversidad funcional y otras enfermedades. Cumplen una década ayudando en la integración de aquellos que sufren algún tipo de limitación de movimientos o que tienen problemas de visión.

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Y también cumplen los sueños de quienes llaman a su puerta buscando hollar una cima, ya sea en Álava, en Euskadi o en alguna de las rutas que también han hecho alrededor del mundo. Por este desempeño, EL CORREO reconoce a la asociación Montes Solidarios con el premio Alavesa del Mes de septiembre.

Esta agrupación llevó a cabo el pasado lunes la particular celebración de su aniversario con diez subidas, una por cada vela soplada, a la cima de Olárizu, coincidiendo con la celebración de la romería. En estos momentos, cuenta con 330 miembros, de los que 191 ejercen de voluntarios, y 15 guías especializados. Todos tienen formación en el manejo y pilotaje de la silla Joëlette, una versión todoterreno con una sola rueda que permite a cualquier persona con dificultad para andar practicar el senderismo en la naturaleza y que está concebida para llegar a lugares inaccesibles para las convencionales.

Festejaron el pasado lunes sus diez años de vida con otras tantas subidas a Olárizu con motivo de la romería

Y otra herramienta clave para el grupo es la barra direccional (parecida a una pértiga de atletismo) que permite la movilidad esencial a personas con visibilidad reducida o ciegas. Cogidas a ella van tres personas: el guía de cabeza es quien describe los accidentes orográficos y ofrece toda la información necesaria al resto del equipo; le sigue el montañero invidente o con baja visión, atento a sus indicaciones verbales y de movimiento de la barra para salvar los obstáculos del terreno; y, en el extremo posterior, otro guía, que puede ser vidente o tener algún déficit visual que dirige a la persona ciega por medio del simple movimiento de la barra.

Como reseña Fernando Alonso, presidente de Montes Solidarios, su objetivo es «fomentar la inclusión de personas con discapacidad física y visual, principalmente, en el mundo de la montaña y los deportes, organizando actividades relacionadas con estos ámbitos en las que tomen parte junto con sus familiares y amigos».

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Fomentan la inclusión de personas con discapacidad física y visual, principalmente, en el mundo de la montaña

Y para alcanzar esta meta, a lo largo de la última década se han volcado en actividades para «concienciar a la población de la conveniencia de la normalización» de la presencia de personas con diversidad funcional en la montaña, la «formación de guías y personal voluntario» para el acompañamiento y también han abierto sus puertas para aquella gente o colectivos que han querido «realizar sus retos personales o cumplir sus sueños».

Más allá de haber alcanzado las cimas de todos los montes alaveses y del entorno, la asociación también ha afrontado retos de envergadura como el Tour del Mont Blanc o rutas por los Pirineos. Pero no todo es montaña, ya que se prestan a cualquier tipo de actividad en la naturaleza en la que alguna asociación requiera sus servicios como por ejemplo ir a buscar setas. Y tan importantes como sus salidas, que normalmente hacen cada 15 días, son sus campañas de concienciación, sobre todo entre los escolares.

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